↬Posesividad digamos que 10/10
↬Celos más de lo mismo
↬Drogas y cosas así también
↬Maltrato psicológico y físico digamos que quizás un poquito 🤏🏼
↬Escribo esto porque vi en un manga a un omega todo empoderado y dije we Mikey omega dominante
↬Y...
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Takemichi siente que el aire no pasa como debería por sus pulmones, escucha el propio latido de su corazón el cual parece estar apunto de salirse de su pecho, quiere vomitar La cabeza de Yuuto está frente a él se puede ver como hay algo de sangre sobre la bandeja, su cabeza gira lentamente hacia Mikey
Takemichi-¿Por qué?-Dice en un hilo de voz mientras aprieta los bordes de él pequeño taburete donde está
¡Que esto se sólo una pesadilla!
Manjiro-Estaba siendo muy pesado-Dice levantándose de su asiento y dando vueltas sobre la mesa y Takemichi-te a llamado más de 100 veces, dejando muchos mensajes en el buzón de voz ¿y sabes lo que decía en uno de ellos? ¡Que le gustabas! ¿¡Te queda claro el por qué lo e echo ahora!?
Su respiración quedó atrapada en la tráquea de Takemichi, era consciente de la maldad que se albergaba en esos ojos negros, Takemichi necesitaba huir, siente esa enorme necesidad de salir corriendo, sintió más que a Mikey tirando hacia atrás contra su cuerpo siendo enjaulados en sus brazos, su mirada va hacia donde el omega tras de él está, solo para chocar la mirada con esos ojos oscuros, antes de que la comisura de esos ojos se arrugará en forma de sonrisa
Takemichi no lo puede evitar vomita vaciando completamente su estómago, su respiración vuelve y está completamente agitada, se empieza a hiperventilar, cuando Mikey toca su espalda acariciándola lentamente, quiere gritarle, pero antes de que su muerte pueda dar una clara respuesta todo se vuelve negro
Todo esto a pasado por mi culpa.. .
¿Más gente morirá?
¿Ni siquiera puedo hacer amigos?
La respuesta es clara
Takemichi siente como su lobo lame sus mejillas, en ese lugar están solo ellos dos, al levantar la vista ve aquel negro animal, estira sus brazos y abre sus piernas para abrazarlo, el pelaje del animales animales suave, tanto que lo hace no querer separarse nunca de él
Lo siento, Lo siento le repite una y otra vez él tendría que ser más valiente, debería ha plantado cara Mikey, su lobo nunca le echa las culpas de todo, ya que el de igual manera ama al lobo de Mikey, ese lobo color dorado que tantas veces ha estado junto a él
Cuando se despierta ve que está en la habitación que comparte con Mikey, escucha la ducha, suspira pesadamente, sus músculos duelen, seguramente por haber estado encogido tanto tiempo, cuando escucha la puerta abrirse gira rápidamente su vista, Mikey lleva puesto un pijama que le está algo grande, quizás hasta sea suyo
Manjiro-Por fin despiertas
Takemichi-Mikey no deberías haber...matado a Yuuto
Manjiro-Pero Takemichi, él quería también de ti
Takemichi-¡Mikey no puedes matar a cada persona que se acerca a mí!-Mierda no debería haber gritado
Manjiro-Claro que puedo...
Takemichi-Tu no..simplemente-Rápidamente guarda silencio mordiéndose el labio con fuerza
Abrumado por la frustración y el dolor se acurrucó sobre sí mismo, tirando de las mantas a su alrededor, la atmósfera en la lujosa habitación se sentía pesada mierda, mierda, mierda ¿cuántos pasos había retrocedido?
Para disgusto de Takemichi el omega se mete en la cama con él, no era como otras veces que dormían separados, se cubrió a medias sobre la espalda del alfa, apagándose todo lo posible a él acarició sintió la nariz del oji-gris acariciar su nuca
¿No estaba enfadado?
Manjiro-Hueles tan bien Takemichi-dijo gustoso, Takemichi se giró sobre si mismo y clavo su mirada contra la de él oji-gris, se acercó lentamente de igual manera metiendo su nariz el el hueco de su cuello, Mikey le dejó más espacio para que estuviera más como
Takemichi-A mi también me gusta como Mikey-kun-Dijo para después mordisquear por encima
Un pequeño gemido escapó de entre los labios de Mikey, el cuerpo que comenzaba a temblar de placer, esa zona para los omegas era de lo más delicado, sus ojos grises se cerraron, el roce de los labios en su glándula de olor dejaba un rastro de fuego bajo su piel el olor de ambos se esparcía por la habitación no solo a ellos dos