Capítulo 2

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Hola de nuevo, gracias por leer, es un gran apoyo para mí, y me motiva a seguir ideando locuras... Amm y en cuanto a la historia... parece de pronto que será como las de siempre, pero no, aquí habrá de todo, tragedias, odio, desamores y algunas sorpresas que espero les gusten.

Como siempre, reitero mis agradecimientos y recuerdo que los personajes de esta trama no me pertenecen, solo escribo cosas dementes con ellos como protagonistas para pasar el rato.

Disfruten.


Decisiones.

Capítulo 2: Nuevo amanecer.

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"Tú... vas a venir conmigo."

"Ah...¡¿ahh?"

La expresión del joven era de esperarse, pero pareció que al Jiang no le importó en lo más mínimo el estar actuando como un secuestrador de menores, por lo que, con fuerza moderada, tomó la delgada muñeca del menor y con la otra mano, levemente ensangrentada otra vez, el pequeño bulto en el que estaba el cachorro, empezando a caminar de vuelta a su hogar.

"He-Hey...! ¡Déjame! Yo no tengo que ir contigo a ninguna parte.

El chico era obviamente un indigno oponente para el joven de púrpuras ropas,  se removida para soltarse mientras con la otra mano intentaba alcanzar al pequeño animal que chillaba al verse envuelto en alguna clase de extraña situación en la que sus heridas, se veían frotadas con las telas en las que estaba envuelto, causando dolor.

"Si no se atienden las heridas de este cachorro, morirá, ¿quieres eso?"

El silencio reinó después de esas palabras, avanzando ambos bajo la lluvia entre calles y callejuelas ya sin gente. El menor, daba cortos pero apresurados pasos para alcanzar a aquel que prácticamente le jalaba hacia un incierto futuro, sin embargo, las palabras que salieron de su boca, no tenían nada que ver con la reserva o el miedo de ser llevado por un extraño.

"Si se muere, va a ser por mi culpa..."

Habló con la cabeza gacha mientras seguía intentando alcanzar las zancadas del adulto a su lado.

"Yo no tengo forma de cuidarlo, pero... pero si tu puedes, por favor sálvalo... ese perro es todo lo que tengo..."

La quebrada voz del chico llegó a los oídos del Jiang, que detuvo el paso para mirarlo un instante.



"Va a estar bien."



Fue todo lo que dijo, tratando de ignorar el vuelco que dio su corazón al escucharle. Por un momento, sintió algo familiar, peor no supo interpretarlo, no hasta que llegaron a los límites de su hogar, entrando en silencio entre los guardias que hacían una reverencia a los recién llegados.



"Mantente callado, no quiero dar explicaciones ahora."



Caminaron entonces en silencio por los pasillos de madera y farolas que levemente alumbraba las paredes y bellos alrededores del lugar, que aún con la fuerte lluvia, se podían notar sin problema.

Se dirigieron a la habitación principal, el Jiang, en una mano, llevaba al escuálido cachorro envuelto en paños ahora empapados, mientras con la otra mano, jalaba a veces con demasiada fuerza, la debilucha muñeca de un jovencito.

Una vez en la habitación, este, temeroso por lo que le esperaba dentro, se mantuvo cerca de la puerta mientras veía como el más alto desenvolvió al cachorro para colocarlo en un mullido cojín color violeta.

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