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Juyeon subió la mirada encontrándose con sus brillantes ojos negros y su expresión tranquila

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Juyeon subió la mirada encontrándose con sus brillantes ojos negros y su expresión tranquila. Le estaba mirando profundamente sin siquiera darse cuenta, atento y algo cansado, acariciando su cabello con dulzura.

Se veía muy precioso sin una sola gota de maquillaje...

En ese momento sin siquiera pensarlo, ni dudarlo, se estiró sobre su cuerpo y besó sus labios castamente, separándose segundos después para acomodarse en el hueco de su cuello.

Abrió los ojos lentamente, pestañeando hasta que se acostumbró a la luz que entraba entre las blancas cortinas de su cuarto.

Suspiró. De nuevo ese sueño.

Estiró la mano hacia su izquierda y tomó sus gafas de la mesa de noche, los acomodó sobre el puente de su naríz y se sentó en la cama.

Estiró su delgado cuerpo cual felíno y soltó un pequeño quejido al sentír una incómoda tensión en su vientre. Frunció el ceño con molestia y se sentó sobre la cama, suspirando lentamente antes de levantarse y caminar hacia su escritorio, sacando del segundo cajón un contenedór plástico que metió en el bolsillo de su pijama.

Salió del cuarto y fue recibido por el oscuro pasillo, el cual atravesó parándose frente a la puerta del cuarto de su hermano, enfocó su atención y escuchó. El sonido de suaves ronquidos llegó a sus oidos y supo que el alfa aún dormía. Avanzó un par de metros más hasta el cuarto de sus madres y allí también pudo oír el sonido de sus respiraciones tranquilas. Todos estaban durmiendo.

Siguió caminando hasta llegar a la cocina. Sacó del refrigerador una botella de agua y se paró frente a la barra. Buscó en su bolsillo el contenedor, lo abrió y con un rápido movimiento volcó en su mano parte del contenido, le dió un vistazo a lo que tenía sobre su mano, repasando los nombres en su mente.

Paroxetina,Venlafaxina e neutralizadores del aróma.

Una vez seguro, se llevó el coctel de pastillas a la boca, tomándo la botella para beber todo su contenido, pasándo todo con dificultad. Soltó la botella inclinándose hasta apoyar ambas palmas sobre la fría barra y cerró los ojos, sintiendo un enorme nudo en el estómago unirse a la incómoda tensión.

Se tambaleó tontamente sobre sus pies descalzos, aún algo atontado por el sueño que todavía inundaba su cuerpo y nublaba su mente, solo que no lo suficiente como para que hacer que olvidára tomar sus medicamentos diarios.

Abrió los ojos irguiéndose retrocediendo, ignorando el ardór en su estómago -causado por las drógas que había ingerido-. Fue hacia las gabetas altas y sacó de allí una caja de sacos de té verde con jazmín y de la gabeta contigua una taza, posó esta sobre la barra con el saquitos en su interior. Tomó la tetéra eléctrica y la llenó de agua, encendiendola y dejándo que calentára. Se sentó sobre la barra, dejándo colgar sus pies mientras jugaba con sus dedos, perdido en los pensamientos que rondaban su cansada mente. Aunque en uno en específico, aquel sueño que venía teniendo hace un par de días.
El sueño en el que besaba a Chanhee.

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