Capítulo 3.

125 22 44
                                    

Holaaaa, momento de la actualización de hoy, y ya que tengo ideas para un nuevo fic, me voy a tener que apurar con este y posiblemente pueda actualizar unas 2 veces por semana, depende de cuanto tiempo tenga jajaja.

Gracias en verdad por su apoyo. Haré de esto un lío, espero sea de su agrado, y bueno, al capitulo de hoy.

Recuerdo que los personajes de esta historia no son de mi propiedad, yo solo los uso para crear historias raras, dramáticas y caóticas.

Bien, ¡a leer!

---------------------

Decisiones.

Capítulo 3: Sorpresa.

Está por demás decir que el joven Líder Jiang no durmió ese día, más bien, noche.

Con ropa limpia y seca, un vendaje adecuado en sus manos heridas y el cabello de nuevo en ese elegante moño alto, se dedicó a cuidar del peludo invitado en su habitación.

Agradecía tener un poco de experiencia en el cuidado de heridas animales, su gusto por ellos, en especial por los perros, no había disminuido con el tiempo, por el contrario, así que cuando veía algún perro herido o sin hogar, le atendía y encontraba una amorosa familia... ojalá hubiera sido tan sencillo hacerlo con el, consigo mismo, con sus sentimientos, pero no era momento de pensar en ello, había mucho por hacer.

Debido a las atenciones oportunas, medicamentos y analgésicos que aplicó al animal, el cachorro se veía de mejor aspecto y humor.

Con cálida sonrisa, tomó al pequeño entre sus brazos y acariciando sus otejitas miró por la ventana... el medio día estaba por llegar, había transcurrido bastante desde su llegada y creía que ya era momento de empezar el día, al menos con su nuevo invitado.

"Quédate aquí."

Ordenó al pequeño perro entre sus brazos, dejándolo en el suelo y caminando lentamente hacia la puerta, mirando que el cachorro se había quedado en ese lugar moviendo la colita y mirándole ladeando la cabecita de un lado a otro.

"Quita esa cara, no tardo, no hagas ruido ni un desorden."

Cualquiera que le escuchara, tal vez pensaría que estaba loco por hablarle a un animal como si fuese a entenderle, pero eso era algo de lo que el estaba seguro. Los animales entendían el idioma humano y las actitudes de quienes le cuidaban, por ello, tal vez siempre sintió más empatía con ellos que con las personas.

Rumbo a la habitación contigua, se detuvo en frente, pensando en sí debía entrar sin avisar, después de todo, era su secta, y el lera el líder, pero no, también entendía que el recién llegado necesitaba espacio para adecuarse a su nueva vida.

Tocó entonces una vez antes de abrir la puerta y entrar. Caminó hasta la cama, sentándose en la orilla de esta, notando que la leche en la pequeña taza ya había desaparecido.

"Despierta, es hora de que empecemos el día. Te he dejado dormir lo suficiente, por la noche podrás continuar..."

No hubo respuesta, lo que le hizo fruncir el ceño levemente al verse ignorado.

Tomó aire y masajeó sus sienes con lentitud, mirando de reojo la pequeña figura en la cama antes de picarla con un dedo.

Aun nada de respuesta, lo que le generó un pequeño tic en el ojo debido al coraje.

"¡Suficiente! ¡Arriba!"


Jaló las mantas de una, observando que debajo no había más que un par de almohadas apiladas.

Decisiones. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora