Cuando desperté, tenía un dolor muy fuerte de cabeza y jadeé de dolor al sentir pinchazos constantes en el interior de mi cabeza. También tenía presente el dolor de estómago y eso me hizo recordar lo que pasó anoche y me retorcí, lágrimas se escurrían por mis mejillas al recordarlo todo. De repente me vino a la mente la imagen de Mason y la ingoré en seguida sabiendo que sería imposible que eso fuera real. Tendría que haber sido por las cervezas que tomé anoche, me dije mentalmente. Abrí los ojos y gracias a dios estaba en mi habitación.
Antes de que pudiera levantarme, mi madre entró en mi habitación y se entró en mi cama, justo a mi lado. Me incorporé lentamente hasta sentarme y mi madre se abalanzó en un abrazo.
- ¿Qué ocurre mamá?- Me arrepentí en seguida de haber hablado tan alto y mi madre se dio cuenta en seguida.
-¿Quieres que te traiga una aspirina?- Me preguntó con... ¿tristeza? Y asentí con una sonrisa ignorando ese detalle.
En unos 5 minutos mi madre ya había subido con una pastilla en la mano y un vaso de agua en la otra. Me la tendió y me tragué la pastilla sin dificultad gracias al vaso de agua. Me miró fijamente con un brillo en los ojos que reconocí en seguida que algo iba mal, ella siempre era muy alegre y siempre estaba sonriendo y verla así me rompía el corazón.
-Mamá... ¿Qué pa...?- No me dejó acabar y me abrazó con fuerza y empezó a llorar en mi hombro. Siempre que veía llorar a alguien cercano a mí, tenía el impulso de llorar también por eso unas lágrimas traicioneras empezaron a salir de mis ojos. Se apartó de mi y me miró a los ojos, los tenía rojos y con el maquillaje corrido por debajo de los ojos. Antes de que pudiera preguntar que le ocurría habló ella.
-Sé que pasó anoche y me siento muy mal por qué sé lo que es eso. Nunca te lo he contado para no preocuparte.- Cogió aire y siguió hablando- Cuando yo tenía un año menos que tú, un hombre me violó, siendo yo virgen y sé lo que es no tener la conciencia tranquila sabiendo que puede pasar cualquier cosa mientras andas tranquilamente por la calle. Y de una forma me siento muy mal sabiendo que eso te marca, quieras o no. Sé que diga lo que te diga harás lo que quieras pero te pido por favor que si vas a algún lado, intenta tramitar por algún sitio donde halla mucha gente o intenta no ir sola y si vas a alguna fiesta, ves siempre con alguien, nunca vallas sola- Me dijo con más lágrimas en los ojos, lo que me dijo causó que yo llorara más. Y las dos nos envolvimos en un fuerte abrazo y en un mar de lágrimas.
-Mamá, ¿quién te lo dijo?- Dije un poco más tranquila.
-Supongo que no te acordarás. Cuando te ocurrió eso, te desmayaste y Mason te trajo a c...- La interrumpí.
-Espera, es que creo haber escuchado Mason- Reí.
-Escuchaste bien, cielo. Él se encargó de golpear al chico que casi te violó, fue él el que se encargó de que no llegara a más y además te trajo a casa.- Antes de que pudiera hablar, ella siguió- Sé lo que pasó entre vosotros pero él te ayudó y pienso que deberías hablar con él, no te digo en plan de volver ni nada parecido si no solamente darle las gracias por lo que hizo anoche.
Me quedé pensando lo que me había dicho mi madre y tenía razón pero me acordé de que cuando pasó aquello estaba tan enfadada que borré su número.
-Borré su número de teléfono.
-Fuiste a su casa varias veces, ves a verle. Lo sé pero tienes que darle las gracias de alguna manera y ya sabes que se cambió de instituto y si no vas a su casa no sé como vas a poder verle así que ves, por favor, al menos por mi parte.
No me gustaba por donde iba eso pero tenía que hacerlo, me salvó de una muy grande. Me decidí, iré a su casa, sería muy breve y me iría a casa.
-Está bien.
Mi madre me dio un último abrazo y me ofreció una sonrisa de esas que tanto me gustaban.
Me levanté, me duché y me lavé los dientes, no tenía hambre. Revisé mi móvil, tenía como unas 20 llamadas de Nata y otros 50 mensajes de ella también. La llamé y le dije que quedaría con ella más tarde y le contaría todo. Me vestí con una blusa blanca, unos shorts negros y mis converse blancas. Me peiné un poco con los dedos y bajé las escaleras, avisé a mi madre que iría a ver a Mason.
Ya estaba en la puerta e indecisa. Cogí aire y llamé, me abrió su madre; me llevaba súper bien con ella. Al verme me dio un gran abrazo.
-Cuanto tiempo sin verte, cielo. ¿Qué te trae por aquí?
-Pues venía a hablar con... Mason- Dije jugueteando con mis dedos nerviosa.
-Claro, pasa.
-¿Quién era ma...?- Dijo bajando las escaleras y me miró- Hola.
-Hola- Odié verlo así. Lo único que llevaba era un chándal gris, tenía el torso desnudo e iba descalzo además llevaba el pelo despeinado y se veía muy sexy pero que mucho, no me gustaba admitirlo.
-Bueno chicos, os dejo solos que tengo que ir a comprar unas cosas. Adiós.- Le dio un beso en la mejilla a su hijo y a mi me dio un gran abrazo- Ha sido un placer volver a verte- Se despidió con una gran sonrisa.
-Igualmente, señora Cuper.
-Ya te he dicho que puedes llamarme Elisabeth.-Y cerró la puerta.
-¿Quieres tomar algo?-Negué con la cabeza- Puedes sentarte en el sofá si quieres, yo voy a coger una cerveza.-Asentí sentándome en el sofá.-Bueno y ¿que pasa?- Prenguntó sabiendo por que venía pero se hacía el tonto.
-Bueno...- Bufé- Venía a agradecerte lo que hiciste anoche por mí. Me contó mi madre que tú no dejaste que ese chico me hiciera algo más y que me trajiste a casa.- Dejó de beber y me miró con asombro y después con tristeza.
-No podía hacer otra cosa, no iba a dejar que ese imbécil te... violara.
-Gracias.
Silencio incómodo...
-Bueno yo me tengo que ir, solo venía a decirte gracias por lo de ayer.-Fui a levantarme del sofá pero algo me lo impidió, mejor dicho alguien.
-Espera, lo que pasó ese día... lo lamen...
-Déjalo, Mason. No he venido aquí para hablar de eso, solo para darte las gracias. Lo que hiciste te lo agradezco mucho pero eso no cambia nada entre nosotros así que, aquí se acaba nuestra conversación. Adiós.
Me solté de su agarre y me levanté, decidida a irme pero Mason me cogió de la muñeca y me estampó contra la pared y empezó a besarme desesperádamente. Por un momento le seguí el beso echando de menos esos momentos que pasamos juntos pero después se me pasó por la mente la imagen de Mason y Megan en el cuarto del conserje y me separé bruscamente. Mi mano quedó estampada contra su mejilla, se le quedó la marca de mis dedos en su cara.
-¡Ni se te ocurra volver a hacer eso en tu vida, te acabo de decir que me ayudaras ayer no cambia nada entre nosotros!
-Lo siento, fue el impulso y es que ese cambio que has dado me ha dejado con más ganas. No soporto estar así cont...
-Siemplemente no vuelvas a besarme nunca más, si no te dejo sin descendencia.- Dije eso con mucha rabia. Salí de allí cerrando la puerta principal con fuerza, más de la normal. Caminé con la cabeza bien alta pero sin darme cuenta unas lágrimas cayeron de mis ojos marrones e involuntariamente me llevé los dedos a mis labios.
Necesitaba a alguien ahora mismo y solo había una dispuesta.
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Cuidado, un gilipollas.
Teen FictionElla, una joven adolescente y él, el típico arrogante popular que cree que tiene a todas las chicas a sus pies. En su último año, sus vidas darán un vuelco completamente diferente. Ellos acabarán odiándose mutuamente pero, ¿podrán escapar de las g...