Tal vez no tan cruel

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RECUERDOS DE ADOLESCENCIA

(Tal vez no tan cruel)


—¿Qué sucede? ¿No te gusto el regalo? — Pregunto aquel muchacho que por el rechazo hacia su ofrenda tiraría todo a la basura. —Vamos, me costó hacerlo. —

Ofrecía aún con ambas manos sosteniéndolo

—¡Si! ¡Si! ¡A-Adoro el gesto! — Respondió con mucho miedo y nerviosismo, ella sabía lo que sucedería si se negaba a aceptarlo, tal vez podría perder su otra pierna y perdería la oportunidad de salir de ese lugar.

—¡Genial! Pero... ¿No mientes verdad? — No era tonto, sabía exactamente que lo decía por puro miedo que la rodeaba, aun así, fingiría demencia solo para juguetear un poco. —No me gustan las mentiras, pero a quien engaño yo siempre las digo JAJAJA. —

No hablo, solo guardó silencio porque era peligroso estar cerca y decir algo fuera de lugar, era tan sensible que la más mínima broma podría significar su muerte.

Ambos estaban en ese cuarto no tan oscuro por la poca luz que había, apestaba, pero a ninguno le importaba, ya sea porque uno estaba acostumbrado y la otra solo podía oler su propia sangre.

Aun manteniendo su sonrisa falsa y con pequeñas lágrimas salidas de sus ojos esperaba cual era ese "regalo" que le ofrecía.

—Te lo abriré por ti jajá. — Y así fue, poco a poco fue desenvolviendo el papel de este, revelando una caja de cartón que contenía algo adentro. —Créeme, esto te encantará. — Al abrirlo, los ojos de la chica quedaron casi paralizados... Era su pie, aún con sangre seca, ni siquiera se habían molestado en lavarlo.

Tosió un poco para dejar salir algo de vomito al verlo, no soportaba más lo desagradable que podría llegar a ser.

El chico castaño acerco la extremidad a su estómago. —M-Me encanta...— Dijo para complacerlo.

Río ante la respuesta que obviamente era falsa, él lo sabía, pero no importaba, no le importaba recibir un poco de agradecimiento, aunque fuera falso.

—Bueno... tal vez por esta vez te deje tranquila, ¡a mí tampoco me gustaría que me regalaran mí pie ja! —

Retiro de nuevo la extremidad y la volvió a guardar en la caja.

—¿T-Te irás? P-Pero no hicimos nada. — Le sorprendió su acción, nunca había pasado, aun así, un alivio se hizo presente en ella.

—¿Quieres que me quedé? ~ ¿Quieres más extremidades sueltas? ~— Solo bromeaba, era verdad que si la dejaría sola esa vez.

—¡No! ¡Digo! ¡P-Perdón yo...! — La risa del mayor no la dejo terminar su frase.

—JAJAJAJA NO TE HARE NADA NO TE PREOCUPES, Creo que estar encerrada aquí ya es una tortura... así que, ¡nos vemos! — Al decir esto salió por la puerta principal cerrándola con llave y subiendo las escaleras en donde se encontraría con sus compañeros.

Ranita ya estaba a salvo según ella, al menos se alegraba de que esta vez ya no pasará nada, aunque le extraño un poco y al pensarlo tal vez él le haría más daño la próxima vez, el miedo volvió a recorrerla.


[...]


—¿Qué sucedió ahí? — Pregunto Crystal quién hasta ella no sabía que le había sucedido

—Si tiene razón, yo quería acción, escucharla gritar. — Reclamo ahora Audio, ella se encargaba de las cámaras pues esto le satisfacía mucho.

—Lo siento ¿Ok? No estoy de humor. — Dijo algo enojado, Angel no quería dañar a nadie hoy.

—Está bien amigo, se entiende, nosotros también tenemos nuestros días. — Baby hablo, era como la segunda mano de Angel.

—Pero para eso está el lugar ¿no? — Menciono Luck

—Solo, olvidemos que esto pasó ¿sí? Mañana lo recompensare, y prometo que será mejor. — Hablo serio, ni él sabía que le pasaba, pero sería algo de momento, pronto volvería a lo mismo.

Eso esperaba.

Fin.

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