Luffy se aferró fuertemente a la camiseta de Ace mientras grandes lágrimas de enojo y tristeza caían de sus ojos que resbalaban por sus mejillas. No quería estar ahí pero por ello no haría ningún berrinche que hiciera molestar a sus hermanos. Y es que estar en un hospital siempre creaba un malestar en Lu. No sabe porque pero simplemente le desagrada esa idea. Ace y Sabo estaban con él entonces significaba que todo estaría bien.
Ahora el hermano mediano limpió los mocos del menor, pero volvieron a aparecer rápidamente ya que el pequeño continuaba llorando con el acompañamiento de algunos sollozos. Los mellizos se sentían destrozados al traerlo y verlo tan triste y desesperado por querer irse rápido, pero todo era para la mejora de su salud. Luffy eso lo entendía, pero una cosa no le quita la otra.
No eran los únicos en aquella sala, habían algunos niños jugando en la parte de juegos que contaba con un laberinto de madera de colores llamativos y unas estanterías que no llegaban más de la altura de la cintura de un adulto, con libros ilustrados. Por otro lado, las sillas de madera contrachapadas predominaban el lugar, donde los padres o familiares estaban sentados esperando a ser llamados.
A Sabo no le gustaba tampoco. No quisiera que Lu fuera contagiado por otro niño enfermo. La sala de pediatría era un horror también. La gran mayoría eran bebés que lloraban a cada rato o niños haciendo berrinches para llamar la atención, todo era mucho ruido y poco silencio a pesar de que había un cartel que lo indicaba.
—Casa...No me gusta aquí.—
—Está bien, Lu. Dentro de poco nos llamarán y ya veras que todo será rápido y nos iremos a jugar.— Sabo tranquilizó al monito acariciando su cabeza, ya estaba dejando de llorar, aún así ocultaba su rostro en el pecho del pelinegro.
Fue un poco agobiante la espera de algo más de media hora, pero por suerte consiguieron distraer a Luffy dejándolo dibujar, dándole su peluche o dejándole mirar videos infantiles por el teléfono móvil. Al fin fueron llamados. Un Joven, seguramente no pasando de los veinte o veintidós llamó desde la puerta número cincuenta y seis, su puerta correspondiente según la recepcionista.
El menor, que no quería separarse ni un segundo, fue cargado por el pecoso, que no pudo evitar darle un beso en la frente al notar lo tembloroso que estaba después de que comenzaron a entrar en la consulta.
Ace y Sabo tomaron asientos en las dos únicas sillas que habían delante del escritorio. Segundos después de que el doctor se sentara empezaron la platica. El joven se presentó como Tony, pero tenía el apodo de Doctor Chopper por su raro y similar sombrero. Luffy, al escuchar ese nombre, no pudo evitar girar su cabecita para ver al Doctor mientras apretaba su peluche. No le desagradó, le parecía una buena persona.
Chopper notó su mirada y le ofreció una sonrisa.
—Hola, pequeño. Debes de ser Luffy, ¿verdad?— Luffy asintió con lentitud. —A partir de hoy me haré cargo de tu salud. Seguro eres un gran niño.—
Luffy soltó una mueca de desagrado. ¡Claro qué era un chico grande! ¿Qué se creía? Apretó a su Chopper de felpa y decidió que quería bajar del regazo de su hermano.
—¡Grande!—Alzó su brazo libre, demostrando su alta estatura.
Sabo calmó a Luffy con unos golpecitos débiles en la cabeza y se disculpó por el pequeño comportamiento de su hermanito, diciendo que al monito no le gustaba que hicieran referencia a que era pequeño. Chopper se disculpó y le dijo a Luffy que no quería ofender. Lo perdonó con rapidez. Después de una pequeña charla con los mayores pasaron a hacer las pruebas de Lu, todo lo que contaba con el peso y altura.
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Proteger lo amado [One Piece AU]
RandomDespués de la muerte de su madre, e incluso antes, el trío de hermanos comenzó a recibir maltrato tanto físico como psicológico de parte de Dragon, su padre. Y gracias a un descuido de éste, Garp finalmente pudo encontrar a sus nietos y darles una b...