Harry Potter y un viajé en el tiempo .

Capítulo 1

En unas de las salas del castillo  de Hogwarts se encontraban un grupo de alumnos disfrutando de su aclamado fin de semana, Slytherins y Gryffindors se divertían abiertamente, las rivalidades entre ambas casas habían cesado desde hace muchos años, ahora todo era paz y harmonía, o bueno tal vez algunas veces simplemente era caos.

-Harry Potter, devuélveme mi giratiempos inmediatamente, no puedes jugar con eso, es muy peligroso- exclamó una Hermione muy enojada mientras miraba a su mejor amigo jugar a lanzar el pequeño objeto por el aire.

- Tranquilízate Mione, no pasará nada, deja de ser tan gruñona- dijo despreocupadamente el chico Potter, mientras la pequeña leona lo miraba indignadamente.

-Te sugiero que le hagas caso Harry, no querrás ver a Hermione verdaderamente enojada jamás- exclamó Draco Malfoy con una cara de horror a uno de su mejores amigos.

-También tu Draco, ya cálmense ni que lo fuera a dejar cae- las palabras del pelinegro fueron interrumpidas debido a que era empujado bruscamente hacía el suelo, con un Ron Weasley sobre el.

-Lo siento Harry, no fue mi intención, de verdad discúlpame- decía rápidamente el pelirrojo, pero nadie escucho sus palabras.

Todos tenían su mirada puesta sobre el objeto que caía al suelo rompiéndose en muchos pedazos, la mirada de Harry demostraba miedo mientras miraba hacía a donde su mejor amiga, que tenía una miraba furiosa sobre el.

-Te lo advertí Harry, te juro que te golpeare- exclamó la chica mientras se dirigía donde el moreno, Draco rápidamente la tomo de la cintura,  pero ella intento separarse- te lo jur- antes de pudiera terminar su frase, una luz brillante los cegó y de pronto sintieron el típico jalón que producía una aparición.

Cayeron bruscamente sobre una superficie plana y dura, y varios se sintieron mareados.

El primero de todos en ponerse en pie fue Draco quien rápidamente ayudó a Hermione a levantarse, todos se sentían levemente confundidos mientras se ayudan mutuamente, cuando todos estuvieron en pie fue que notaron la mirada de muchas personas hacía  ellos y sus caras rápidamente pasaron a un terror genuino mientras observaban a nada más que a sus padres en su época de adolescencia.

- AHORA SI TE JURO QUE TE ASESINARE POTTER, TE LO JURO- gritó Hermione con una mirada totalmente sádica hacia el chico, demostrando el carácter heredado de uno de sus padres.

- Ejem- carraspeo alguien llamando rápidamente la atención de todos y haciendo sentir un poco aliviado al Potter de poder conservar un poco más su vida- jóvenes, podrían decirnos quienes son vosotros- exclamó el director de Hogwarts observando con curiosidad a los jóvenes debido al gran parecido con su alumnos.

-Director- hablo inmediatamente  Draco, acercándose inmediatamente con Hermione, mientras lanzaba un hechizo que cubriría  a sus amigos con  capuchas para evitar así que fueran más observados y pudieran encontrar similitudes con los de esta generación, estando muy cerca del profesor Albus hablo en susurros- debe de creernos a lo que diré por favor- pidió el chico Malfoy- nosotros somos la segunda generación, tuvimos un pequeño accidente con un giratiempos, aunque usted nos puede ayudar a regresar ¿cierto? - pregunto con algo de miedo.

-No le gustaría presentarse - dijo rápidamente Albus, con una sonrisa y una mirada despreocupada.

- Pero señor  no podemos hacerlo, jugar con el tiempo y sus leyes es muy peligroso- exclamó asustada Hermione ante la idea de su profesor.

- Lo se señorita, pero a veces es bueno divertirse un poco y además soy Albus Grindelwad, nada malo ocurrirá- Terminó de decir.

Ambos jóvenes se observaron preocupados, pero sabían muy bien que el director jamás dejaría que les sucediera algo malo, y lentamente asintieron, el director de Hogwarts se levantó de su asiento y se dirigió hacia sus alumnos que observaban expectantes ante lo ocurrido.

- Jóvenes, les tengo una gran noticia- exclamó alegremente el hombre- hoy tenemos unos invitados, démosle la bienvenida a la Segunda Generación- Terminó con una gran sonrisa, mientras que todo el gran comedor se llenaba de murmullos por lo dicho- ahora que comiencen las presentaciones- dijo mientras observaba a los jóvenes reunirse en un pequeño círculo decidiendo quien sería el afortunado o afortunada de presentarse, sabía que muchas cosas cambiarían y serien descubiertas y sólo esperaba que fueran para bien.