"Yo la ame primero" -Harry Styles

Capítulo 22

Narra Broggan

-Entonces.. Están escapando -su tono de voz me hizo entender que le costaba asimilarlo.

Si, se lo había contado todo a Kenneth. Vamos, en este momento no podía darme el lujo de la confidencialidad. ¿Quien más podría ayudarme?' Estaba claro que Harry no volvería por su cuenta.

-Si, más o menos -respondi apretando mis manos con fuerza sobre mi regazo. Él se pasó las manos estrujandose la cara y el azulado cabello con exasperación. Después, sorpresivamente, soltó una risa amarga

-Cuando te vi creí que eras una chica interesante.. -se rasco la nuca -pero esto es ridículo.

-Lo se, ni siquiera yo puedo entenderlo del todo pero no es que tenga otra opción -me encogi de hombros y lo mire levantarse y apretar los puños sobre sus ya despeinados cabellos.

Estaba furioso.. Más que furioso, la vena del cuello se le marcaba y lo ponía rojo como sarpullido.

-No puedo creer que ese pedazo de mierda poco hombre te haya metido en un problema tan grande -andaba de un lado al otro, agitando los brazos y sacando maldiciones cada dos por tres -¡¿Pero como no(?!' si el puñetas ni siquiera se atrevió a responderme cuando le escupi el rostro. ¡Será hijo de puta! -grito dando un puñetazo al muro de la pequeña sala despostillando la pintura y dejando un leve rastro de sangre sobre ella. Me levanté de un salto y camine hasta él, se veia impotente, con ganas de sacarle la mierda a Harry a golpes. No pensé en que podía hacer, así que lo único que mi cabeza ideó fue abrazarlo por la espalda hasta que se calmara, y al momento sus músculos se destensaron. Tomo mi mano y la separó de su cuerpo haciéndome dar la vuelta y quedar pecho con pecho. Ninguno había dicho nada, sólo el sonido de las respiraciones y el bombeo del corazón amenizaban el momento. Me atrajo a sus brazos, fuertes y protectores. Las sensaciones que me recorrían el cuerpo era extrañas. No conocía al tipo poco mas de unas horas y sentía que podía confiar en él, sentía que podía contarle cualquier cosa y él se interesaría por ella, no por que realmente fuese interesante sino por el simple hecho de que viniera de mi.

No había sentido un abrazo tan cálido desde..

Harry..

Mi papá siempre decía que los abrazos y las tazas de té eran como pequeños placeres de la vida. Pequeñas demostraciones del universo informandote que aún existía el cielo, Dios, "el bien" o como tu quisieras llamarle. Eran esas cosas que te mantenían con los pies en la tierra.. Y vaya que tenía razón.

Kenneth rompió el abrazo, sólo unos centímetros, y una dolorosa sensación de abandono inexplicable me recorrió el cuerpo. Dios, no quería apartarme de sus brazos nunca.

-¿Alguna vez te han dicho que das los mejores abrazos de todos?' -cuestione sacándole una risa grave y cálida -Eres como una taza de té -hable sin pensar recordando sermones de mi padre

-¿Aquí es cuando me ofendo ó.. ?' -le di un juguetón golpe en el pecho riendo

-No tonto, es bueno. Mi papá amaba el té. Era su amor culposo y siempre nos decía:  no existe nada en el mundo que las haga sentir mejor al instante que una buena taza de té y un abrazo -hable haciendo una mala imitación de un hombre maduro haciendo reír a Kenneth -Y bueno.. Creo que tu eres ambos. Me hiciste sentir bien -una pequeña y tímida sonrisa se asomo por sus labios

-Eres increíble -soltó y desvíe la mirada para no sentir el calor en la cara de vergüenza -No, mirame -me tomo el mentón y lo mire -Te conozco de apenas una horas pero siento como si fueras mi compañera de toda la vida. Eres decidida, divertida, hermosa y todo lo que cualquier hombre pudiera deciar.. Y estas aquí, con este idiota inmaduro de cabello ridículo, contandole cosas tan hermosas y tan personales que lo haces sentir especial como si realmente confiaras en él. Y yo se, oh vaya que lo se, que este tonto no merece ninguna de tus palabras bonitas porque tarde o temprano lo echará a perder, pero estoy casi seguro que se obligará a si mismo a dejar de ser un gilipollas con el mundo y ser el hombre que tu mereces y que se gane más anécdotas, relatos y cualquier cosa que venga de ti, porque para él sería un honor que siguieras malgastando tu tiempo a su lado -su pecho subía y bajaba y su corazón parecía a punto de explotar dentro de él