Harry Potter y un viajé en el tiempo .

Capítulo 4

-Mi nombre es Blaise- dijo mientras se retiraba lentamente la capucha dejando ver a un joven alto, de piel morena y completamente lisa, cabello negro, ojos azules y de hermosas y masculinas facciones, inmediatamente al revelar su apariencia todo Howgarts dirigió su mirada a Lucrecia Zabini, que se encontraba con una mirada totalmente inexpresiva mientras observaba al joven parado en la tarima, eso sí no se lo esperaba y se encontraba muy sorprendida por dentro, ella juro que jamás se casaría con alguien que no fuera el chico del que secretamente estaba enamorada, y estaba segura de que ese amor jamás sería posible, vamos quien querría a una bruja con una fama como ella, aúnque supiera que todo era mentira- Zabini- terminó de decir el moreno que se sentía muy mal al escuchar los pensamiento de su madre, el sabía todo lo que a ella le había costado demostrar que era diferentes al resto de las mujeres de su familia Y le consolaba saber que su padre había estado a su lado en todo momento, si bien ella aseguraba que no necesitaba demostrarle nada a nadie, había querido cerrarles la boca a todo aquellos que criticaban a su padre y hablaban de el por casarse con una arribista y que sólo quería por su fortuna como constantemente le decían. Sabía que vendrían más malos pensamiento dirigidos a su madre al nombrar el apellido de esta.

Los amigos de la morena se encontraban muy sorprendidos, pero sólo esperaban que su amiga fuera muy feliz, desde la mesa de Hufflepuff un castaño no se encontraba muy bien, realmente el no quería que estuviera con alguien más , por mucho que sonará egoísta.

- No es de mi agrado, pero me resulta algo inminente que tengo que realizar para que dejen esos pensamientos estúpidos hacía mi madre- comenzó el moreno- tengo su apellido ya que ella y mi padre así lo acordaron- mascullo Blaise de mala manera, estaba seguro que si su hermano estuviera escuchando lo que pensaban de su madre lanzaría muchos hechizos peligrosos .

Muchos bajaron su cabeza avergonzados y otros simplemente no sintieron que debían de estar arrepentidos por pensar eso, no cambiarían su opinión sobre la Slytherin, un joven castaño también se encontraba muy enojado con muchos de sus compañeros.

- Tengo 16 años , nací en julio de 1980 en Londres, cuando ingresé a Howgarts fui seleccionado para la casa de Slytherin, soy prefecto, mi materia favorita es transformaciones, cuando salga de la escuela quiero estudiar medimagia, tengo un hermano, se llama Cedric- dijo esto último dirigiendo su mirada hacia su madre, que se encontraba más sorprendida, por qué
vamos eran 2 hijos.

- El no se encontraba en Howgarts al momento del incidente que nos trajo hasta aquí, es 3 años mayor que yo y está estudiando leyes mágicas en Italia actualmente, cuando entró a Howgarts fue seleccionado para la casa de Hufflepuff- exclamó dejando más sorprendida a su madre, y a muchos en Howgarts y con un poco de esperanza a un castaño.

- Me dirás quien es tu padre- pidió o prácticamente exigió Lucrecia, que aunque aparentaba seriedad, estaba muy nerviosa por dentro por que talvez, sólo talvez tenía un poco de esperanza.

- Estas muy emocionada mamá- dijo Blaise con una sonrisa tipo Slytherin, que irradiaba picardía y una pequeña malicia, Lucrecia Zabini sonrió orgullosa, ese chico era su hijo definitivamente. El moreno miro a su madre nuevamente y decidió darle una pista, aúnque sabría que ella lo descubriría al instante- Bueno mi padre es....- empezó dejando con el aliento retenido a muchos y en especial a un Hufflepuff - es castaño, tiene 17 años y tu estas enamorada de él- Terminó dejando a muchos confundidos y a una Lucrecia impactada y inmensamente feliz.

Amos Diggory sentía que su corazón doliá, la chica a la cual amaba, estaba enamorada de alguien más, pensó mientras bajaba su cabeza, sus mejores amigos lo vieron y sintieron pena por el, sabía cuanto soñaba su amigo con tener un futuro con ella.

La hermosa morena sentía una felicidad incansable, su Amos, ella tendría un futuro con el, con toda la valentía que logró reunir se levantó y dirigió hacia la mesa de Hufflepuff específicamente hacia un castaño, que se encontraba con la cabeza baja.

Cuando estuvo enfrente de el, Amos sintió una mirada y levantándose rápidamente observó a su hermosa pelinegra,Y pudo darse cuanta, ese chico era su hijo, fue en un momento rápido en donde sólo bastó sus miradas para expresarse y sus sonrisas lo decían todo, y por fin ambos obtuvieron ese anhelado beso, todo bajo la mirada de medio Howgarts, que estaban impactados, aúnque su beso duro muy poco a todo lo que querían expresar y terminando por el un pequeño carraspeo de parte de su hijo.

- Ejem- carraspeo Blaise con un sonrisa- Ya se que se aman pero creo que tengo suficientes con sus demostraciones en casa- finalizó viendo como sus padres se sonrojaban- Bueno eso es todo de mi y si me vale lo que piensen - dijo mientras bajaba la tarima y se dirigía hacía sus padres y se sentaba en la mesa de Hufflepuff seguido de ellos.

Albus observó con una sonrisa lo que ocurriría en un futuro y espero que el de todos fuera igual de maravillosos.

- Creo que es hora de tomar un descanso- dijo dirigiéndose a sus alumnos mientras estos ponían cara de querer seguir escuchando- tiene 1 hora para descansar - terminó.

Los merodeadores si bien estaban sorprendidos sólo rezaban a Merlín que ellos también fueran tan afortunados de tener un buen futuro.

Sirius observó como un pelinegro Slytherin que conocía perfectamente salía por las puertas del gran comedor y por fin en todo este tiempo decidió arriesgarse, se levantó rápidamente, lo tenía claro iría a buscarlo.

- Sirius- llamo Remus- ¿Dónde vas?- pregunto.

- Voy al baño- mintió el Black al ver que sus otros 2 amigos lo observaba.

- Esta bien- hablo Remus después de observarlo- no te demores.

- No lo haré mony- gritó mientras corría rápidamente, Remus sólo esperaba que Sirius no cometiera ninguna locura.

Hermione y Draco observaban a su tío Sirius ir tras su tío Severus, y tenían una genuina preocupación, rogaban a Merlín que estas presentaciones no cambiarían, ni alterarán nada, el profesor Albus les había dicho que todo saldría bien y sabían que debían de confiar en el.