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Estaba en el recreo con mis amigas, absorta en mis pensamientos como siempre, pero claro, con una sonrisa en el rostro porque ellas jamás podrían saber que estaba muriendo por dentro, como siempre.
Ellas hablaban y reían, yo solamente las miraba sonriendo mientras pensaba que quería morir.
Entre medio de la charla mi teléfono suena, tenia un mensaje, lo miré discretamente:

Francisco 9:38 am
Subí al aula.

les dije a mis amigas que "iba al baño" y me preguntaron si quería que me acompañen, les dije que no, que estaba bien y me fui sin importarme lo desconcertada que quedara.
Detesto saber que nadie me quiere.

Subí las escaleras hasta el segundo piso y ahí estaba él, me parecía hermoso pero nunca lo sabría.
Me miro con una mirada compasiva y llena de tristeza.
-¿Qué pasa? -dije, no quería mostrar afecto alguno.
-No sos la única. -y dicho esto se arremango las mangas del buzo.
Había miles y miles de marcas sobre todo su ante brazo, nuevas y frescas sobre viejas cicatrizadas.
Tenía la necesidad de salir corriendo y llorar, llorar porque la persona que mas amaba atentaba contra su propio cuerpo.
-¿Por qué?-alcancé a decir al borde del llanto.
-Vení.
Estábamos solos en el pasillo y nos fuimos a sentar a un rincón, nos sentamos con las piernas cruzadas y el en frente mío.
Sentía como un liquido caliente rodaba por mi mejilla hasta caer en el pantalón en forma de gota.
-Primero dejame preguntarte a mi por qué. -y acercó sus manos a las mangas de mi buzo y las subió delicadamente dejando al descubierto miles de cicatrices nuevas y viejas en todo en antebrazo izquierdo.
Me sentí avergonzada y mire para abajo. Quería llorar, y mucho.
-Cuando descubrí que la persona que más amo en el mundo se odia y se destruye cada día y no pude hacer nada para evitarlo, cuando empecé a pelearme con mis viejos todos los días, cuando empecé a ver como mi vida pasaba, como me quedaba solo y mis papas querían mas a mis hermanos que a mi me di cuenta de que por algún lado tenía que desagotar toda la mierda que tenia adentro, y una persona me enseñó un truco y no pude parar.
-¿La persona que mas amas?
-En el mundo entero, desde que la conocí. -dijo y acaricio con suavidad mis heridas. -se que esto esta mal, pero si, son hermosas. -dijo sin apartar la vista de los cortes.
Sonreí con lágrimas en los ojos. El era completamente perfecto.
-Vení, bajemos, no tenemos que estar acá y ya tenemos que entrar al aula.

Bajamos y volvimos a subir porque teníamos que entrar al aula. Mis amigas estaban en el otro curso y yo estaba sola.
Entre y me senté al final, sola, como siempre, creo que ya me estaba acostumbrando.
Teníamos dos horas de catequesis. Genial, era la materia que más odiaba, no sólo porque no creía en dios, sino también porque la profesora se la pasaba hablando de que hay que quererse a uno mismo y yo solo quería morir.
Empezó la clase y la profesora comenzó a hablar de la biblia (supongo) mientras yo recreaba en mi cabeza la escena que acababa de pasar en el recreo, y la recreaba tal cual era porque había sido perfecta.
La hora pasó bastante rápido pero los últimos treinta minutos fueron los mas torturantes de mi vida.
-Van a hacer un trabajo práctico... -escuché, y deje de prestar atención mientras explicacaba los temas y como sería, cuando terminó dijo -... pero los grupos los voy a armar yo y van a ser de a dos.
Genial, quería irme a mi casa y dormir.
-Francisco, vas a estar con Melanie. -Francisco era uno de los chicos más lindos de la clase y me ponía de mal humor que nadie supiera que el la pasaba peor que todos, tenia la necesidad de gritar ¡EL SE CORTA! Pero no lo hice, Melanie (la chica mas linda de la clase) le sonrió. En resumen parecía hecho a propósito.
Francisco se paro y fue a decirle algo a la profesora que yo no llegue a escuchar porque estaba muy lejos así que volví a mis pensamientos, pero una rara presencia al lado mio no me dejó.
-Hola -dijo Francisco con una sonrisa en el rostro, sentado en la silla que sobraba en mi banco.
-¿Que pasó?
-Vos prensas que te voy a dejare sola ahora? Vamos a hacer el trabajo juntos. Ya hablé con la profesora. -dijo y me sonrió.
Quería darle un beso y decirle que lo amaba, pero no lo iba a hacer.
-Decilo, ya te callaste por mucho tiempo lo que te pasa.
-T-te...
-Y yo a vos.
-¿¡Que pasa?! ¿Algun problema? -dijo la profesora interrumpiendo uno de los mejores momentos de mi vida.
-Nada, ya esta todo arreglado. -le respondió Francisco.
El día habría transcurrido lento y normal a no ser porque Francisco se quedó sentado conmigo toda la clase.
Tocó el trimbe que indicaba la salida, así que nos paramos y nos fuimos. Bajamos la escalerahasta el hall del colegio y yo me dirigí a la salida.
-Esperá. -me dijo Francisco -vos pensas que después de todo lo que pasamos hoy voy a dejar que estés todo el día sola?
-Estoy con mis papás -dije bajando la cabeza
-Claro, y yo estoy con Megan Fox-dijo e hizo una mueca.
Sonreí, el me hacia bien, el me hacia feliz.
-Podes venir a mi casa, total mis papás no van a estar en todo el fin de semana.
-¿Y pensabas quedarte sola los tres días?
-Con la cuchilla...
-Bueno, seamos tres entonces. -y extendió su mano para que yo la tome.
-No quiero que este fin de semana termine, no quiero volver a mi casa.-dijo
-¿Tus papás no se van a preocupar porque no vas a estar en tu casa?
Me miro y sonrió, con esa sonrió con esa sonrisa que solo el sabia hacer, esa sonrisa que decía que todo iba a estar bien, que el mundo se detenía ahí y nada iba a seguir, que lo que pase después no importaba, importaba el ahora y el ahora era esa sonrisa.

Fin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora