Capitulo 02

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-PORSCHE-
Kinn:
"No me digas que volverás a dejarme en la misma gasolinera". Dijo la voz ronca
del hombre detrás de mí. Ahora mismo se encuentra en mucho mejor estado que ayer, aunque aún hay señales hematomas en su cara, no sabía decir si sean a causa de la pelea de ayer o de la pelea que acabamos de enfrentar.

Porsche: "¡Maldición, ahí vienen!" No estaba hablando con él, pero hablé conmigo mismo en voz baja, después de mirar por el espejo retrovisor y comenzar a acelerar mi motocicleta una vez más, pude ver la motocicleta de uno de los hombres de negro tratando de alcanzarme, ahora es el momento de actuar. El motor detrás de mí estaba
tratando de alcanzarme, pero no me detuve, posiblemente podrían igualar mi velocidad en la carretera, pero no más allá de eso. Comencé a buscar una salida de la calle principal, entrando en un callejón pequeño y estrecho con un camino lleno de baches.
Mi habilidad para esto no está en duda, además mi motocicleta que es una todoterreno con una maniobrabilidad bastante ágil, estoy seguro que puedo dejarlos atrás.

Kinn: "¡Ten cuidado!" Una voz ronca sonó mientras el viento golpeaba su rostro. Una mano sostenía mi cintura con fuerza, la otra se encontraba apoyada contra el respaldo
del asiento.

Porsche: "Agárrate fuerte." Ordené antes de acelerar aún más. Soltó el agarre detrás de la silla y me abrazó con fuerza. Su cabeza descansa sobre mi espalda, con la intención de evitar el viento que golpea su rostro.

Kinn: "Oye, no estoy muerto." Dijo la voz ronca antes de mirar a su alrededor. Apagué el motor de mi motocicleta después de sentir que ya nadie me seguía, porque el camino que estaba tomando era muy complicado y difícil de manejar para las motocicletas de
motor normales, por lo que nadie hubiera podido alcanzarme. Dejé escapar un suspiro de alivio cuando mi motocicleta se detuvo frente a mi casa.

Kinn: "¿Dónde estamos?"

Porsche: "Mi casa." Realmente no quería correr el riesgo de traerlo a mi casa. Sin
embargo, en una emergencia como la de este momento, el camino que mejor puedo controlar es el camino de mis alrededores, sin darme cuenta este camino me llevó de regreso a mi casa.

Porsche: "Entra, lávate la cara y límpiate un poco..." Él exhaló un largo suspiro de alivio por la boca, como si acabara de estar de gira por el infierno, luego siguió su camino hacia mi casa.

Kinn: "¡Espera!" Dijo, deteniéndome en seco. No me volví hacia él, simplemente saqué
un cigarrillo de mi bolsillo y lo encendí hasta que el humo blanco voló en el viento.

"......" No dijo nada y solo me miró y arqueó las cejas inquisitivamente.
Porsche: "Cincuenta mil." Dije sosteniendo el cigarrillo en mi boca, mientras giraba mi
cuerpo para echar un vistazo.

Kinn: "¿Huh?" Él se rio entre dientes. Luego hizo una mueca de incredulidad. "Ayer, mi reloj ..." Antes de que terminara de hablar, silenciosamente tragué mi saliva y lo interrumpí.

Porsche: "Ayer, fue ayer, nada que ver con hoy". En realidad, en secreto tenía miedo de que me pidiera que le devolviera el reloj, porque ya lo había vendido para pagar el dinero del semestre de Che, reparar el airea condicionado y pagar todas las deudas
hasta que no quedara dinero.

Kinn: "Ayer me pediste cincuenta mil, hoy cincuenta mil, el total debería ser cien mil.
Mientras tanto, tomaste mi reloj, el cual probablemente puedes vender en al menos
cuatrocientos mil. No eres estúpido, busca una tienda que lo compre. De lo contrario, te pagaré. por adelantado."
El hombre sonrió. Me hace pensar detenidamente en que quiero darle un puñetazo en la cara. Me fulminó con la mirada, sus ojos tenían una luz aterradora dirigida hacia mí, como si quisieran mostrar que no era una persona común.
Su rostro presentaba hematomas en varias zonas, pero eso no hizo que el rostro del mestizo asiático-europeo pareciera menos apuesto. Hoy vi su rostro claramente, él tiene todos los rasgos y esa personalidad que tiene alguien de una familia noble. En ese
momento guardé silencio para así evitar que el continuara haciendo más cálculos junto conmigo.

KinnPorchəDonde viven las historias. Descúbrelo ahora