4

1.1K 99 11
                                    

<<control>>

Ekko callo contra la cama, gateando hasta quedar encima de la joven, que acomodo sus piernas a los lados de las suyas.

Un beso, y otro, un toque dulce.

Sintió como Jinx buscaba el toque de sus cuerpos, impulsando se contra él, agarro su espalda arqueada. Ekko se arrodilló lo grande un mejor soporte.

Sus manos acariciaron la desnuda cintura de la chica, elevándose hasta que sus dedos lograban tocar la tela superior.

El agarre en sus hombros se volvió más fuerte, más demandante, lo impulso contra el lado, donde en cuestión de segundos, la chica se posicionó encima suyo.

Tentadoramente y sin soltar el agarre potente en sus hombros, se acomodó quedando casi sobre su erección.

Su cabeza fue hacia atrás de inmediato, gimiendo. Su espalda de flexiono, en busca de elevarse.

Fue detenido cuando Jinx lo empujó hacia abajo, obediente, pero sin quitar el control, se quedó abajo de ella, disfrutando cada movimiento y sujetando su cintura contra él.

–No niño bonito...–susurro coqueto, divertida–La ropa me la quito yo–se burló sacando sus manos de la presión contra su cuerpo.

Sus manos fueron subiendo desde su plano vientre desnudo hasta su pequeño pecho, delineándolo, llegando a tocarlo ante su intensa mirada.

Mira... Te ofrezco todo esto.

Sonrió victoriosa al ver como la mirada del chico iba con sus manos, donde ellas estuvieran eran observadas con admiración.

Sus pezones se marcaban contra la delgada tela de su camisa. Jinx se la quitó con lentitud, dejando que Ekko pudiera apreciar cada movimiento, lugar, y forma.

Los rosas pezones que adornaban la piel pálida de su pecho se alzaron cuando fueron libres.

Sintió como las manos de Ekko fueron desde su cadera hasta su cintura, en busca de subir más.

Tomó sus manos antes de que llegara a su objetivo... Tan cerca.

Espera niño Salvador...solo un poco.

Desabrocho la pequeña falda, la cual se había alzado tantas veces que ya no era sino una parte excedente.

Para poder quitársela, impulso su cuerpo hacia adelante, dejando que esta se deslizara pierna por pierna, disfrutando de la tortura que causaba al tener sus pechos tan cerca del rostro deseoso.

Cuando la falda fue retirada y quedó tan solo en una pequeña braga negra que ella había elegido para esa noche, estuvo a punto de empezar a desnudar a Ekko.

Su cuerpo fue lanzado contra abajo, contra su espalda.

Ekko recuperó su lugar alto, quedando con la cara en sus pechos, antes de que Jinx pudiera emitir protesta su caliente boca se apoderó de su pecho, chupándolo y jalándolo contra sí.

Un fuerte gemido salió de sus labios.

¡Mierda!

Su espalda se arqueo ante su toque, sus manos fueron a sus hombros, apretándolos por la excitación.

Cada uno de sus pequeños montículos fueron atendidos, dio un beso en cada uno de ellos y luego beso en la mitad de ambos, un beso húmedo que fue descendiendo.

Jinx venía y alzaba su cuerpo en busca de más toque, de más. Su cuerpo hacía que una sensación de excitación y un poco de cosquillas apareciera en donde depositará el beso. Una corriente que siempre descendía hacia el mismo punto.

Su sexo.

Sus piernas temblaron cuando dio otro beso en su vientre bajo, rozando la única tela en su cuerpo.

Gimió en protesta en medio de su excitación, sus piernas patearon.

Estaba muy cerca, ella no... Ella no podía.

Sus piernas quedaron debajo de su cuerpo, imposibilitadas de moverse, agarro su culo con fuerza.

Logrando encontrar el borde de este, su braga fue bajada ante sus oposiciones, sintió que su cuerpo se derretida cuando sintió el aliento cálido contra su centro.

¡No!

Apretó sus piernas, quedando Ekko en medio de ellas, su rostro sonrojado y alterado lo miraron.

Abrió sus labios varias veces, intentando pronunciar algo.

–Y-yo...–¿Que estaba haciendo? ¿Por qué sonaba tan débil?

–Eres hermosa– Jinx bajo su mirada devuelta a Ekko. Su rostro la miraba anonadado, se veía tan lindo en medio de sus muslos. Se apoyaba contra ambos mientras la observaba con dulzura.

Su rostro se sonrojo de nuevo

¿Iba a negarlo?

En todas sus oportunidades anteriores ella había tenido el control, contra los movimientos, posiciones, toques, todo.

A pesar de su encanto por eso el... Oral. No era algo que hubiera probado, nadie podía acercarse a tal punto a ella. Tampoco lo hacía, la hacía sentir por debajo de la posición, dándole un tipo de poder al otro que no le permitiría.

Pero Ekko...

Su querido niño Salvador... No le importaría... ¡NO! Céntrate Jinx. El que está en medio de las piernas tuyas es él.

Se suponía que Ekko iba a ser difícil de atraer, pero tierno de manejar. ¿Cómo se habían cambiado sus cartas? ¿Qué mierda tenía ese trago que le dio dock?

Ekko suspiro, el vientre de Jinx tembló ante la ráfaga de aire caliente contra el punto más sensible, su espalda se arqueo por instinto.

–Ahí... –Gimió aún con sus mejillas Sonrojadas. Cuando volvió su mirada al chico pudo ver una maliciosa sonrisa.

Se la estaba devolviendo.

Observó atenta y sonrojada como sacó su húmeda lengua lentamente, y golpeó su boca con su clítoris húmedo.

Un gemido fuerte salió de su boca, no aguanto mucho antes de caer contra la cama y pegar su cadera más contra su boca... Más.

El agarre en sus caderas era firme, beso su zona dando lengüetadas, chupando y suspirando contra ese punto.

Una de sus manos soltó su agarre en la cadera para darle atención allí, su húmedo centro, Rozo sus dedos con los labios dejando que estos se lubricaran con los jugos que salían de allí.

–Estas tan húmeda–gimió con la voz ronca.

Si Jinx hubiera escuchado eso de cualquier otro chico se hubiera burlado por lo obvio que era, pero a diferencia de esto sintió un nudo en su vientre.

Sus músculos se apretaron cuando el primer dedo entró fácilmente gracias a su humedad, explorando su interior mientras la boca de Ekko atendía su punto.

Su voz salió sin su permiso, lo único que podía procesar, su único pensamiento.

–Ahhh... ¡Ekko! –gimió su nombre con fuerza, su pecho subía y bajaba con sus desesperadas respiraciones, abrió sus ojos llorosos cuando sintió que esa placentera sensación había parado, sólo quedaban las sensaciones, bajo su mirada contra él.

Sus ojos la miraban sorprendidos, había un brillo en su mirada, Jinx entendió dos cosas en ese momento, lo cual hizo que sus sonrojo y vergüenza aumentarán al máximo.

Primera, que había dicho el nombre de Ekko, en su cara. No era la primera vez que lo hacía, pero la otras veces fue contra su cama en la soledad de su cuarto y otra no tan recordada contra algún chico X de una fiesta. Esta vez fue con el presente y atento a ella.

Y lo segundo.

Que había tenido un orgasmo contra los dedos de Ekko, solo con su dedos y boca la había hecho venir, en su cara.

Jinx empezó a amar y a odiar el sexo oral.

lights in the nightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora