La agrupación surcoreana conocida como The Boyz está compuesta, en su mayoría, por Alfas, unos cuantos Omegas y un Beta.
Pero luego de varias extrañas situaciones, comienzan a sospechar de cierto Beta, o más bien, de su identidad.
• アルファではありません •
••...
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ㅡ¿Has estado bien, hijo?
Murmuró el señór Bae acariciando la larga cabellera de su hijo quien reposaba la cabeza sobre sus piernas y los pies sobre el regazo de su hermano mayor quien miraba la televisión sin prestarle mucha atención al mundo a su alrededor. Típico de Jeff.
ㅡSi... tuvímos muchos conciertos y fue increible.
El alfa mayor sonrió. ㅡ¿No te has enfermado?
Jacob negó. ㅡNo realmente, nunca pasé de un simple resfrío... tal vez algo de fiebre pero nada más.
ㅡ¿te has lastimado?
ㅡAh... si, me torcí un pie pero ya estoy mejor.
ㅡ¿Durante un entrenamiento?
Jacob negó. ㅡPersiguiendo a Kevin.
El hombre de cabellos gríses soltó una sonora y suave risa. ㅡ¿Por qué?
ㅡSe había comido mi cereal.
El señor Bae mordió su labio inferior y negó lentamente. Recordándo a Jacob con tal solo siete años gruñiéndole al perro de sus primos cuando este deboró los cereales directo de su tazón. Había estado con el ceño fruncido y los labios estirados todo el día, se había visto tan bonito enojado.
El alfa adulto suspiró.
ㅡ¿y mami?
Habló Jeff de repente volteando hacia ambos. ㅡBaño, maquillándose creoㅡ dijo el señor Bae y sus dos hijos lo miraron con una leve confusión en sus rostros.
ㅡ¿Para qué?ㅡ preguntó Jacob.
ㅡPensabamos ír a cenar ya que estámos todos juntos, ¿qué les parece?
Los hermanos intercambiaron miradas y asintieron. ㅡBien... iré a cambiarme entónces.
Dijo Jacob y se sentó, bajándo los pies del regazo de su hermano para levantarse y correr hacia las escaleras subiendo rápidamente yendo en dirección a su cuarto.
Aún era extraña la sensación de la alfombra bajo sus pies descalzos, se habia acostumbrado al piso de madera del apartamento en Corea.
Su lobo sacudió la cola emocionado y lo hizo reír.
ㅡEs raro que estés de buen humor...
Murmuró, a lo que el animal gruñó.
Cállate.
Jacob suspiró, e ignoró al animal aparentemente bipolar comenzando a desvestirse, dejando su playera y pantalones cortos sobre la cama, sacando una camisa blanca y un par de jeans de su armario, algo simple y cómodo.
Se estaba poniendo el jean cuando su teléfono sonó, volteó hacia dónde escucho el tono del aparato y lo encontró sobre la mesita de noche junto a su cama, se acercó y lo tomó, sonriendo ladínamente al ver el nombre en la pantalla.
