Me encuentres... - Cap. 22

109 10 0
                                    

PoV Ban

"Estoy harto. Siempre que despierto espero tener una mañana normal, lo deseo tanto, pero se que me es imposible si King está involucrado en otra cosa, por eso realmente odio ser tan metiche. ¿Será que tengo un excelente oído o solo me importa el hada? Si tan solo pudiera gritar a los cuatro vientos todo lo que me han hecho callar... ¡pero nooo, lo único que aparentemente puedo hacer es acosar al amor de mi vida mientras habla con su novia!"

"Ciertamente no parece convencido de querer hablar con ella, más bien parece que ni siquiera la quiere ver, ¿tal vez nuestra conversación de ayer le había abierto los ojos más de lo que esperaba? Si era el caso, puede que haya sido la mejor decisión que jamás he tomado."

Sin terminar de escuchar, volví a mi habitación más esperanzado que nunca, simplemente nunca iba a saber hasta dónde podía amar a ese castaño. Ya esperaba el día en el que lo podría besar una vez má-

"Toc, toc, toc.", se escuchó. Me sobresalté, puesto que no esperaba a nadie. —Ban, necesito hablar contigo, ¿puedo pasar? —se oyó del otro lado de la puerta, era la única persona que ocupaba mis pensamientos.

Adelante —dije lo más calmado posible.

El hada obedeció y entró. Estaba serio, lo más serio que jamás he visto. Algo no andaba bien...

Escucha —comenzó —, Diane me acaba de invitar a una salida mañana, pero no confío en ella, ya no, así que te quería pedir si puedes cuidar que no haga nada, esta repentina invitación no me da buena espina.

Me sorprendo de la rara petición, en realidad no se que decir. Claro está que siempre traté de seguir a la pareja cuando iban de cita y de alguna manera siempre terminaba perdiéndolos, pero ahora que él me lo pide, siento que menos voy a lograrlo. —Ehh, e-está bien, ¿pero qué pasa si los pierdo de vista?

—No te preocupes, es en el viejo acantilado, y ya sabes donde es. En caso de que algo cambie, me las arreglaré para que me encuentres, ¿de acuerdo?

Esa última frase: "me encuentres", me dejó atónito, quería que yo lo encontrara. A él. Solo a él...

Quiero besarlo.

—Sí —fue lo único que contesté. King me sonrió y salió de mi cuarto no sin antes decir "Gracias". Ahora esto es emocionante, supongo. No puedo esperar a mañana y esperar a que la envidiosa haga una decisión incorrecta para llegar yo y salvar a mi osito de sus asquerosas garras.

El día transcurrió normal: el desayuno, uno que otro grito de entusiasmo, plática, la comida, más plática, ir de compras, preparar la taberna para los clientes, correr a algunos por ser mala copa, cerrar hasta tarde e irse a dormir. Quiero que sea de mañana, quiero demostrarle a King cuanto me importa él y mi promesa de cuidarlo, pero más que nada, quiero que vuelva a estar entre mis brazos.

°-.-°-.-°-.-°-.-°-.-°-.-°-.-°

PoV King

Nuevo día, nueva jaqueca. ¿Por qué siempre me duele la cabeza? ¿Será por la poción que menciona Ban que me tomé? Agh, estoy empezando a desesperarme. 

Apenas me levanto y ya escucho ruido en el comedor. Escucho a Diane, diciéndole a todos que iba a ir a una cita conmigo, los demás se oían felices por la noticia. "Fantástico...", pensé, mientras una punzada de dolor apareció, ¿estaré desarrollando poderes por la poción? Ay por los Dioses, en estos momentos me encantaría estar muerto.

Me bañé y me vestí con mi chaleco, mis pantalones y fui a mi cuarto a esperar a que la cita se presentara, me acosté en Chastiefol y me quedé profundamente dormido.

°-.-°-.-°-.-°-.-°-.-°-.-°-.-°

Me sacuden. Es Diane. ¿Qué nadie les enseñó a cómo despertar adecuadamente a alguien?

—Vamos mi Arlequín, es hora dice emocionada. Venía vestida con un vestido pegado de lana coral, una media colita adornaba su cabello café y tenía aretes de plata en sus orejas. 

Me sonríe y por un momento me trasporta a los tiempos donde ambos éramos jóvenes e ingenuos, jugando y viajando siempre de la mano. Extraño eso, ¿cómo es que llegamos a esto?

—Bien, vámonos— dije. Bajamos las escaleras, donde los pecados almorzaban felizmente. Al venos nos saludan y nos desean suerte. Detrás de la barra se encontraba Ban, me sonrió y me guiñó el ojo, y le devolví la sonrisa. Agradecía tenerlo como amigo en momentos como este.

Salimos de la taberna y caminamos en silencio al acantilado. No tenía ninguna intención para caminar, así que había traído a Chastiefol y miraba el bosque sin interés. Caminar de nuevo por ahí, a pesar de haberlo hecho muchas veces en el pasado, me traía un tipo diferente de déjà vu, pero no lograba recordarlo bien, ¿acaso tenía que ver con mi periodo de "incapacidad" del que me hablaba Ban? Necesito averiguar más sobre eso...

—Entonces... Diane, ¿en algún momento vinimos al acantilado para alguna otra cosa? pregunté cauteloso, intentado no dar por hecho que recuerdo algo.

—Eh... ¡No! Para nada, estabas en coma, ¿recuerdas? No podía traerte a ningún lado... dijo con una sonrisa, pero podía oír su voz temblar. —¿Por qué? Tu... ¿recuerdas otra cosa?

La miro, pero termino desviando la vista. —No... solo son lagunas, recuerdo el atardecer y en otra ocasión recuerdo una cena, pero no logro ver con quien estoy, es una persona alta, supuse que eras tu. contesto, intentando hacerle ver que no todas mis memorias están perdidas.

—Oh... ya veo. Bueno, seguramente fue algún sueño que tuviste conmigo mientras estabas en coma, no te preocupes, ya se irán en algún momento.

La chica castaña acelera el paso y la pierdo un poco de vista, pero finalmente llegamos al acantilado. Pronto va a anochecer, lo que significa que llegamos justo a tiempo para ver el Sol ponerse. Diane se acomoda en la orilla y me indica que me siente a su lado.

Diane suspira.—¿Sabes? Hay una razón por la que te traje aquí... Es importante para mi, ¿puedo? lo pienso un poco y termino asintiendo. Ella se acerca a mi y toma mis manos. —Yo... desde hace mucho que me he sentido algo diferente sobre mi sentir sobre ti, y creo que estoy lista para dar ese paso y decirte.

—Ehh... ok vaya, esto tal vez no sea lo mejor, ¿debería decirle? —Oye... creo que no debemos-

—Te amo dijo con lágrimas en los ojos.

En ese momento mi pecho se sintió pesado y algo en mi interior comenzó a doler, un dolor pequeño al principio y luego comenzó a intensificarse, hasta hacerse casi insoportable, dolía tanto que no me di cuenta de mis gritos de sufrimiento hasta unos minutos después. 

—¿Q-qué... está... p-pasándome...? traté de decir lo mejor que pude.

—No, ¡no! ¡Se supone que deberían de pasar cosas lindas, se supone que sientes lo mismo que yo! ¡No, no, no! ¡Ayuda! ¡¡Que alguien me ayude!!

Intenté buscar a Ban a los alrededores, pero mi vista comenzó a nublarse: me iba a desvanecer, y sabía que no vendría si no lo llamaba. Tomé aire y con la poca energía que me quedaba, grité: —¡BAN! ¡AYÚDAME!

Caí al suelo y Diane me tomó en sus brazos, suplicando que me quedara con ella, que mantuviera los ojos abiertos y que esperara a la ayuda.

Lo ultimo que vi fue la cabellera blanca de Ban y su cara de preocupación. El me preguntaba cosas, pero no tenía la fuerza para contestar, así que lo único que pude decir fue: —Elaine...

Y me desmayé.

Mi pereza de dejarte, Tu avaricia de amarme | Ban x King | kvti_uwuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora