𝟬𝟬𝟰 ☽┆ the second pattern of deaths

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٭ chapter four ٭

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٭ chapter four ٭

⋅•⋅⊰∙∘☽ ❝El segundo patrón de muertes ☾∘∙⊱⋅•⋅

⋅•⋅⊰∙∘☽ ❝El segundo patrón de muertes❞ ☾∘∙⊱⋅•⋅

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La noche de los sucesos macabros, como los lobos asesinos y los cuerpos con patrones iguales en las muertes, parecían poco haber afectado a Beacon Hills. O al menos, hasta que más información saliera a la luz y algún canal televisivo o algún periódico pudiera publicarlo y que aquello se volviera la sensación del momento. El pueblo de California dejó de ser tranquilo cuando la existencia de hombres lobo llegó a la vida de los McCall. Y muy en el fondo, una de ellos se culpaba por todo. Haciéndose preguntas internas de, "Qué hubiera pasado si...", "¿Qué hubiera pasado si esa noche no acompañaba a Stiles y Scott al bosque?" "¿Scott se hubiera convertido solo?" "¿Qué hubiera pasado si Stiles no hubiera ido a su casa esa noche para informarles del cuerpo?", preguntas que solo quedaban en eso. Que hubiera pasado si...

Aceptó la búsqueda del Alfa. Aceptó a cazadores experimentados. Aceptó a Derek transformando adolescentes en hombres lobo. Aceptó a un lagarto loco con problemas paternales. Aceptó a un viejo decrepito lava cerebros. Pero ¿Aceptar a un asesino serial que mata vírgenes con mismo patrón? Sin duda aquello era difícil de aceptar. Y no porque ella podría ser un blanco fácil y desprotegido, sino porque ahora el pueblo entero corría peligro. Ella podía controlar lo sobrenatural, pero no podía controlar la locura humana. La psicopatía de alguien no podía ser controlada ni mucho menos detenida. Por primera vez, desde lo acontecido con Gerard, se sintió débil. Se sintió sin ánimos de protección.

Y por mucho que lograra ocultarlo, siempre salía a la luz. Siempre estaba aquella persona que lo notaría y comenzaría con las preguntas. Preguntas que obviamente ella evitaría, porque no podía responderlas. No tendría las palabras adecuadas para hacerlo. Por lo que tocaba volver a dejar todo en lo más profundo de su ser, en aquel rincón de oscuridad que siempre funcionó como su baúl. Como un baúl de los malos recuerdos y sensaciones. Un baúl con muchas contraseñas y muchos candados que solo ella podría abrir, o hasta que ella tuviera la valentía de darle los códigos a alguien. A alguien que pudiera ayudarla y liberarla. Porque estaba llegando a su punto límite. Y aquello no sería algo muy agradable de ver.

²𝗠𝗢𝗥𝗗𝗜𝗗𝗔 𝗗𝗘 𝗔𝗟𝗙𝗔 ٭ teen wolf Donde viven las historias. Descúbrelo ahora