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—¿Ya despertaste? —Tinphat seguía el aroma hasta llegar a la cocina. Encontró a la persona que se había levantado antes de la cama, preparando la comida.

—¿Qué estás cocinando, Oun? Huele delicioso —se acercó y respiró el suave aroma de alguien que ya se había bañado y vestido.

—Sopa de pollo, con papas y zanahorias hervidas bien blanditas para Talay.

—Empiezo a sentir envidia de nuestro pequeño gordito. Todo lo que haces, Oun, es siempre para él. Nunca piensas en su padre primero.

Las ambiguas palabras de Tinphat hicieron que la cara de Oun se sonrojara. Aunque trataba de mantenerse firme, no podía evitar que su piel clara lo traicionara.

—Es natural que los padres piensen primero en sus hijos. ¿Desde cuándo los padres sienten celos de sus hijos?

—Yo sí, cada vez que se trata de ti, siempre me pongo celoso —Tinphat hablaba mientras recogía algunas cosas de aquí y allá, lo que hacía que Oun no pudiera saber si estaba bromeando o hablando en serio.

—¿Hoy vas a la oficina, P'Tin? —Como no sabía qué decir, Oun cambió el tema.

—Sí, pero esperaremos a que Talay se despierte, así que saldremos un poco tarde.

—Yo puedo irme antes, así no tienes que apresurarte.

—¿Podrías no llevarme la contraria al menos una vez? ¿O es que no quieres ayudarme a cuidar al pequeño? —Tinphat usó su carta ganadora, la cual sabía que siempre funcionaba.

—¿Por qué dices eso? Sabes que amo al pequeño —la expresión seria de Oun hizo que Tinphat sonriera en secreto. Oun parecía estar muy molesto, lo cual solo reafirmaba lo mucho que amaba a su hijo. Tanto que Tinphat realmente comenzaba a sentirse celoso, esta vez de verdad y no solo bromeando como antes.

—Ayun ayun, ¡waaaah! —El sonido del llanto proveniente del dormitorio hizo que Oun dejara la estufa y corriera rápidamente hacia la habitación. Tinphat solo pudo sacudir la cabeza. Incluso su propio hijo, al despertarse, en lugar de llorar por su padre, lloraba por su tío Oun. Parecía que realmente estaba siendo desplazado. Tinphat apagó la estufa por Oun y lo siguió a la habitación.

Lo que vio fue a Oun sentado contra el cabecero de la cama, con el pequeño Talay en su regazo, acurrucado contra su pecho, todavía sollozando ligeramente en los brazos de Oun.

—Se despertó y no vio a nadie, se asustó —Oun levantó la cabeza para explicarle a Tinphat.

—¿Quién estaba llorando hace un momento? —Tinphat se subió a la cama y se sentó junto a Oun.

—Yo, P'Talay —dijo el pequeño Talay, mirando a su padre con los ojos aún llenos de lágrimas.

—Ven aquí, campeón de papá —Tinphat extendió los brazos y levantó al pequeño Talay del regazo de Oun. Lo sostuvo contra su pecho, apoyando su cabeza en su hombro, y lo balanceó suavemente.

—No te asustes, lo siento, papá está aquí.

—¿Dónde fue papá?

—Fui a buscar al tío Oun para ti.

—¿Dónde estaba el tío Ayun? —El pequeño Talay levantó la cabeza del hombro de su padre y giró su cuerpo buscando a Oun.

—Tío Oun fue a preparar el desayuno para ti, campeón. Así cuando te despertaras, pudieras comer de inmediato. Tío Oyn no quiere que tengas hambre.

—No tengo hambre, tengo sueño —dijo Talay, frotándose los ojos. Oun rápidamente le quitó las manos de la cara.

—Si tienes sueño, duerme un poco más —Tinphat acostó al pequeño sobre la almohada y se tumbó a su lado.

Alguien te ama [Someone Loves You]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora