Basta de mentiras - Cap. 21

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La mañana siguiente no fue muy interesante, solo nos levantamos y emprendimos el viaje de vuelta al Boar Hat. Al igual que ayer, volvimos a la aldea para comer al mediodía, y llegamos justo para el atardecer. Ninguno de los dos habló, pues no fue necesario. Cada uno estaba sumergido en sus pensamientos y no quería ser interrumpido, o al menos ese era mi caso.

El cielo estaba de colores cuando estuvimos por fin a la puerta de la taberna. Al entrar fulminé a todos con la mirada. No podía tolerar mi decepción.

King, ¿cómo les fue?— preguntó Meliodas.

Obtuve mis respuestas, pero no quiero hablar de eso hoy, estamos cansados, caminamos todo el día.

Oh, está bien—asintió Diane con una sonrisa. "Hipócrita...", ¿quieres que-

No hace falta—la interrumpo antes de siquiera sugerir algo—, gracias. Buenas noches.

Tomé a Ban de la mano y subí al segundo piso. El albino se sorprendió por mi acción, pero pronto sentí como me seguía el paso. Llegamos a mi habitación, ambos entramos y cerré la puerta con seguro detrás mío.

Ban, basta de mentiras...

Parece confundido e inclina la cabeza a un costado. —¿Hm? ¿De qué hablas?

¿Qué fue lo que realmente me pasó antes de despertar de "mi coma"? Sé que sabes, y que no estuviste de acuerdo en guardar el secreto...— digo seguro.

Se sorprende por lo antes dicho, y voltea agitado hacia todos lados mirando el techo y las paredes que nos rodean con una sonrisa tonta en su rostro. —Elaine, ¿por qué? Me vas a meter en problemas— se toca la cara con una de sus manos, buscando paciencia.

Todo eso me confirma que hay algo que no sé. Me acerco cauteloso hasta él. —¿Qué me pasó, Ban?

Me mira, y noto que hay una gran tristeza en sus ojos, y siento que mi pecho se hace chiquito, casi puedo sentir todas sus emociones, y es desgarrador.

Suspiró y desvió la mirada. —Después del ataque, quedaste en un pequeño coma que duró una semana, y al despertar, perdiste la memoria. Pasaron muchas cosas...— hace una pausa, bastante larga si me lo permiten decir— p-pero lo importante es que te dieron la oportunidad de volver a tu antigua vida, aunque también era probable que olvidaras todo lo que habías vivido mientras no tenías recuerdos. Sabrás que opción tomaste.

Asiento pensativo. —¿Cuánto tiempo estuve de "incapacidad"?

...Tres meses... —responde con culpa.

Poco a poco me siento en el suelo, tratando de asumir la información.

Después de eso volviste a quedar en un coma de una semana —continuó —, y antes de que despertaras, todos acordaron no decirte nada de lo que pasó. Merlín me obligó a guardar el secreto, pues era el único que no quería mentirte, no me parecía correcto...

Esta última parte me tomó por sorpresa, pero sonreí conmovido. Sabía que decía la verdad.

Lo abracé. Ninguno de los dos esperaba que hiciera eso, pero antes de cambiar de opinión, Ban correspondió a mi abrazo. Duramos bastante tiempo así, fue como una oportunidad de liberar todo lo que sentíamos sin decir nada, hasta que se volvió un poquito incómodo, entonces nos separamos.

¿Qué sucedió durante esos tres meses? —pregunto.

Se tensó y desvió la mirada mientras se tapaba la boca. —Eso si no puedo decirtelo. No me malentiendas, siento que si te lo cuento, podría afectar un poco a como te sientes en el presente, pero te aseguro que no es nada malo... creo... —susurra lo último, pero alcanzo a escucharlo.

Está bien, Ban. Se que no me mentirías.

Notó su expresión de culpa y se que he logrado mi cometido, tarde o temprano me dirá, tengo que saberlo si quiero descubrir todo.

Los siguientes días fueron tranquilos, lo único raro fue evitar a los demás pues aún seguía molesto, lo que hizo que me empezara a juntar más con el albino, cualquier actividad que pudiera hacer con él, trataba de incluirme, sentía que en esos momentos era el único en el que podía confiar, y me alegraba de que él estuviera tan dispuesto.

Una noche, me levanté en la madrugada porque tenía hambre y bajé a buscar algo para comer, pero mi travesía fue interrumpida por voces que venían de la cocina, así que me oculté para escuchar. Eran Ban... y Diane.

—¿Qué fue lo que hiciste? ¿Por qué de repente te llevas tan bien con él? —preguntó la chica molesta.

—¿Qué? ¿Te da miedo de lo que puedo ser capaz? Se que eres una envidiosa pero al menos yo trato de no reclamar lo que en realidad me pertenece.

Diane gruñó fastidiada. —¿Le dijiste a King lo que pasó?

—No, le dije lo que pasó entorno a su problema de memoria, se que si digo algo de "eso" no me irá nada bien, no me quiero meter en más problemas.

La castaña suspiró. —Gracias por cumplir con el trato.

—No lo hice por ustedes, lo hice por él, si le cuento lo que sucedió sus emociones chocarán entre sí y todo irá de mal en peor, pero te aseguro que va a descubrir la verdad, ya ha tenido bastante de todas sus estúpidas mentiras y no se quedará de brazos cruzados.

—Eso ya lo veremos —respondió con una sonrisa retadora. Ban rodó sus ojos y salió de la cocina.

"Eso es extraño..." -pensé -"¿A que se refiere con: sus emociones chocarán? ¿Por qué Diane está tan empeñada en que no me entere?"

Con eso en mente, volví a la cama.

°-.-°-.-°-.-°-.-°-.-°-.-°-.-°

Despierto. Siento un terrible dolor de cabeza y mis párpados me pesan. Vaya que soy todo un sensible cuando se trata de dormir. Me levanto para ir al baño y ver mi rostro, y sí, hay unas ojeras espeluznantes debajo de mis ojos. Bostezo y bajo a desayunar.

No doy ni un paso fuera de mi habitación cuando unos brazos me toman de la cintura. Volteo sobre mi hombro y me encuentro con... —Buenos días King, ¿cómo dormiste? — la castaña de colinas me sonríe de oreja a oreja.

No quiero hablar con ella, menos después de lo de ayer. —Mal, por eso necesito seguir durmiendo —respondí cortante mientras trataba de volver a la habitación.

Aww, pero de verdad quiero hablar contigo, es muy, muy, muy importante —insistió más.

Su voz chillona hace que me duela más la cabeza, ¿siempre había sido así de irritable? —Déjame en paz, Diane, no lo volveré a decir.

—¿Qué tal si mañana vamos al acantilado? Tiene una vista preciosa, podríamos hablar mientras vemos el atardecer —dijo ignorándome, cosa que me molestó más.

Iba a rechazar la invitación, pero algo en sus palabras me dió curiosidad, mucha curiosidad. Quiero saber lo que me quiere decir. —Agh, de acuerdo, nos vemos mañana...

¡Hurra! Gracias Arlequín.

Me suelta y la veo alejarse por las escaleras. Ruedo mis ojos con cansancio y me da otro dolor punzante en la cabeza. Necesito descansar.

Pero antes...

°-.-°-.-°-.-°-.-°-.-°-.-°-.-°

Oh por Dios, creo que ya tengo un final para esta historia, ¡qué emoción! Una vez más, perdón por la inactividad, me había enfocado más en la escuela jeje, pero ahorita estoy de vacaciones así que creo que avanzaré con todas las historias que tengo, poco a poco todo va tomando forma y me gusta.

Me gustaría recordarles que les invito a leer mi historia kiribaku/bakudeku una vez que termine con este fic.

¡Gracias por leer!

Mi pereza de dejarte, Tu avaricia de amarme | Ban x King | kvti_uwuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora