RECUERDOS DE ADOLESCENCIA
(Tal vez no tan cruel)
Parte 2
Aquel calor que llenaba el lugar, el sudor que recorría su piel ensangrentada, las heridas que aún seguían rojas... o si, no había acabado nada aún.
Un llanto se escuchaba, un llanto, pero no de las víctimas... si no dé el mismo, quien aún tenía su brazo cortado por el vidrio que había encontrado.
—Soy un monstruo...— susurraba, no había nadie en casa y era el único momento en donde realmente se desquitaría con la persona que más odiaba.
Aún le ardía, pero ese era el objetivo que tenía, para él su sufrimiento era merecido por todo el daño que causaba, no solo a sus víctimas sino también a su familia.
"Estarían mejor sin ti" "solo eres una carga" "como si valieras algo" "por eso eres cobarde" "si mueres será un plato menos" Resonaban esas palabras en su cabeza, años tras años fue empeorando.
¿Qué más da? Era uno de esos tantos momentos en donde simplemente se sentía mal, después de todo aún tenía que fingir que todo andaba bien.
Cómo último acto tomo el alcohol de emergencia y lo vertió en sus heridas para soltar quejidos y asi curarse a sí mismo, odiaría que alguien lo notará débil.
Momento de volver a su lugar feliz, tomo su cuaderno de color celeste donde siempre anotaba las cartas y se lo llevo con él.
[...]
—¡Oh miren quien llegó! — Dijo Audio con sorpresa y entusiasmo. —Pensé que no vendrías hoy, es muy tarde. —
—Tenia cosas que comprar y además me duele la cabeza, pero eso no me impide disfrutar aquí ¡jajá! — Respondió con la misma emoción, a pesar de estar fingiendo ¿No estaba siendo muy melancólico ya?
—Ok ok no hay problema, ayer me quedé con ansias de escuchar gritos y lamentos, no me decepciones porfías. — ahora sonó un poco más seria.
—Eso solo fue un maldito error, o que ¿Vas a llorar? — Solo se burló para molestar.
Ambos dejaron de hablar y se centraron en lo suyo, Audio fue a sentarse en donde siempre, cerca del equipo de sonido y cámaras vigilando que nadie escapara y esperando la acción.
Angel solo se dirigió a la mesa pegada a la pared, ahí había muchas notas colgadas que los demás dejaban.
"Querido juguete, me da pena que hayas muerto anoche porque planeaba tomar el té contigo, pero no fuiste tan fuerte como para soportar esa silla sobre ti al caer, lamento eso. Besos Crystal."
Era lo que decía en una de ellas, así dejaban un mensaje para el difunto, cada una era personal.
Su turno, tomo un plumón que siempre dejaban para las notas y empezó a escribir...
"Queridx, no me importa tu género ni tus gustos, terminaras en una bolsa de carne tirada a la basura como el resto... ojalá nadie te encuentre y te pudras ahí."
Arranco la hoja y la colgó, por alguna razón esta hoja era más violenta de las que habían sido las anteriores, al parecer ya no había paciencia.
Acto seguido tomo una máscara de Halloween que los chicos guardaban en el baúl que habían traído un día de fiestas. Abrió despacio la puerta y fue bajando de a poco, paso a paso llego a la segunda puerta donde se encontraría otra vez con una víctima.
Cuando por fin se animó vio quien era... era de nuevo ella, Ranita.
Golpeó su cara, no estaba acostumbrado a ver a su víctima dos veces, ya no podría usar la máscara.
—Urg... pensé que morirías en la noche. — Hablo seco y sin ánimos, casi despreciándola.
—L-Lo siento, ellos dijeron q-que te esperarían. — Dijo con miedo en su voz, pensaba que esta vez sí sería malo de verdad.
—Sabes que, si, tienen razón debo aprender a terminar con mi trabajo. — Rápidamente tomo el cuchillo de la mesa y lo coloco el cuello de ella. —Yo creo que es tiempo de tu fin Ranita ¡jajá! —
Tragó saliva solo esperando a su fin, en parte le alegraba saber que ya no sentiría dolor ni sufriría más pero aún le daba miedo morir. —¡P-Por favor! ¡Déjame ir ya! — Suplico por ultima vez.
Estaba a punto de hacerlo, realmente lo haría.
Pero, ¿Porque? ¿Cuál era la necesidad?
No la había... dejo caer el cuchillo y observo sus manos temblando, volvió a ver el cuarto en donde estaba y se colapsó. —Que... ¡¿QUE ESTOY HACIENDO?! — Las lágrimas de nuevo, no otra vez no, su lado débil era revelado ante una víctima.
Se tiró contra el suelo arrodillándose y soltando lágrimas sin parar, sentía su brazo arder de nuevo.
Ranita no sabía qué hacer, no pensaba estar en esa situación nunca y pensó que tal vez ese momento sería una oportunidad de convencerlo de que la libere.
—Por favor... quiero irme...—
Ángel la ignoro completamente, no la podía escuchar porque su cabeza ya llenaba sus oídos.
"No sirves de nada" "No puedes ni acabar el trabajo" "Vas a morir solo" "¿y asi planeas ser normal?"
—¡ARG! ¡YO SI SIRVO CALLATE! — Volvió a tomar el cuchillo y empezó a hacer cortadas profundas y rápidas sobre el cuerpo de la chica sin darse cuenta, estaba cegado por su ira —¡YO SOY UTIL! ¡SI MUERO SI IMPORTARA! ¡SOY NORMAL SOY NORMAL! —
Gritos y cortes fuertes, la chica seguía suplicando que parará casi con su cara desarmándose ya, sus vasos sanguíneos eran perforados por la ira de él. Así fue hasta que ya no se escuchaba nada más que el cuchillo cortando.
—¡Yo! Yo... yo puedo. — Paro de repente, miro de nuevo alrededor para toparse de nuevo con Ranita, ahora con trozos de piel sueltos y esparcidos por el suelo y paredes.
Sus manos ahora con ese color rojo volvieron a temblar... No importaba, todo estaba bien.
Tomo aire profundo y se levantó, no dijo nada, ni siquiera una frase de despedida como siempre, simplemente abandono el cuerpo.
Se dirigió afuera del lugar solo para toparse con la cara de impresión de los demás.
—¡A eso me refería jajá! ¡Eres buen compañero Pan! — halago Audio después de abrazarlo por detrás con un brazo. —Yo que tú me limpiaría un poco, la gente dirá cosas. — Volvió a su puesto para observar la escena repetidas veces
Angel no decía nada, pero hizo caso, se lavaría y se iría a su casa de nuevo.
—Hey, amm ¿Estás bien? — Pregunto Baby, él había notado que eso había sido un poco más cruel que los anteriores, pero ahora parecía personal.
—Mmm, Estoy bien solo fue un momento de crisis, me alegra hacer feliz a Audio. — Volvió a mirarla y sonrió, ahora sí podía decir que de algo servía, se alegró de no haber sido tan cruel la última vez para poder disfrutar este momento.
Lo único que hizo fue dirigirse al baño que había ahí, se miró al espejo, su cara manchada de sangre decía mucho, pero también decía "Tu si pudiste hacerlo."
Fin
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RECUERDOS DE ADOLESCENCIA
أدب الهواةUn cuarto, muchas historias y mucho dolor. Recuerdos que vienen vagamente de su juventud a los 17 años. ¿Soy un monstruo? ¿Esto esta mal? Nadie me puede comprender ¿Verdad? Solo quiero desquitarme con ustedes porque siento dolor, un dolor que ningun...