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Estaba agotada, no podía correr más, ya no, estaba hecha mierda y el frío estaba surgiendo efecto en toda la sangre que estaba en su cuerpo, a su lado el otro chico, ¿cómo se llamaba?... creo que como ese escritor de la divina comedia, ¿cómo era?, ahhh, ya ni se acordaba, estaba tan agotada que no recordaba ni el nombre de sus novelas.
- ¡corre ojo azul! - exclamó el chico a su lado, el muchacho tenía el rostro tan sucio que no diferenciaba su color de piel, el cabello le llegaba hasta los hombros y parecía juntarse entre sí con toda la mugre, era más alto que ella, debía admitirlo y musculoso, creo que por eso logró cargarla cuando salieron de la cabaña - ¡chica, pesas así que no voy a cargarte de nuevo, así que vas a tener que correr y reaccionar o dejar que esa horda de corredores te alcance!.
Elissa reaccionó cuando casi se tropieza, sujeto con fuerza su arco y saltó por encima de un carro, piso con fuerza y saco dos flechas.
- ¡noo, ese es mía bruta! - Dante exclamó viendo a la bonita chica, si no fuera tan loca e histérica, sería su pareja ideal - agarraste mi arco, el tuyo está viejo.
Ofendida volteó a verlo, sus ojos café brillaron molestos.
- ¡solo dispara imbécil! -
Sin esperar, Elissa soltó las flechas. Escucho como la carne de dos corredores era atravesada, ambos cuerpo callaron ahora sin poder movilizarse, su buena puntería le había hecho sobrevivir todo ese tiempo en las montañas, además de que ningún zombie se atrevía a ir por allí.
