¿Por qué a mí?

El inicio del fin, un nuevo comienzo

Kagome lloraba mientras corría por el bosque, su vestido de novia se atoraba en las ramas, pero ella seguía corriendo sin rumbo fijo.

Después de varios tropiezos, lágrimas y sollozos llegó al Árbol Sagrado, su llanto cesó por un momento, se quedó inerte observando ese majestuoso árbol que significaba tanto para los dos, ya que fue el lugar donde ella e Inuyasha se conocieron. -Aquí comenzó todo- Susurró Kagome con la voz entrecortada tratando de contener sus lágrimas.

Intentó no llorar, pero el esfuerzo fue en vano, lágrima tras lágrima caía de los ojos de Kagome, se dejó caer sobre sus rodillas, arrodillada lloraba al pie del Árbol milenario, ese árbol significaba mucho para ella, en él estaban la mayoría de sus recuerdos, no solo de la época Sengoku sino de la época de dónde venía. Casi toda su vida estaba en ese árbol, ahí fue donde supo que estaba enamorada de Inuyasha, ahí fue donde su madre le contó varias historias sobre su padre, del cual ya casi no recordaba nada...

Ya nada le importaba, no podía volver a su época a los brazos de su madre que siempre la apoyó, no estaba sola en el Sengoku pero no hay nada como una madre para aliviar las penas y dolores, si bien Sango era su mejor amiga, su confidente, su hermana eso no le era suficiente, necesitaba a su madre en ese momento, cayó en cuenta de donde estaba, -aquí no tengo familia- se dijo a si misma para después llorar con más intensidad.

Lloraba por su familia rota, por su fallecido padre, por haber dejado a su familia por volver a una época a la cual nunca debió volver, lloraba a ratos por el amor que la había decepcionado, de repente se le escapaba una risa nerviosa admitiendo lo que siempre había sabido, Inuyasha no le convenía.

Llevaba mucho tiempo llorando, sus ojos estaban rojos e hinchados de tanto llorar, su vestido de novia estaba sucio y manchado de sangre, tenía rasguños por haber corrido por el bosque, tenía heridas leves en la cara de todas las caídas que sufrió, su cuello seguía morado, aquel agarre casi la mata, pero ya todo había terminado para ella, su historia no tenía un final feliz.

Se tocó el rostro, encontró sus manos manchadas de tierra y sangre, recordó lo que había pasado en su "boda" si es que eso se podía llamar una boda ya que terminó humillada, sin novio y sus amigos heridos. 

Después de un llanto desconsolado Kagome logró calmar su respiración, cuando estaba por calmarse una idea de coló en su cabeza, de sus labios empezaron a salir palabras inentendibles hasta que después de un rato empezó a murmurar con más claridad un: -¿por qué?- en tono bajo -¿por qué?- repitió más alto ahora lágrimas en los ojos, pero no de tristeza, sino de rabia, estaba enojada con el mundo, con ella misma.

-¿POR QUÉ A MÍ?- gritó golpeando el suelo con los puños, siguió repitiendo la misma pregunta y golpeando el suelo al mismo tiempo que sus débiles manos comenzaron a sangrar.

-¿Hice algo malo?- Musitó Kagome mientras veía el suelo con la mirada vacía, su aura comenzaba a crecer, ella no lo notaba pero ya había hecho una barrera a su alrededor, su poder se le estaba saliendo de las manos.

¿en serio hice algo malo, algo por lo que mereciera algún castigo?, -no lo sé... se autorrespondió, no creo haber hecho algo tan malo, ah... ya lo sé, ya sé lo que hice- dijo Kagome levantándose y limpiado sus manos.

-¡LO QUE HICE FUE AMARTE!- gritó Kagome tan fuerte como pudo, -lo que hice fue amarte- repitió con lágrimas en los ojos , -¿Por qué a mí?- dijo corriendo en dirección al pozo devorador de huesos con la esperanza de volver a su hogar, con su familia, su mamá, Sota, buyo y el Abuelo.

-Inuyasha me fallaste, me fallaste grandísimo tonto, yo creí en ti y me abandonaste-  gritó Kagome repetidas veces mientras seguía corriendo en dirección al pozo, no sabía de dónde salían tantas lágrimas, se sentía débil, detuvo su andar cuando se dio cuenta de que no había forma de volver a casa, -ir al pozo no resolverá nada, después de todo fue el precio que pagué- dijo con una sonrisa -al menos ellos están felices- 

La pobre Kagome no podía más, su corazón estaba destrozado el día que debió haber sido uno de los más felices de su vida se convirtió en una pesadilla de la que quería despertar, pero todo era cierto y nada de lo que hiciera iba a cambiar el hecho de que su vida ahora no tuviera sentido. 

Derrotada regresó a los pies del Árbol Milenario, se recostó en sus grandes raíces y observó a su alrededor, no había nadie, nadie la siguió, nadie la buscaba. -de verdad soy una tonta- se dijo a sí misma para después agachar la mirada y seguir llorando. Estaba muy cansada ya era de noche y volvió a repetir -¿por qué? ¿por qué a mí?- Antes de desmayarse por el cansancio.

#MiracleDR

#Editado el 15-23/07/2020 y el 8/8/2020

Nota: a las que vienen entrando esta historia no tendrá un final feliz InuKag. Si quieren leer algo bonito InuKag pasarse a mi otro fanfic, tienen las mismas bases pero final diferente. Está acá en mi perfil, se llama ¿Por qué a mí? - Un amor predestinado.

Gracias por su apoyo, cada día se me ocurren más cosas y me devuelvo a editar para que todo calze, mil gracias por su apoyo a las nuevas que me leen, el lunes entro a la universidad de nuevo, voy a aprovechar el tiempo que tengo disponible para editar lo que tenía planeado para el mes de julio, es que me dí una escapada el fin de semana pasada y me atrasé. Se les quiere❄