Capítulo 1: Visitas.

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Nuevo fic de Amphibia, nuevo fic de Amphibia. Se que ya tengo otros dos por allí sin terminar pero pensé que lo mejor sería ir subiendo todos capítulos que termine, no importa si son capítulos de nuevas historias o de historias en progreso. En fin.

Amphibia le pertenece a Matt Braly y a sus respectivos creadores. Contenido GIP y contenido que puede resultar ofensivo para algunas personas, por favor leer con discreción.

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Sinopsis.

Marcy siempre ha sido una chica muy solitaria y muy gentil dispuesta a ayudar a todos aquellos que lo necesitan. Un día de repente su vida dará un giro inesperado cuando conoce a un par de chicas que le cambiaran su vida para bien o para mal. (Contenido GIP chicas con miembro) (Favor leer con discreción).

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Capítulo 1: Visitas.

—Buaaaaaa... —Bostezaba una chica bajita de descendencia asiática de piel clara. Era pelinegra de cabello corto, azabache. Usaba un pantalón gris con pantuflas verdes, una sudadera gris con cierre y con gorro.

Se hallaba jugando video juegos en total soledad en su casa. La cuál era muy grande. Pero al vivir sola la sentía mucho más enorme.

Hacía lo mismo de todos los días.

No tenía muchos amigos o personas cercanas gracias a su falta de atención a sus alrededores. Y es que siempre fue una chica amante de los video juegos y muy lista.

Pero se llegaba a arrepentir enormemente por su maldito vicio. A los casi veinticinco años era virgen, no había besado a nadie en su vida y mucho menos había tenido una cita.

Se sentía como una perdedora.

—¡Si, gane! ¡SOY UNA GANADORA! —Le grito a su televisión de cincuenta pulgadas la cual estaba en la sala de su casa.

El mando de su Ps5 cayó a un lado mientras ella se ponía a bailar al ver que en la pantalla del juego había un gran anuncio que la declaraba como ganadora de la fase clasificatoria del torneo de juegos de pelea en el cuál había entrado.

Y para el cuál pagó veinte mil dolares para participar y el cuál era el precio que pagaba cada participante para poder entrar en dicho torneo.

—¡Oh no! ¿¡Y ahora como pagaré la operación de mi hija!? —Se escucho llorar a un sujeto al otro lado del micrófono.

Lo que hizo que ella dejara de bailar. Y pusiera una expresión preocupada. Rápidamente tomó asiento, tomó un sorbo de su gaseosa y le dio un par de mordidas a una rebanada de pizza que tenía por allí.

Se limpió sus manos en su pantalón para luego sentarse nuevamente.

—Oye amigo, ¿Qué pasa? –Le preguntó al que era su rival hasta hace unos minutos.

—No, nada olvídalo. Buen juego, nos vemos y suerte en el torn...

—¿Tu hija necesita una operación? —Preguntó ella interrumpiendo al sujeto.

—Si, si. Creí que ganando los dos millones que le dan al ganador del torneo me servirían para pagarla y también su recuperación, pero fui un idiota al no ver que habrían jugadores tan expertos como tú... —Se lamento el pobre.

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