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En ese instante recibí la cachetada más dolorosa de la historia, mis cosas tiradas en el suelo al igual que yo.

El chico vio todo eso y salió corriendo a ayudarme.

Segundos de recobrar la visión le indique al chico que se marchara, mi padre al notar la situación, tomo de mi mano bruscamente y me llevo adentro de la casa, de manera rápida él volvió a salir pero esta vez para hacerle saber a chico moreno que nunca debía acercarse a mí.

Por el rabillo del ojo poder notar el chico se había ido- suspiré de alivio- temía que lo golpeara.

Al este regresar, se encontraba muy enojado, tiro mis cosas – las cuales estaban el suelo- y me dijo:

-Más te vale que nunca le hables, y que sea la última vez que llegues tarde, ME OISTE! - Allí volvió otra cachetada -

Tome mis respectivas cosas y me fui a mi habitación

Sabía que era un caso perdido.

Deje de pensar en eso y comencé a hacer la tarea que nos había mandado. Creo que era la mejor forma para dejar de pensar en eso.

En ello tome un libro y comencé a escribir lo que encontraba

Termine concluyendo que mi país, Japón, es uno de los países más ricos del mundo

La alarma más estruendosa comenzó a sonar, algo resignada me levante como pude, y realice mi rutina diaria, no tenía apetito así comí una galleta que vi en el estante más alto. Voltee hacia la fregadera y noté una sobre con una nota alado de ella.

Extrañada, decidí tomarla

"Niña idiota, allí tienes dinero para que no vuelvas a llegar tarde"

Atte: Tu padre.

Gire mi cuerpo observando mi alrededor, el no estaba...

Quise gritar pero noté que ni fuerzas tenía para hacerlo, pero de igualmente estaba enojada, ahora tendría que venirme temprano y así perderme clases

Procedí a tomar mis cosas, y por supuesto mi trabajo – el cual quedó hermosamente- camine cerca del espejo y por el rabillo del ojo note que mi mejilla presentaba una mancha oscura, asustada, me acerque al espejo que siempre evite, y como era esperarse, un hematoma.

Noté que era un poco tarde, por un momento, paralizada estaba, ¿Qué debía hacer?

Volví a observarme en el espejo, ya sabía la respuesta, tenía que cubrirlo.

Le rece a todos los dioses que podían existir, porque no sabía si todavía aquel botiquín que había realizado para casos de emergencia existía, en visto de que no podía llevarme al hospital, yo misma debía preparar insumos o tratamientos para las heridas o hematomas que surgían por la magnitud de sus golpes, gracias a los dioses esta seguía viva.

El ardor del alcohol se hizo presente.

-¡Auch! -chillé mientras realizaba movimientos circulares.

Al estar la herida tratada, esta seguía viéndose, el color característico de un hematoma comenzó a tonarse más oscuro.

Maquillaje – fue lo primero que surgió en mi cabeza-

Corrí hacía mi habitación – ya que me encontraba en el baño- busque entre mis gavetas y cajones un kit de maquillaje, porque tenía uno – aunque sea difícil de creer, porque ni sabía cómo lo obtuve- Una caja negra se poso entre mis dedos delgados, lo saque de su lugar y comencé a abrirlo, un broche de maquillar y base del mismo tono de mi albina piel, con movimientos torpes hice que aquella herida pudiera verse mejor.

Si antes pensé que era tarde, ya no sabía que podría pensar.

Cerré aquella puerta y corrí lo más rápido posible – el cual obviamente no era muy rápido- hacia la parada de autobuses, porque de verdad estaba sumamente atrasada.

Mi mirada se convirtió en un manojo de nervios, el bus me esperaba, entre lo más rápido posible y le realice una reverencia al conductor.

-Creí que no vendrías- Una sonrisa se plasmó en su rostro

Jure por dios que de verdad quería sonreír, pero sabía que eso no iba a suceder.

-Disculpe mi insolencia, pero me levante un poco tarde, disculpe la espera – volví a realizar una reverencia el cual me ordeno que levantara la cabeza.

-No te disculpes por eso, sabes – se acercó a mi oído para contarme una especie de secreto- tú serás a la única que le perdonare esto, a esos estudiantes – señalo con su dedo índice a todos los estudiantes que traían un completo desorden- no hay que perdonarlos, ellos lo hacen apropósito, es diferente pero dime – se alejó de mí y me observo detenidamente - ¿Qué te sucedió en la mejilla?

Maldije en mi adentros*

-Esto- señale la zona afectada- el afirmo- Es una marca de como choque con mi pared mientras me bañaba.

Una carcajada resonó en todo el bus, haciendo que todos nos observaran.

-¡Debes tener cuidado! Eres una joven muy hermosa, por favor se más cuidadosa, eres mi estudiante estrella – eso ultimo sonó mas como un susurro, el cual hizo que diera una mínima sonrisa.

-Pero será mejor que entres y tomes asiento, no queremos que lleguen tarde- exclamo volviendo a su puesto en el volante.

-- Gracias, no se volverá a repetir – dije mientras caminaba en busca de un puesto vacío y solitario, mientras que él sonreía hasta mas no poder.

Por un segundo pregunte el cómo  hacía para sonreír de esa forma, pero se esfumo para buscar aquel puesto, al haber encontrado el perfecto para mí, pude notar que la mayoría estaba molestos conmigo.

Solo se podía escuchar sus quejidos hacía mi persona

Por culpa tuya nos pondrán citaciones por llegar tarde.

Por culpa tuya no poder escuchar la clase

Esa idiota asocial, solo hará que me expulsen por llegar tarde

Y mucho más....

Quería abrir la ventana y salir de allí lo más rápido posible, porque de verdad ese enojo me hizo temer.

Una hora más y todavía seguía con lo mismo, no sabía cómo podía seguir con lo mismo ¿no se cansan de hablar mal de mí? ¿Qué les hice como para ser insultada?

Las palabras que salían de sus bocas, era similares a las que mi padre utilizaba para demacrarme, hasta peores.

de verdad  no deseo aprender  palabras tan vulgares 

Solo me enoje

-¿Podrían hacer silencio? Ya sé que por mi culpa llegaremos tarde, supérenlo, yo hablaré con los profesores y veremos qué solución se le pondrá a este atraso, pero ¡cállense ya! – El silencio reino el auto bus-

Sabía que el conductor, amigo fiel, había quedado sorprendido por mi recién actitud, pero pude ver como sonrió por haberlos callado.

No era de esperarse que los murmullos se hicieran presentes.

-Ojala se las ponga, ya la veremos con muchas citaciones, se lo merece.

No me quedo de otra, que distraerme con la lectura de mi proyecto.

My dreamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora