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Ambas chicas se miraron, no sabía que estaba pasando, sus padres estaban salpicados en sangre, tenían mordeduras en los brazos y la ropa rasgada, en ese instantes ambas gemelas no sabía que estaba pasando.
- ¿mamá? - apresurada se acercó a su madre, intentó ayudarla pero gritó que se alejara - ¿papá?
- esta bien, bebés, agarren sus mochilas - la mujer, una señora de edad miró a sus hijas y comenzó a contar apresurada, agarró comida de la refri y comenzó a dejarlo dentro de su bolsa de mano, su esposo estaba en el suelo, cansado, ya no podía moverse, solo esperaba lo siguiente después de una mordida - las quiero mucho ¿bien?., las quiero mucho.
- ¿mamá? - Nallely vio a su madre detenerse, justo en el instante que volteó la ataco.
- ¡no! - el grito que escapó de su garganta hizo despertar a la persona que estaba suministrándole un poco de calmantes y suero en su vena.
Nallely despertó angustiada mirando a todas partes, su corazón latía con tanta fuerza que no podía creer que estuviera en el cielo, la habitación lucía blanca, brillante y tenía cortinas, ¿hace cuánto no veía una cortina? Esperen, ¿hace cuánto no estaba en una cama limpia?, lentamente se fue acostumbrando a la luz y miro a las dos personas que estaban con ella.
