3 ✔︎

1K 114 8
                                    

Harry caminaba por Hogsmeade con Dobby siguiéndolo.

—¿era necesario venir aquí? –susurro al elfo.

— ¡claro que sí! Dobby cree que el amo Harry debe caminar y tomar sol, Dobby también pensó que debería de ver a sus amigos ya que Dobby sabe que ellos lo alegraría un poco...

Harry suspiro y asintió mientras metía su mano en las bolsas del suéter, era diciembre y el frío calaba como el infierno, y más cuando su suéter ya no cerraba bien por su enorme barriga de 5 meses y medio.

—¿podemos ir por dulces? –murmuró mientras sacaba su varita y hacia un hechizo de calefacción en su suéter, suspiro con cierto alivio al sentir el calor, hizo lo mismo con Dobby quien también tenía un suéter tejido por Harry.

— Claro amo Harry

Los tres se dirigieron a la tienda de dulces, después de comprarlos salieron con una gran bolsa; Harry agradecía el dinero que su madre y su padre y, para su sorpresa cuando se entero, Tom le dejó.

Harry ahí se dio cuenta de que Tom, de alguna manera sabia que moriría y que no quería que la bóveda Riddle se quedara a manos del ministro.

Ahora que lo pensaba, agradecio un poco el hecho de que Tom nunca dijera nada su relación entre ellos, si no el ahora mismo estaría en una celda en Azkaban.

— ¿ya podemos regresar? –habló mientras miraba sus pies inchados, hizo una mueca, le dolía cómo el infierno.

—No, aún falta ver a los amigos del Amo harry ...

Harry bufó pero asintió, se dirigieron a Sortilegios Weasley tienda de ambos gemelos que fue creciendo mucho más después de la guerra; cuando entraron había demasiada gente, a tientas caminaron viendo a su alrededor. Tenía tiempo que no entraba allí, y por lo que supo Ron y Ginny habían entrado a trabajar para los gemelos.

—Pero mira nada más...

—a quien tenemos aquí...

Se escuchó dos voces detrás de el que identifico al instante, Fred y George Weasley.

—si es el mismísimo Harry Potter –dijeron ambos a la vez.

Harry se dio la vuelta y los vio, miro como los gemelos abrían los ojos sorprendiéndose ante la gran barriga de harry.

—Hola Fred, George... –saludo con una pequeña sonrisa, algo incómodo

—Por las tangas de Merlín –dijo Fred, sin sacarse de su asombro.

— ¡¿Quien te hizo eso?! –gritó ahora George.

Antes de que respondiera, sintió como lo abrazaban por la espalda.

—¡Harry! –grito su mejor amigo, Ron– dios mio amigo ¡nos tenias preocupados! Como se te ocurre no aparecer por tant‐ –dejo las palabras en el aire al ver como harry se volteaba a su dirección, dejando ver su estomago– pero que mierda –Susurró.

Harry suspiro removiendose algo incómodo ante las miradas de los Weasley.

Sería una mañana y, tal vez, tarde larga.

●●●

Harry había regresado a la mansión Riddle alrededor de las 8 de la noche, camino hasta la cocina y entró.

Fue a la Alacena, saco pan y malvaviscos, luego al refrigerador –hechizado por de Tom– sacando la mermelada y mantequilla de maní; se sentó en una silla y comenzó hacerse un sándwich.

— tal vez un poco de música me suba el animo –murmuró dándole una mordida a su sándwich.

Saco su varita y apuntando a un pequeño estéreo –cortesía de Tom– hace que la música se reproduzca, dejo caer su sándwich al escuchar cual comenzó a reproducirse.

Ecos de amor || •Tomarry•||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora