ᴍᴇʀᴄᴜʀɪᴏ ; otoño

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En el otoño los días suelen estar impregnados de un tono rojizo o naranjoso. Jamás la habían gustado esos colores o esa estación del año hasta que lo conoció, vestía una sudadera amarilla quizás dos tallas más grandes que él, sus jeans eran negros con bordes rojos, su gorra color crema cubría su castaño cabello pero lo que más capturaba su atención eran esas enormes mejillas tiernas. El chico tenía su celular en la mano con una sonrisa que dejaba ver sus encías y unos dientes de un blanco precioso. El chico esperaba el autobús en la parada en la que Seo lo esperaba todos los días aunque jamás lo había visto por ahí, seguro que se acordaría. El chico alzó la vista del celular y por una milésima de segundo sus ojos se encontraron cuando el castaño volteó a su alrededor. Changbin caminó en su dirección decidido a hablarle porque ¿cuantas veces te ropas con un chico tan atractivo en la parada del autobús?, sus pasos eran decididos mientras el viento hacía que las hebras rubias de su cabello le cubriera los ojos, su mano comenzó a acomodar los mechones detrás de su oreja y el chico volteó a verlo, a él, no al paisaje o a la calle, volteó a verlo directamente a los ojos. Sus miradas se encontraron una vez más y el castaño le sonrió, ante ese acto el corazón de Changbin se sintió inundado de estrellas y le devolvió el gesto.

-Parecen que lloverá- dijo el chico sonriendo, su voz dulce apagó cualquier sonido de al rededor.

-Eso parece- contestó el rubio sin una gota de nerviosismo.

El chico guardó el teléfono dentro de su bolsillo y miró al cielo unos segundos, después volteó a ver a Seo con la cabeza un poco ladeada, parecía un cachorro.

-Me gusta mucho el color del cielo ¿no te parece que es lo más precioso que podrías ver?- le preguntó.

Changbin volteó a ver al cielo, el atardecer hacía presencia dejando el azul a un lado y dando paso al rojo, jamás se había detenido a admirar la belleza del cielo, el castaño tenía razón, era algo precioso, cuando regresó su vista el chico lo miraba con absoluta admiración en el rostro.

-Tienes razón, es lo más precioso que podría ver- admitió.

-Me equivoqué- el rubio frunció el ceño ante lo dicho -tu sonrisa es lo más precioso que podría ver.

El rostro de Changbin se puso rojo de inmediato, su corazón se agitó y tartamudeó un poco intentando decir algo que ni siquiera él sabía que era.

-Wow- dijo el castaño con una voz muy baja -¡perdón!- pidió con las mejillas rojas -Yo suelo decir todo lo que cruza por mi mente- admitió con nerviosismo y una risa temblorosa cruzó sus labios -yo solo quise decir que tienes una linda sonrisa- se rascó la nuca avergonzado mientras evadía la mirada de Changbin.

-Tú también tienes una linda sonrisa.

El chico volteó a verlo una vez más con las orejas también rojas y eso cautivó al rubio.

-Soy Jisung- le dijo estirando la mano.

-Yo soy Changbin- le estiró la mano también hasta que ambas palmas se unieron en un apretón.

Fue una sensación extraña, porque Seo no suele hablar con extraños y el tacto del castaño le hacía querer hablar por horas.

-¿Tienes algo que hacer, Changbin?

“Clases de natación en treinta minutos y matemáticas avanzadas después” pensó, pero sus labios pronunciaron un “No”

-¿Te gustaría ir a caminar conmigo? Tú me transmites algo que me hace querer hablar y también creo que sería lindo conocert... ¿te incómoda? ¡Ay dios! soy demasiado intenso ¡Te acabo de conocer! No tienes que aceptar nada porque yo... Olvídalo, solo me quedaré aquí y esperaré el autobús hasta...- tartamudeaba y para Changbin eso era tan embriagante que ni siquiera pudo procesar lo que decía.

-Me encantaría. Así se hacen los amigos, ¿no? hablando con extraños- Jisung sonrió apenado.

-Así también te roban órganos.

La risa de Changbin fue tan alta que probablemente algunas hojas de árboles cercanos cayeron. Jisung sonrió ante el sonido hasta que sus ojos parecieron cerrarse y su corazón se sintió cálido.

𝖘𝖆𝖙𝖚𝖗𝖓𝖔 (ᵇⁱⁿˢᵘⁿᵍ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora