Sabo apartó el termómetro de la axila de Luffy observando preocupado los números que vio después del pitido del aparato.—Tienes treinta y ocho de fiebre.—
Dejó el termómetro a un lado y posteriormente agarró el trapo húmedo de su hermano para volverlo a remojar en la cubeta y extraer el agua. —¿Por qué no nos dijiste esta mañana?— Colocando nuevamente el trapo en la frente.
—Humm...— Volteando hacia otro lado avergonzado y escondiendo la mitad de tu rostro con la sábana.
El trapo cayó y Sabo suspiró para recolocarlo nuevamente. —¿Sigues molesto con nosotros?—
—No...—
Apenas Zoro se fue de casa, Luffy había caído completamente agotado y mareado. A duras penas pudo llegar a su habitación para tener un poco más de paz. Cuando tocó la cama se durmió al instante, hasta que sus hermanos aparecieron.
Fue gracias al tacto de Sabo que lo despertó, se sintió todavía peor cuando lo hizo. Su cuerpo estaba prácticamente adolorido, además ¡tenía mucha hambre! Estaba algo molesto consigo mismo, pero también feliz.
Quizás sí debió quedarse en casa y planear su salida con Zoro cuando se sintiera mejor, pero estaba muy feliz cuando salió con él, de hecho ni siquiera recordó que estaba enfermo hasta que Zoro lo notó. Supone que de alguna manera apaciguó su malestar. ¡Cómo le encantaba estar cerca de él!
—Traeré algo de comida, ¿sí?—
El menor asintió lentamente, Sabo imitando la misma acción antes de irse. Apenas éste se fue observó la pulsera de su muñeca y sonrió ampliamente. Acababa de recordar que le dio su regalo a Zoro.
De la misma manera Zoro también observa el suyo con una sonrisa avergonzada en el rostro. No pudo dejar de hacerlo durante todo su camino de regreso a casa.
Avisó su regreso mientras se quitaba los zapatos y los dejaba a la entrada. Su hermana lo recibió desde la cocina. Zoro pasó delante del sillón donde su padre estaba sentado, quién pudo notar la pequeña sonrisa que traía en los labios, sintiendo curiosidad por la felicidad de su hijo.
El peliverde subió rápidamente las escaleras antes de encerrarse en su habitación, pero Perona se asomó por las escaleras exclamando hacia su hermano si quería cenar ahora o más tarde, el menor respondiendo con la primera opción. Estaba algo hambriento y cansado, quería comer para después bañarse con más tranquilidad.
Intentó mantenerse centrado haciendo su tarea pero se le complicó bastante. ¡Cálmate! ¡Sólo es una pulsera...! Que Luffy me hizo. Pensó y posteriormente se golpeó la frente y se dejó tumbar en el suelo.
—Mierda.—
Las espadas y Luffy son sus únicas debilidades.
No sabe cuánto tiempo pasó pero finalmente Perona lo llamó para cenar. Fue su oportunidad para dejar de pensar tanto sobre lo de hace horas.
Su familia había comenzado a comer sin él, algo trivial y sin importancia. Simplemente se sentó y se dispuso a agarrar una bola de arroz cercana, llevándoselo a la boca y dándole un mordisco. Mihawk parecía prestar atención a la televisión, donde una película sobre la edad media estaba siendo transmitida.
— Zoro, ¿qué traes en la muñeca?— siendo una hermana observadora, pregunta.
A pesar de llevar una camiseta de manga larga, se había resbalado un poco, dejando al descubierto la pulsera roja que rápidamente cubrió y escondió.
—¡No es nada!—
—¡Grosero! ¡Déjame ver, soy tú hermana!—
Perona se abalanzó rápidamente para agarrar el antebrazo de su hermano y atraerla hacia ella. —¡Oye!—
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Proteger lo amado [One Piece AU]
RandomDespués de la muerte de su madre, e incluso antes, el trío de hermanos comenzó a recibir maltrato tanto físico como psicológico de parte de Dragon, su padre. Y gracias a un descuido de éste, Garp finalmente pudo encontrar a sus nietos y darles una b...