A La Medianoche.
Madara fue el primero en llegar a la oficina de Hashirama y este ultimo le sonrió, pero no fue devuelto ese gesto, a lo que supuso que Madara no tuvo un buen día. Algo que el Uchiha no podía negar, era la emoción por dicha misión; sea difícil o una sencilla que se resuelve en menos de un día, pero al fin de cuentas se daría un respiro.
Cuando Madara iba hablar después de varios minutos de silencio, la puerta sonó y Hashirama concedió el permiso. En la oficina entro un Jōnin, cabellos rubios, ojos azules, vistiendo un camisa manga larga y pantalones de color azul, encima llevaba el chaleco de la aldea y en su frente el protector, lucía fresco y sonriente, así mismo le respondió el Hokage.
—Los dos son muy puntuales —halago Hashirama soltando una risa.
Por parte de Madara solo lo miro de reojo y volvió su vista al frente.
«Vine para una misión, no para hacer amigos.» pensó Madara todo repelente.
«Esa cabellera se me hace conocida…» cuestionaba Minato, sin dejar de mirarlo. Juraba haberle visto en otra parte, además que si no estaba mal, era la misma cabellera de quien le empujo más temprano.
La mirada tan insistente de Minato estaba empezando a molestar a Madara, no entendía que tanto le veía.
—¡Que me ves! —espetó volteándolo a mirar con notable enojo en su mirada.
—Madara, Tranquilo —interfirió Hashirama al ver como el Omega estaba dando paso hacia Minato.
—Entonces, que tengo en mi cara que tus ojos no quieren mirar a otra parte —cuestionó cruzándose de brazos, sin dejar de fulminarlo con su mirada y activando el Sharingan.
—Madar…
—Fuiste la persona que me empujó por la tarde —recordó Minato, interrumpiendo al Hokage al ver la tensión que se formó en un momento a otro. Era imposible que en toda la aldea hayan dos personas con el mismo estilo, color y abundancia de cabellera, que precisamente sean del Clan Uchiha.
Madara suavizo sus expresión y se puso pensativo, no recuerda haber empujado a alguien, pero sus recuerdos de la tarde y en el momento que Tobirama fue a su casa para darle aviso de la citación, poco a poco las memorias fueron tomando claridad. Y en alguna parte de su mente, le llego la imagen corriendo furioso y como aparto con algo de fuerza a una persona de cabellos rubios.
—¿Fui yo? —Volvió a su expresión seria y fijo su vista en el otro, desactivando su Sharingan.
—Si, no te tomaste la molestia en por lo menos ofrecer una disculpas. Por personas como tu es que a los Alfas les tiene tan marcado como; agresivos, insensibles y seres llenos de prepotencia. —Pocas las veces era ver a un Minato molesto y vaya que la situación de la tarde, lo irrito mucho.
Hashirama quien no sabia si intervenir o algo, miraba a uno y al otro cada tres segundos.
—Que la gente piense lo que desee. Por sensibles como tú, es por eso que los estiman como débiles y llorones, ni siquiera los toman casi nunca en cuenta en misiones, son cargas para otros —contraatacó mirando al rubio con digna prepotencia de Uchiha.
Ambos callaron y solo se miraban con profunda furia en sus ojos, fue allí que Hashirama notó algo; Madara cree que Minato es un Omega. Y Minato cree que Madara es un Alfa ¡Vaya equivocación! De lo poco que conoce a Minato, es un Alfa muy extraño, no solo por tener sentidos y entre otras cosas como un Enigma también por su actitud algo risueña, serena y amable; muy contrario de lo mayormente muestra un Alfa. Por parte de Madara, a este si lo conoce de casi toda una vida y no era la primera vez que lo confunde con un Alfa. Madara tiene un carácter fuerte, manera de pelear súper ágil, jamás pone de excusa su celo o algo relacionado con su casta, le estresan los Alfas altivos y los Omegas débiles.
Madara en cierta parte siente rechazo por su propia casta. Y en más de una ocasión, a pesar de su pensar negativo hacia Alfa, le gustaría haber sido uno.
Minato también siente rechazo por su propia casta. Siempre deseo ser un Beta, pero no una de las casta o sus variantes que dominan o son dejadas a un lado por el mundo.
—Se calman. —Por fin intervino Hashirama, soltando un suspiro por la fuerte tensión en el ambiente—. No van a pelear y les guste o no, deben de soportarse por lo menos; dos o tres semanas —advirtió.
Ahora se arrepentía de haberlos juntado, además nunca pensó que pasaría algún altercado entre los dos. Mal o bien, Madara es una persona también serena con carácter fuerte y una personalidad algo difícil, pero calmado a la hora de tener un compañero de misión. Y Minato es serenidad y paciencia, un complemento perfecto para el Omega que en ocasiones pierde los estribos, entre muchas cualidades más que cada uno tiene y son granito para el otro.
«Hasta como pareja podrían funcionar.» pensó y se puso a reír por dicha comparación tan loca que surgió.
La risa de Hashirama por fin captó la atención del par, Minato suspiro y trató de relajarse, Madara en cambio miro mal a su amigo y Hokage.
—Somos tu circo para que te burles —cuestionó Madara cruzándose de brazos y volviendo activar el Sharingan.
—No, no, no, no, como se te ocurre. —Se apresuró a decir, ahora riendo nervioso.
Madara desvío su mirada a cualquier punto menos en el rostro de Hashirama y Minato. Estaba molesto con esos dos, uno por ponerle en esta misión y el otro haberlo confundido con un Alfa, cosa que no le molesta, pero, viniendo de ese rubio, claro que le iba a molestar y mucho.
—Bueno, primero que todo, Minato —nombró primero al Alfa quien se encontraba un poco más calmado—, Madara no es un Alfa, es Omega. —Empezaría por aclarar esos malos entendidos.
—¿Un Omega? —Volteó su rostro sorprendido hacia Madara quien ahora lo miraba con aburrimiento.
—Tienes algún problema que uno de tu especie sea mejor que tú —contestó a la defensiva, sin intentar medir el tono de su voz.
—No… —Minato se regañó mentalmente por haber sido tan prejuicioso.
—Madara —llamó a su amigo—, Minato, no es un Omega, es un Alfa.
Antes aquella revelación, era ahora Madara el sorprendido. Lo examinó de pies a cabeza y para nada tiene pinta de un Alfa, también que recordando cuando lo empujó lo sintió liviano y de por sí, Alfa que se respete tiene gran peso.
—Un Alfa… —Trago grueso y se sintió mal consigo. Estaba aplicando los mismos pensares de su padre hacia los demás; ser prejuicioso.
La oficina se torno silenciosa e incómoda, tanto para Minato como para Madara. Ninguno de los dos podía explicar a claras palabras del porque ese sentimiento de incomodidad al verse que confundieron la casta del otro por inconscientes prejuicios, pero había algo más y esa era la parte que no lograban entender. Hashirama se aclaró la garganta para llamar la atención.
—Aclarando eso, creó que es innecesario presentarlos, ya deben suponer el nombre del otro cuando los nombre, sin embargo lo haré por protocolo —explicó—. Madara Uchiha, Omega de rango Jōnin. —El nombrado asintió, sin mirar a quien seria su compañero—. Minato Namikaze, Alfa de rango Jōnin. —Este solo asintió.
Tal vez, la misión no sería tan difícil, pero si la convivencia de los dos.
—La misión esta prevista una duración de dos o tres semanas. Madara tiene algo importante, así que si o si deben de estar en la aldea una o dos semanas antes del pendiente de Madara, sino mandaré a buscarlos. Jiraiya, me comunicó que Minato también tiene algo que cumplir y es el mismo tiempo limite que Madara, así que a los dos deben realizar esa misión por lo máximo en tres semanas. —No le gusta emplear la “amenaza” pero es solo protocolo.
—¿Y la misión consiste? —preguntó Madara, ignorando todo lo dicho por el Hokage. No se iba a escapar, no sabiendo que podría perjudicar a terceros.
«Debo casarme, aunque odie ese hecho de solo pensarlo.» pensó con hastío. Por él fuera que el tiempo se detuviera o alguna guerra iniciará, aunque ese ultimo hecho lo descarta, ya que solo inocentes son los más afectados en esos conflictos.
«Si algo me llegará a suceder en la misión, ya no tendré que casarme.» Minato pensaba en las posibilidades, pero eso fue descartado de su meten tan pronto como llego. No podría provocarle un dolor de perdida a Jiraiya y a sus demás seres queridos.
—La misión consiste en ir al país del rayo, más específico a Kumogakure. Hace varios meses el equipo especial de investigación descubrió que tenemos infiltrados de Kumo en Konoha y robado información delicada como; Técnicas prohibidas, registros de varios Clanes, incluido del Uchiha… —Ante eso último, la sorpresa de Madara fue evidente—…También que varios niños con habilidades especiales de diferentes Clanes están bajo la mirada de Kumo. Tiene que volver con toda la información que fue raptada y borrarle la memoria quienes tenga conocimiento de dicha información. Aunque según Shikaku quien se infiltro atrás semanas en Kumo, nos comunicó que solo tres personas son consientes de ello y en varias semanas se organizará una junta con otras aldeas enemigas de Konoha para darle esa información, así atacarnos y obtener mas eficacia al hacerlo. Sino consiguen nada durante la misión, se regresarán y se mandará un pequeño ejército para atacar a Kumo por robo de registros confidenciales —explicó con detalle la misión—. Ahora mismo partirán a la misión.
Madara y Minato asintieron, no les quedaba de otra que cumplir con dicha misión, así tenga que hacer equipo con el contrario. No es que se odien o algo por el estilo, empezando que ni se conocen, sólo tuvieron ese malestar de la tarde y ahora se desahogaron, más no tenía la suficiente confianza para afirmar que tan bien o que tan mal podrían llegarse a llevar, solo querían distancia del otro.
Los siguientes minutos fueron en dudas y repuesta sobre la misión, luego llegó Tobirama para avisar que podrían marcharse a su rumbo.
. . .
—No deben dejarse ver por los ninjas de Kumo, sino logran obtener la información robada se deben de retirar y máximo tres semanas para completar la misión. Tampoco es necesario borrar sus memorias, lo improtante es la información —Recordó Tobirama entregándole un pergamino a cada uno.
Ambos asintieron y en segundos desparecieron.
Aunque Madara no quisiera dicha boda, sabe que debe de cumplir con ese compromiso forzado, solo por no traerle más problemas a su Clan; Desconfianza desde el exterior, conflictos político internos y hasta con otras aldeas. Es mucho lo que quebrantaría sui tomará la decisión de huir, cosa que no haría. Minato por su parte, más que pensar en una boda, sentía cierto nerviosismo por llegar al país de rayo, desde niño no iba allí y esperaba no volver hacerlo; por fortuna o solo coincidencias a su favor, pero desde que es un ninja le ha tocado misiones en dicho país, algo que agradece mucho, aunque nadie sepa la razón del porque ese deseo intento de Minato en no querer ir al país del rayo.
—Uchiha —llamo Minato a lo que el nombrado detuvo su andar de rama en rama.
—Solo dime Madara —expresó tratando de no sonar tan duro, pero falló.
—Esta bien, Madara. —Suspiro—. Conozco un camino que solo nos tomará tres días con tres descansos de una hora en llegar al país del rayo —comunicó.
—¿Un atajo?
—Exacto —confirmó.
—¿Cómo es que lo sabes? —Algo bueno de Madara. Es observar a otras personas y analizarlas, y Minato se notaba MUY nervioso.
—Solo… lo se. —Cerró sus ojos unos segundos y luego los abrió, sintiéndose más tranquilo—. Tengo un compromiso importante y tú igual, nos conviene hacer esta misión rápida, así que sígueme, conozco muy bien los atajos hacia Kumo. —Trato de explicar para que el Uchiha aceptará por fin, pero se veía todo receloso en seguirle la pista, a pesar que son compañeros.
No podía asegurar, ni descartar nada, pero de algo si no tiene ninguna duda es que Minato oculta algo y esta relacionado con Kumo.
«Y si es uno de los que se infiltró a Konoha para robar información, por eso está nervioso por miedo a que le descubran.» dedujo Madara en su mente, dedicándole unas miradas para nada agradable al Alfa.
—Bien —aceptó, teniendo la guardia alta.
Sin decir nada más, siguió a Minato quien sonrió dejando que todo su rostro se le iluminará, que en esos cortos segundos, Madara quedó como hipnotizado viéndole sonreír, pero luego se regañó en su mente por ese milésima de distracción.
. . .
—Pobre, Minato —dijo Tobirama con sincero pesar en su voz, mientras caminaba al lado de su hermano.
Hashirama decidió volver a la torre Hokage caminando y Tobirama no se negó, pues es relajante recorre la aldea en horas donde todo se ambienta en calma.
—Lo dices por Madara —intuyó Hashirama de forma divertida.
—Claro, por quien más —contestó obvio—, no solo tiene que soportarlo en la misión, sino que para toda su vida, es una lástima. —Este comentario si tomo por sorpresa al menor, no entendía a lo que se refiere su hermano.
—¿Toda la vida? —cuestionó sin entender.
Tobirama detuvo sus pasos y más que mirar con sorpresa al menor, era molestia en sus ojos. Tobirama estaba furioso al atar cabos y llegar a la conclusión de que Hashirama no sabia el destino entre la pareja que mando para dicha misión en el país del rayo.
—Como es posible que tú, siendo el Hokage, esté ajeno a la situación de Minato y Madara —regaño al menor quien empezó a rodearlo una aura depresiva.
—Es que… estoy muy ocupado —excuso con lo primero que se le vino a la mente y el otro negó con su cabeza.
—El prometido de Madara es Minato, ellos dos se van a casar.
Y en ese momento Hashirama empezó a recordar con lujo y detalle la conversación con Tajima y Jiraiya. Miro a Tobirama con asombro y preocupación.
—Ahora dime que idiotez hiciste —exigió Tobirama y el otro, solo asintió.
Hashirama solo espera que Tobirama le ayude para ocultar de Tajima y Jiraiya que puso al par de prometidos en una misión de tres semanas. Sinceramente debía de poner más atención a las conversaciones que tenía con su persona.
. . .
Saltando de una rama en otra, seguía avanzando en su camino, uno que Madara no conocía por más memoria que hacia por recordar si había leído o transitado por esos lugares, pero nada llegaba a su cabeza. Debía de admitir que se sorprendió la velocidad de Minato, así como la seriedad que muestra, sin quitar su azul mirada hacia al frente.
Madara no es alguien que le gusta observar a sus compañeros, tanto así que solo necesitaba recordar sus nombres y listo. No le veía la necesidad de grabarse sus rostros, aunque a veces lo hace cuando establecen una amena relación de compañeros o hasta trasciende en una amistad-rara vez pasa-, peto con Minato le han mucho la curiosidad. Una vez peleó con un ninja de Kumo y tiene casi las mismas facciones de Minato, algo extraño, que hasta donde puede hacer memoria; Namikaze es un Clan fantasma, sin rastro, sin registro, sin nada que por lo menos pueda catalogarse como uno neutro o de clase baja.
Sus ojos examinaron cada facción que podría ofrecer Minato de perfil, su mente asaltó con una pregunta que quisiera ser respuesta en esos instantes: ¿Qué habilidades tiene Minato que lo hace destacar? De eso sí, conoce nada.
Habían salido de Konoha rondando la una de la madrugada y ahora podría hacer el calculo de estar por allí entre las seis y siete de la mañana. Cuando Minato empezó a disminuir su paso, así mismo lo hizo Madara hasta que los dos se detuvieron.
—¿Quieres descansar o seguimos? —preguntó Minato, sin mirar al Omega.
—Descansar —contestó bajando de una rama al suelo.
No es que Madara estuviera cansando, solo quería hacer tiempo y así no llegar rápido el día de su boda, además que el mismo Minato dijo que solo se demorarían tres días y teniendo tres descanso. Entonces este sería el primero, solo faltaba dos más o seguirán de largo. En el interior de Minato le agradeció mucho a Madara que decidiera descansar y sabe que éste no se encuentra cansado precisamente, solo que también tiene motivos similares en querer hacer tiempo, más no dijo nada.
Cada uno se sentó a una distancia prudente del otro, sin bajar guardia. Trascurrieron varios minutos, cuando Madara vio como Minato se puso de pie y empezó a caminar a su dirección. Una vez que Minato estuvo al frente de Madara, se agacho y extendió su mano delante del Omega.
—Lo siento por la discusión de hace una horas, cuando paso lo del empujón se te notaba algo… desesperado y fui yo quien empezó con esta discusión —dijo Minato con su mano a la espera que fuera tomada y una gentil sonrisa dibuja en sus labios.
Aunque lo evitará, Madara no dejaba de comparar a Minato con los demás Alfa del promedio. No es mentira que si dicha situación hubiese dado con un Alfa como muchos; no solo saldría mal porque utilizará la famosa voz para mostrar la dominancia, le humillaría, le trataría mal y buscaría por cualquier medio para hacerle quedar como el peor de las personas. Pero es consciente que sí tuvo culpa, ya que fue él quien lo empujó y solo recordar ese acto de ira, le siente muy mal.
Madara alzó una mano y se la puso encima de la contraria para que la bajará, Minato sorprendido borrando su sonrisa, pero hizo caso ante aquel acto y bajó su mano. Ahora fue Madara que hizo ese misma acción del Alfa; extender su mano.
—No debes pedirme disculpas, soy yo quien tiene que hacerlo —confeso en verdad apenado por su actitud—. En ese momento venía de un disgusto, si así se le puede llamar. Me desquite con la primera persona que me cruce en el camino y no estuvo bien, no debo de culpar al mundo de mis desdichas, ni a mi propia casta. Así que de toda mi sinceridad, te pido mis disculpas por mi actitud —hablo despacio y sin sonar tan fuerte.
El tono de voz de Madara, en muchas ocasiones es fuerte y tienden a malinterpretar lo que trata de decir, pero al ver de nuevo la sonrisa de Minato y como tomaba su mano, se relajó.
—Descuida, todos tenemos un mal día. Yo también reaccioné algo exagerado, sólo adultos y debemos arreglar las cosas por medio del diálogo. —Fue el primero paso para aligerar la tensión que hay entre los dos.
Una vez terminando su descanso y de tener una sencilla plática sobre la constitución de Konoha, volvieron a retomar el camino al país del rayo.
«Debemos ser cuidadosos para no ser vistos.» pensaba Minato con inquietud. En especial que no quiere, que nadie de esa aldea lo vea y posiblemente lo reconozcan «Físicamente soy igual a mi madre.» Suspiro al recordarlo en sus últimos días. Su madre es un hombre Lota que se apellida Namikaze, físicamente igual, pero de resto no se acuerdo que tantas similitudes a la hora de pelear pudieran tener, su habilidad con el rayo su la gran velocidad en definitiva que era herencia de él, y su padre es mucho más nulo su recuerdo, pero lo que puede hacer memoria, solo saco sus ojos, nada más.
Uno, dos, tres y muchos más suspiros acompañados de muecas eran lo que Minato manifestaba y que Madara no paso desapercibido. Habían algo que Minato oculta con relación al país del rayo, no tenia que conocerlo de años para darse cuenta de eso, más considera imprudente preguntar algo cuando no hay ese tipo de confianza entre los dos. Horas más tardes, volvieron a detenerse para descansar.
Estaban de noche y dudaban que alguien les pudiera atacar a esas horas, sin embargo ninguno bajo la guardia. Ahora a los dos le rodeaba un silencio, pero a diferencia de hace horas atrás, este no es incómodo antes es uno en donde cada quien pudiera pensar y relajarse de muchas cosas que rondan por la mente de cada quien. Esta misión le sentó muy bien a los dos, Minato no se concentraba en sus misiones y Madara mantenía mucho más malhumorado de lo habitual; y todo por culpa de la boda que a los dos les une, pero son ajenos a ese acontecimiento.
—Como es posible que fuiste seleccionado para esta misión —cuestionó Madara rompiendo ese agradable silencio, pero su cuestionamiento tampoco fue desagradable antes todo lo contrario, era una buena oportunidad para conectarse más.
Minato escuchó perfecto la voz de Madara, pase a la distancia que estaban sentando del uno al otro. Se puso de pie y camino hasta llegar cerca de Madara y sentarse a su lado.
—Porque soy bueno —respondió sencillo guiñando un ojo divertido.
—Vaya, ese ego tan elevado. —Sonrió negando con su cabeza.
—No soy tan bueno como otros ninjas de Clanes fuertes, pero tengo habilidad con el rayo algo única por así decirlo, mi velocidad, técnicas extrañas, estrategia y tengo buen taijutsu. No es mucho, pero creó que mi desempeñó en las misiones me dieron algo de relevancia. —Esta vez contesto serio.
—Todos somos buenos en algo —comentó y Minato asintió.
—¿Y tú? Como es posible que un Uchiha Omega éste en campo de pelea, sin que lo cohíba. —Ahora fue el turno de Minato de cuestionar.
—Sorprendente, ¿no? —Fijo su vista en el cielo oscuro—. Mi Clan dice que traje la maldición por ser Omega, cuando mi resultado salió mi casta, no demoró mucho que otros Uchiha también salieran Omega. Nunca hice caso a mi madre en ese sentido, mi padre en cierta parte le importaba poco que me pasará y es mejor así, me entrene solo por un tiempo luego se sumaron dos personas más para darme tutoría; Un Uchiha y un Hyuga. Dos leyendas de la guerra antes de formará Konoha. Me hice fuerte en todos los sentidos y cuando un día empecé a destacar y mi Sharingan solo hace acompañamiento a mi destreza —contó entre una mezcla de nostalgia y orgullo consigo.
Minato lo observa con admiración, sin duda alguna ese Omega era de admirar, un fugaz pensamiento cruzo la mente de Minato y ese fue:
«Ojalá ese Uchiha con quien me hoy a casar, tenga aunque sea un poco de su seguridad.»
—Por cierto, nunca te vi en la academia —dijo Madara sacando al otro de sus pensamientos.
—En realidad, no. De seguro éramos de pisos o salones distintos. A mi me toco en el según piso con el profesor Yamanaka. —Minato si había escuchado rumores de un Uchiha Omega que destacaba entre loa demás, más nunca le presto atención. Ahora se daba cuenta que lo tenia al frente suyo.
—Con razón. Primer piso con el profesor Senju —corroboró.
Es tan fácil sacar algún tema de conversación entre los dos, formando un aura de tranquilidad en medio de ambos. Lo siguiente en hablar fueron en sus misiones exitosas y los compañeros que les habían casi puesto al borde de la muerte por su ineficaz desarrollo durante de esta. Luego de estar conversando, los dos se pusieron de pie para seguir su camino, que no faltaba mucho en llegar y para ser sinceros, ambos estaban impresionados que en su camino fuera tan fácil.
Los dos acordaron en no hacer otro descanso y así llegarían más rápido. Durante su trayectoria iban hablando de cosas tribales, sin quitar su mirada del camino y sin bajar la guardia; algo que tienen en común los dos es poder concentrarse en más de una acción.
No eran los amigos, ni tampoco los enemigos. Solo dos personas que pueden llevarse bien y la compañía mutua les sienta bien, que por lo dicho de cada uno, ambos tienen muy buenas habilidades que no serían un obstáculo en la misión, más bien un apoyó mutuo.
Entre más se acercaban al país del rayo, la inquietud era algo que se hace presente en los dos; muy calmado para ser uno de los países con más seguridad entre las cinco grandes naciones. Minato saco tres kunais de su bolsillo y empezó a dejarlos en puntos específicos a una distancia del otro.
—¿Para que son? —preguntó Madara.
—Nos ayudará a escapar en el caso que nos veamos acorralados —explicó breve y el otro entendió perfecto.
Madara activo su Sharingan captando de inmediato varios fluidos de chakra justo en la frontera que anuncia la llegada al país del rayo.
—Son veinte ninjas, supongo que rango Anbu y Jōnin —aviso Madara.
—Nos quiere tomar desapercibidos y llevarnos a interrogar —agregó Minato suspirando. Ya decía que todo era muy fácil a decir verdad—. Hay un atajo subterráneo que nos llevará directo a Kumo, sin pasar la frontera.
Y Minato cambio el rumbo haciendo un clon seguido de Madara que imito dicha acción. Dejaron sus clones seguir el camino y los originales tomaron otro rumbo.
Minato y Madara llegaron a lo que parecía un árbol común y corriente de hojas color entre cafés con amarillo. Minato se detuvo al frente de ese árbol y haciendo unos sellos de mano, un hueco se abrió en el suelo, Madara lo vio entre confundido y pidiendo explicaciones.
—Seré directo —habló Madara mirándolo con clara desconfiada—, es sospechoso que sepas tanto sobre este país y que tu habilidad del rayo, no la conozco, pero es del elemento rayo uno muy utilizado en Kumo y el resto del país, muy raro. —Se cruzo de brazos.
Minato suspiro, ese es un riesgo que tomo al revelar las entradas y salidas de dicho país.
—El país del rayo es mi tierra natal, nací allá, para ser más exactos en Kumo —contó breve ante la sorpresa de Madara, pero que mando una mano para desvainar su espada—. ¡Espera! ¡No soy traidor! —Se apresuró a decir.
—No lo eres. —Soltó irónico.
—Te juró que no, solo déjame explicarte —pidió sin llegar a la desesperación.
Tarde o temprano iba a pasar aquello y sabe que aun le falta Jiraiya quien lo acogió como a un hijo. Minato suspiro y le indicó a Madara que se sentará y así lo hizo, no sin antes dudar en hacerlo, aún tenían tiempo ya que no habían hecho su tercer descanso.
—Mi padre es un Beta perteneciente a uno de los Clanes fuertes de Kumo y mi madre es un Lota del Clan Namikaze. Los Namikaze somos un Clan secreto, así nos denominó Kumo, cuando nací, nadie del Clan de mi padre no quiso aceptarme y mi madre enojado me dio su apellido y la protección de todo nuestro Clan, aunque después se reconciliaron y entendió que mi padre no tuvo culpa del rechazo de su Clan hacia mi. En ese tiempo aun estaba las aguas muy delicadas con la reciente unión de varios Clanes en distintas aldeas, para muchos los Clanes secretos significan peligro, ya que por eso los catalogan secretos; una arma bajo la manga y ser ocultados por el ojo humano, protegidos por sus habilidades únicas y especiales, pero al tiempo temidos. Así era mi Clan.
»Tenía cuatro años cuando dieron la orden en exterminarnos. Los Namikaze estaban desarrollando una técnicas muchos más allá que el elemento del rayo. Una técnica que a los altos mandos les desagrado al sentirse amenazados que algún día tomarán el poder de la aldea. Pero según lo que recuerdo, mi Clan no tenía esas intenciones, solo evolucionar nuestras técnicas. Un día jugando con mi hermano menor, solo tenía un año, llegaron varios ninjas de sorpresa y nos empezaron atacar, mi padre se metió en esa lucha y vi como poco a poco los cuerpos fueron cayendo sin vida, los ojos de mi madre y lleno de sangre por luchar, antes de atacarnos nos habían puesto un jutsu que nos debilitará y así acabarnos. La mayoría de mi familia murió a mis ojos.
»Vi a mi madre morir, a mis tíos, primos y demás de otros Clanes. Mi padre fue llevado prisionero y no se que fue de él. Yo hui tan lejos como mis pies pudieron llegar hasta que me encontré con Jiraiya, le dije mi nombre y apellido como era de un Clan secreto jamás me relacionaría con nadie. En ese tiempo había guerra y siempre le hecho la culpa a ella por la muerte de mi familia, siempre, pero ahora estando aquí cerca en donde nací. La guerra trae muchas muertes, pero en esta ocasión, no es culpable de la desgracia que cayó a mi familia. A tan temprana edad pudo memorizarme jutsus, atajos y muchas cosas más, además que mi madre me regalo un collar que estaba sellado y dentro de el, hay muchos pergaminos con técnicas, secretos, cartas y mucha información de Namikaze y de Kumo.
—En verdad, lo lamento por lo de tu familia —habló Madara cuando el relato termino, pero una duda surgió en su mente—. Y tu hermano, ¿Qué paso con él? —preguntó, al no oírle que lo mataron o logró escapar.
—Bueno, varios sobrevivimos a dicho ataque y todos fueron a destinos distintos. Un tío se llevo a mi hermano, dijo que volvería por mi una vez que dejará a mi hermano en un punto, seguir y volver mientras que yo permanecía escondido, pero el miedo me ganó y corrí tan lejos como pude. Me tranquiliza porque mi tío es fuerte y de seguro estará bien con mi hermano, mi padre quisiera saber de él, pero no se en dónde estará o si escapó. Lo que se, es que Namikaze están por todo el mundo los que sobrevivimos —respondió y en sus labios se dibujo una sonrisa llena de tristeza.
—Algún día, te encontrarás con tu hermano —alentó Madara poniendo una mano en el hombro del Alfa quien asintió—, y creeme alguien te escucha que eres del rayo, te tomarán como traidor —aconsejó. Los del consejo de Konoha, no eran él que se sienta a escuchar y comprender la situación.
—Lo se. Y gracias por escuchar. —Sonrió.
. . .
No se demoraron nada en salir de aquel túnel, ese era el atajo que abrió al frente de aquel árbol; era un túnel antiguo y se notaba que nadie lo había usado en años. Minato le contó a Madara que ese atajó lo construyeron los del Clan Namikaze por emergencia y de allí fue que varios escaparon por el ataque.
Aquel túnel los llevó a las ruinas del Clan Namikaze. La estructura era casi similar a la de Uchiha, solo que en Uchiha los colores eran nuestro y opacos en Namikaze son más vivos y fuertes, pero se les veían muy deteriorado por el tiempo abandonado. Vio como Minato se agacho a recoger algo y luego suspiro pasando el antebrazo por sus ojos: estaba llorando. Madara por prudencia no le preguntó nada y siguió caminando.
Salieron de las ruinas del Clan Namikaze y usando un jutsu de trasformación los dos tomaron la forma de Anbu de Kumo y empezaron a saltar de techo en techo directo a la torre del Raikage, es allí donde habita la información robada de Konoha. Una vez llegando a la torre, Madara metió a varios en Genjutsu para liberar paso, ni se molestaron en revisar otros pisos, fueron directo al sótano.
Llegando al sótano se toparon con la sorpresa de tener a los dos Raikage al frente de ellos junto a más de diez hombres.
—Los esperábamos —hablo A, actual Raikage.
Minato y Madara deshicieron el jutsu de trasformación y se pusieron en posición de pelea.
—Un Uchiha y un sobreviviente de Namikaze —dijo con desprecio el anterior Raikage.
Ninguno de los dos ninjas de Konoha contestaron. Fue en un abrir y cerrar de ojos los ninjas quienes acompañan a los Raikages se les fueran encima para empezar atacarlos. Ante la sorpresa de ambos Raikage, fue ver como Madara con solo un movimiento de su espada corto por la mitad a tres ninjas, a los otros los durmió en un Genjutsu y Minato por su parte atacó en puntos vitales a los ninjas con una técnica de rayo a gran velocidad y a los otros los privó. Fue rápido quitarse esos monjas de encima.
El antiguo Raikage se dirigió hacia Madara quien activo su Magenkyou, pero vio como dicho Raikage tenia sus ojos cerrados haciendo sonreír al Uchiha.
—No me valgo solo por mis ojos —dijo con clara arrogancia. Y seguido el otro lo atacó.
El actual Raikage, se fue sin ningún reparos hacia Minato quien le contraatacó a la altura.
La misión se había vuelto difícil, pero aun tenían en mente ir por dicha información que estaba detrás de esas puertas de hierro. Minato intercambio miradas con Madara y este entendió la indirecta, sin conocerse tan bien, pudo captar lo que quería.
Toda la torre Raikage temblaba por los fuertes golpes de que daban ambos Raikages a sus receptivos contrincantes. Un taijutsu impecable que estaban por encima del par de Konoha. Uno de los fuertes de Minato es la velocidad que podría superar aquella fuerza bruta del Raikage que estaba peleando y así lo hizo, lo burló unos segundos esquivando sus ataques hasta que apareció a sus espaldas y le impacto con su Rasengan dejándole fuera de combate por unos segundos.
Por parte de Madara, sabe que con sus ojos no puede hacer nada y que en varios factores el Raikage con quien pelea le supera, pero en algo si vio la balanza a su favor y fue que el Raikage es súper fuerte mezclando con su extrema velocidad que gracias al Sharingan podría esquivarlo, pero tiene varios tropiezos o milésimas que se demorar en cambiar de un ligar a otro. Aprovecho esos cortas milésimas de segundos para engañarlo y envolverlo en un jutsu de presión de fuego para luego hacerlo estallar, tiempo que hizo unos sellos de mano para hacer una invocación.
Después de esos Minato y Madara mataban tiempo para ejecutar todo su plan que hicieron por medio de miradas. Minato dejo que A le golpeará lo suficientemente fuerte para impactar su cuerpo hacia la gran puerta de hierra que se abrió un poco.
«Esta abierta.» Se dijo Minato en su mente y Madara lo capto. Ellos no se irían de allí sin la información.
Entonces ambos intercambiaron papeles, ahora Madara enfrentaba al actual Raikage y Minato al antiguo. Madara tenía un ojo en su oponente y otro en la puerta de hierro, mientras que Minato se concentro de lleno con quien se enfrentaban. Minutos después ambos cuerpos de los Raikages quedaron estáticos y cuando los dos ninja de Konoha bajaron su vista al suelo dándose cuenta la larga línea gruesa que aprisiona a los Raikages, gracias a la luz que entra en una de las pequeñas ventanas del lugar.
«Shikaku.» Recordó Madara y que el Nara, aun se encuentra como infiltrado en la aldea.
Ese momento que solo duraría minutos o segundos, fueron aprovechados por Minato y Madara que escaparon del lugar, no sin antes que Madara deshiciera su invocación. Corrieron por los largos pasillos sintiendo la gran presencia de chakra que veían atacarlos, Madara no tuvo más opción que invocar a su Susanō-no el perfecto, sino el fluido de chakra de su guerrero-para limpiar camino. Minato por su parte invoco a su animal para dar apoyo y también aligerar el trabajo que Madara se puso encima.
Las alarmas se encendieron en toda la aldea, los chakras que se dirigían hacia su lugar eran cada vez más cercanos a ellos.
—¡Nos vamos! —grito Minato al ser herido en su hombro izquierdo, pero aguanto el dolor.
Madara tenía toda las intenciones de intensificar su Susanō al perfecto, pero esa idea fue descartada al ver a su compañero herido. Desactivó su invocación, no sin antes meter en un Genjutsu a varios ninjas que le atacaron de frente y luego se acercó a Minato, se demoró más en acercarse a él que en desaparecer apenas puso lo tocó. Madara miro a su alrededor y distinguió el lugar; era en donde Minato puso el primer lugar y allí entendió mejor a que se refería.
Apenas tocaron suelo firme fue en donde Minato se desplomo, no solo fue herido en su hombro izquierdo, sino en su pierna del mismo lado.
. . .
Ya era de noche, sin darse cuenta fueron tres días de viaje y casi un día en infiltrarse por la información. Ni una semana les tomo en completar dicha misión. Le habían llegado un pájaro con el mensaje de Shikaku que a él le toca quedarse unos días más en esa misión y que los ninjas de Kumo pensaron que habían venido un tercero en apoyo, pero no sospechan de él, además que usa el jutsu de la trasformación para ocultar su apariencia. Con ese mensaje dejo más tranquilos al par de ninjas.
Ahora Minato se encontraba sentando, sin camisa dándole la espalda a Madara quien lo estaba curando su hombro, ya había echo eso mismo con la pierna herida.
—Debemos quedarnos en una aldea por lo menos un par de días hasta que sane —hablo Madara después de varios minutos de silencio y el otro asintió.
Después de escaparse caminaron con más calma hasta encontrar un lugar en donde descansar temporalmente y curar las heridas de Minato. Por parte de Madara no tiene ninguna, gracias que su Susanō lo protegía de todo ataque y además muchos ninjas eran lo suficiente idiotas para atacar a un usuario del Sharingan de frente. Y precisamente Minato soltó una risa por recordar como Madara los derivaba son solo mirarlos.
—De que te ríes —interrogó alzado una ceja.
—Solo que uno tiene que ser muy descuidado o muy tonto para atacar a un Uchiha de frente —comentó con burla y Madara asintió sonriendo.
—De seguro eran novatos —afirmó y los dos se rieron.
Era increíble como podían hablar con fluidez, sin la necesidad de conocerse de años.
—Pudiste tomarlo —indagó Minato al recordar ese detalle.
Madara detuvo su labor para hacer unos sellos con sus manos y apareció la forma de Susanō, pero del tamaño de un perro mediano. Ese mismo canino hacia estar al frente de Minato y de su boca empezó a salir un enorme pergamino; más ancho de lo normal y el largo de dos pergaminos normales juntos.
—Una forma distinta de invocar al Susanō, solo basto con tener un poco la puerta abierta para que se deslizara entre la apertura y tiene la capacidad de almacenar grandes tamaños de objetos —explicó Madara.
—Cuando te miré, no creí que captarás mi señal —dijo sincero.
—Al principio me confundí y luego lo entendí: “Busca la manera de entrar a la sala” y así lo hice. —Hizo énfasis en aquella frase, lo que según trato de decirle Minato a su persona.
—Y cuando tu me miraste comprendí que lo habías logrado. —Sonrió. Y aquel Susanō volvió a tragarse el pergamino para luego desaparecer.
Madara volvió a su labor, activando el ninjutsu medico siguió curando el hombro izquierdo de Minato.
—No se porque me sorprende que sepas el ninjutsu medico —comento, empezando a sentir como el dolor iba desapareciendo.
—Siempre es bueno aprender algo que te puede ser de ayuda. —Le resto importancia.
«Que persona tan particular.» pensaron al tiempo Minato y Madara.
Minato en verdad juzgó mal a Madara, no solo por ser Uchiha, sino por muchos factores más y a medida que conviven por la misión, se va dando cuenta que tan equivocado estaba. Y lo mismo pasa con Madara había juzgado mal a Minato solo por ser Alfa y ser un Clan prácticamente nulo-antes de oír la historia-, pero pasaban juntos y así lo conocía más.
Una vez que termino de curar a Minato y este se pusiera una camisa de repuesto que por suerte lleva consigo a todas sus misiones. Cada uno se acomodó apoyando la espalda contra la del otro, así en esa posición se siente más relajados y podrían hacer guardia por si los emboscaban.
Por hoy se quedarían a la intemperie y mañana temprano buscaría alguna pequeña aldea para pasar unos días. Sintiendo el calor del otro, mirando el cielo cubierto por las estrellas y la luz de la luna, estando en completo silencio disfrutando de aquel ambiente tan fresco y tranquilo. Ese tipo de cercanía no es aceptable en Madara, pero con Minato no mostró ese recelo habitual y Minato, pase a ser una persona sociable, también tiene sus limite sobre el contacto y con Madara fue distinto, además que desde que estaban peleando en la torre Raikage había percibido un aroma muy familiar; el mismo que le adelanto el celo aquella vez. No quiso hacer supersticiones de que podría ser Madara el dueño de aquel aroma, pero sentía curiosidad.
—¿Tus feromonas son únicas, escasas o muy comunes? —preguntó Minato, rompiendo ese silencio.
—Podría decirle raras, es una mezcla de humo con algún cítrico y otro combinación que no logro descifra, ¿Por qué? —respondió, sin darle mucha mente a la pregunta.
—Se me hizo familiar.
«Fue exacto lo que sentí, aquel día.» Ese pensamiento, no quiso decirlo en voz alta.
Además no estaba nada seguro, igual si fuera el caso Madara también había sentido su aroma, más no comento nada al respeto y también que esa vez, no paso nada a mayores. Pero lo que Minato no sabe, es que Madara si lo había percibido, pero no quiere indagar más del tema; en cierta parte, le avergüenza cuando otras perdonas ajenas a su familia perciben su celo, pueda que sea cuestión de orgullo o inseguridades que albergan en su profundo ser por su casta.
Ninguno de los dos quiso indagar más sobre ese tema, ni en ningún otro. Solo se dedicaron a pasar un tiempo agradable al lado del otro y con un pensamiento en común:
«Ojalá ese Omega fuera la cuarta parte de Madara.»Un pensar algo egoísta de su parte, pero en verdad no quiere casarse y en lo poco que ha compartido con Madara, le parece una persona genial. Y quien sea el afortunado de tenerle como esposo, en definitiva gano por mil.
«Como me gustaría que ese Alfa fuera un poco como Minato.»
Y suspiro a ese pensar tan irreal conos según lo ve Madara. Es obvio que Alfas como Minato son pocos, pero amaría poder compartir con uno así. Esta más que seguro, que cuando se case, su padre hará que su esposo firme el documento de invalidez como ninja. Su vida sería un tormento desde el día que se case.
En el mundo, los Alfas que se casan con Omegas ninjas, tiene el poder de firmar un documento de invalidez para que su pareja Omega no tenga más función como un Shinobi y se dedica a los oficios de la casa. Hasta donde Madara ha visto, ninguno Omega sigue ejerciendo su labor como guerrero después de casarse y su padre ya le había avisado, que su esposo no le iba a permitir seguir en campo de batalla. Una de las reglas que Madara no apoya y que Minato tampoco, este ultimo le gustaría tener a una pareja que luche codo a codo con él y quienes deciden renunciar a sus labores como ninja que lo hagan a su voluntad, no por obligación como mayormente lo hacen y eso le parece injusto.
«Como me gustaría, no casarme. »
Ambos pensaron al tiempo dejando escapar un suspiro. Solo podría disfrutar de lo poco que les queda de esa libertad. Aprovecharían ese tiempo para atrasar su llegada a Konoha y así tener unos días de paz.
Continuará…..
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Contigo-[MinaMada Omegaverse]
FanficTítulo: Contigo. Fandom: Naruto. Pareja: MinaMada (Minato x Madara) Artista: Yae. WH. Ficker: Prikauchiha0609. Sinopsis: Para que los demás Clanes estuviera más tranquilos respeto a Uchiha. El consejo de Konoha lanza la propuesta de que el hijo may...