Días sin accidentes: 0.

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Adaptarse al cambio de temperatura no fue tan difícil como adaptarse a la comida local... Si es que a eso se le podía llamar comida. Ingería solo un poco puesto que se llenaba rápido y el fuerte y foráneo olor no le abría mucho el apetito, no ayudaba que su sentido del olfato estaba demasiado afinado. Quizás el titulo de perro realmente le quedaba como anillo al dedo, sin mencionar lo agudo de su oído, pero es que vivir en un sitio tan abierto y peligroso como el campo hace que desarrolles más los sentidos o un dinosaurio podría tomarle desprevenida.-

Aunque desgraciadamente sus sentidos no le alertaron de la maldita nave, ¿cómo podría? Esa cosa era tan silenciosa como en la actual en la que viajaba con un gran tumulto de alienígenas aterradores. Pero incluso su "amo", no era el más aterrador de todos ahí, si se guiaba por los tamaños, el sujeto al que llamaban "su majestad", "Rey Cold", era el más temible de todos.-

No sabía cómo demonios podía caber semejante animal en la nave realmente, pero, considerando que todo parecia diseñado para que no estuviese inclinandose en cada puerta para poder entrar a las salas, pues, solo le quedaba esconderse tras Freezer cada que se le ocurría aparecerse en dónde ellos estuvieran. Al tirano le parecía divertido e irónico puesto que aunque se ocultase tras suyo, él no le salvaría el pellejo, sin mencionar que era igual o más peligroso que su padre, pero su mascota no parecía importarle, solo cuándo él quería asustarla es que recordaba que él era una amenaza.-

Pero quizás porque no la aterrorizaba 24/7, normalmente solo andaba tras él como le ordenó y le pasaba acariciando la cabeza la mayor parte del tiempo, si no, se quedaba sentada en un extremo de una de las habitaciones que él usaba para probar sus habilidades. La verdad estuvo escéptico de contar con una mascota, porque incluso él es consciente que no puede mantener algo vivo por tanto tiempo o más bien que lo ande siguiendo todo el día. Pero sorprendentemente la presencia de ella no le molestaba, era casi... terapéutico, porque evitaba que se alterara de repente por alguna minima frustración.-

La magia de las mascotas de compañía, parecia que el doctor tuvo razón, a pesar de que solo la consiguieron para que él midiera su poder, le estaba sirviendo en otros aspectos, sin embargo, alguien cómo él no podía solo mejorar de buena manera, otro aspecto empeoraba a medida que pasaba el tiempo de viaje hacia el planeta Tierra y nadie era consciente de ello, ni siquiera el mismisimo emperador. Pero pronto lo descubrirán.-

Freezer: Mascota.- Canturreo cerca del oído de ella tomandola desprevenida, sacándole un chillido y consecuentemente ponerla nerviosa, logrando divertirle un poco como se le estaba haciendo costumbre.- Mi querida mascota, estoy aburrido, has algo entretenido.-Alzó su dedo índice deteniendola al verla a punto de tomar algo de papel.- No, no. Aunque me entretienen tus figuritas de origami, esta empezando a ser un truco viejo, ¿no lo crees?.-Se rió entre dientes al verla ponerse nerviosa otra vez porque ya sabia que debía buscar otra manera de entretenerlo.- ¿No cuentas con otra habilidades interesantes?.-

____: Si, pero, dudo que sea apropiado usar mis otras habilidades con usted, porque terminaré golpeada o seguramente muerta.-Contestó honesta, maldiciendo internamente porque al parecer esto solo captó más la curiosidad de su dueño.- Soy bastante sigilosa, en varias ocasiones podría haberlo asustado si quisiera, no como usted me asusta por supuesto que no, solo, me refiero... a aparecer de la nada.-Explicó con rapidez trabandose un poco al hablar por los mismos nervios, viéndolo sonreír con malicia y sorna al mismo tiempo, claramente incrédulo de que alguien tan débil como ella pudiera tomarlo desprevenido.-

Freezer: ¿Ah si?.-Pareció pensarlo un poco, observando la puerta de la sala de control, luego de regreso a ella, ondeando suavemente su cola al ya tener una idea.- Eres lo suficientemente inteligente para saber que no debes atreverte a asustarme, aunque claro, yo no me asusto con nada.-Fanfarroneó, olvidándose por completo de su miedo por el legendario Super Saiyajin que lo dejó en tan terrible estado.- Pero si de verdad eres tan sigilosa como dices, podemos ponerlo a prueba.-Le quitó el collar metálico en un movimiento fluido, tomandola por sorpresa, viéndola como se tocó el cuello por reflejo.- Ya han pasado varias semanas, me parece que te he enseñado perfectamente cada rincón de esta nave, así que... hoy jugaremos un poco.-Dejó el collar en su cama, tomandola de los hombros para girarla en dirección a la puerta, su rostro a pocos centimetros de su oído.-Te daré diez segundos de ventaja para que te ocultes. Si logras permenecer escondida por más de un minuto, te daré una recompensa.-La mirada de ambos se posó en la pequeña pila de frituras. Aún tenía unas cuántas para unas semanas más, Freezer sabía que le encantaban y cumplió con su palabra de que los usaría para entrenarla. Era divertido.-Ahora mi pequeña mascota.-Su mirada carmesí se intensificó, ejerciendo presión en su agarre unos segundos mientras bajaba su voz a un tono más profundo y amenazante.- Corre.-

Blood, Sweat & Tears [Freezer x Lectora]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora