Piloto

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Hola hola de nuevo

Esta historia estuvo circulando en mi cabecita y decidí trascribirla. La iré actualizando más despacio pero haré lo posible por hacerlo frecuente. Gracias por el apoyo a mi otra historia. 

Espero que esta sea de su agrado, iré modificando más tarde ya que debo revisar algunos aspectos. Estará ambientada en un universo omegaverse.

Disfruten mucho!!

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El fuego de las antorchas refulgía con intensidad, siendo potenciado por las emociones en la sala de los dioses. Las deidades esperaban el castigo a doce jóvenes nimphey* quienes estaban temerosos por ello. Estaban atados con enormes cadenas en las manos, pies y cuello, dichas ataduras les impedían moverse mientras se abrazaban unos con otros. Miraban con una mezcla de odio y pavor a la deidad responsable del juicio, quien los fulminaba con sus ojos, como si quisiera aplastarlos con el poder de su mirada.

—Nimphey, serán castigados por incumplir los mandatos de la fidelidad al copular con el padre de los dioses en uno de los templos del Olimpo.-exclamó con asco-Como deidad protectora del matrimonio, no puedo ser compasiva por tal crimen atroz.

—No fue nuestra culpa, no sabemos que pasó...-musitó uno de ellos-Diosa Hera, por favor...

—¡Silencio, maldito infeliz! ¡¿Cómo osas replicarme?!-bramó dando un golpe al estrado y provocando que las cadenas sometieran dolorosamente a los torturados nimphey-Tú tendrás algo adicional por tu atrevimiento.

—Miserables, no tienen voz ni voto después de sus acciones.-escupió otra deidad-Merecen ser castigados.

La sala pronto comenzó a arder en voces que clamaban los peores castigos a los pobres imputados. Uno de los dioses menores iba a lanzarles la copa de su vino, pero se vio noqueado por una manzana mordida y provocando su estrepitosa caída. La sala enmudeció cuando vieron a un joven acercarse a los castigados y ponerse frente a ellos, fulminando con sus ojos a Hera y a los dioses que la acompañaban en el juicio.

—Deja de acusar a mis hijos.

—Eres un descarado, Adán. Ni siquiera tú vas a evitar que desate mi ira en esos vulgares criminales.

—Creo que hace falta un criminal más, ¿no? El verdadero criminal.-se mofó haciendo que los dioses murmuraran-¿Dónde está tu marido?

—No se puede juzgar a un dios, menos al soberano del Olimpo.-siseó Hera sintiendo ganas de ahorcar al chico.

—Me parece que los cuernos que te ha puesto Zeus te han hecho perder la razón.-se burló desafiante-Eres una vergüenza como diosa del matrimonio cuando ni siquiera puedes aplicar el ejemplo tú misma.

—¡Insolente! ¡¡Mereces ir directo al infierno!!

—No me importa. No voy a abandonar a mis hijos.-dedicó una mirada triste a una mujer que era retenida por guardias, misma que ella con lágrimas asintió-No lo dejaré solos en esto.

—Entonces, procederé al castigo...

—Diosa Hera, mandarlos al infierno no sería suficiente.-habló la diosa Eris, viendo con malicia a los castigados-Conviértalos en bestias, así nadie querrá fornicar con ellos.

—Es buena idea.-se dirigió a ellos con maldad mientras ellos ya resignados la veían con furia-Por el acto de violar las leyes de matrimonio con el padre de los dioses y de la diosa del matrimonio, les condeno a pasar toda su vida convertidos en bestias y serán expulsados del Valhalla para siempre, mi castigo alcanzará a sus descendencias para que nunca olviden sus pecados.

Cursed by the nightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora