Un regalo.

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Ella intentaba no hiperventilarse, pero el pánico, la adrenalina la tenían al borde del colapso. Sentía sus piernas débiles, su cuerpo temblando, su cabeza moviéndose de un lado a otro frenéticamente al escuchar el más mínimo sonido con sus afinados oídos, solo distiguiendo murmullos en un idioma que desconocía, acompañado con pasos y el sonido de maquinaría.-

Le habían puesto una placa metálica sobre los ojos, dejando en la completa oscuridad, sintiendo la incómoda dureza del metal contra su delicada piel, pero sin importarle el frío del mismo, le venía bien, puesto que sentía su cuerpo en llamas, consecuencia de las fuertes emociones que la embargaban, estaba empezando a enfermarse.-

¿Cómo terminó en este sitio?. Una noche estaba tranquilamente observando el cielo estrellado antes de irse a dormir, sin ninguna preocupación más que el de asegurarse que ningún insecto se le subiera encima al estar sentada sobre una roca, escuchando a los grillos y una que otra cigarra a la lejanía. Estando en ese momento cautiva, se maldecia internamente por no reaccionar a tiempo, pero es que su cuerpo no le respondió en cuánto esa brillante luz le cegó por unos segundos, segundos en los que sus captores aprovecharon para noquearla y llevarsela.-

Se sentía tan estúpida e indefensa, dos cosas que detestaba con toda su alma, odiaba sentirse de tal manera pero no era una máquina, estaba aterrorizada, no quería acabar en quién sabe qué lugar. Y en esta situación lamentaba que ya no podría volver a acariciar a su querida mascota, ¿quién lo alimentaria en su ausencia?, ¿soportará no tenerla ahí?. El animalito era muy apegado a ella, le dolía pensar que estará solo, sin saber dónde se encontraba ella.-

El viaje continuó, por un largo tiempo, así que eventualmente se fue calmando poco a poco hasta que terminó echada en el suelo metálico, metiendo más su cabeza en el enorme suerte que agradecía internamente haberse puesto y que sus captores no le quitaron ninguna de sus pertenencias. No podía meter las manos en el enorme bolsillo al frente por las esposas metálicas pero al moverse podía escuchar el crujido de las bolsas de las frituras que guardó ahí para tenerlos de bocadillo nocturno.-

Más horas pasaron, horas en las que optó por dormirse porque las bestias esas no se les ocurría que necesitaba comida. Pero, con analizarlo un poco, ella concluyó que sería desconcertante si esos malditos se preocupaban por mantenerla en buenas condiciones. Así que solo le quedaba guardar energías, ¿para qué?, ni idea, pero estaba bastante cansada, seguramente ya sería de día en su planeta natal, de madrugada, cuando el sueño por fin la alcanzaba.-

Se despertó de golpe, con el corazón latiendole con fuerza por otro arranque de adrenalina, esta vez por la pesadilla que tuvo. Ni siquiera grito, solo se hizo bolita, esperando que todo esto también fuera una pesadilla, pero, no era tonta, sabía perfectamente diferenciar la realidad de la fantasía... O eso creía.-

Al parecer mientras dormía muchas cosas ocurrieron. Primero se percató que ya no escuchaba los murmullos de fondo, solo la voz de un individuo, se escuchaba ya bastante mayor... Y la joven dió un respingo, susurrando una maldición automáticamente al escuchar la imponente voz de otro ser, tan potente que le causó escalofríos en la columna vertebral. Pero nuevamente, no entendía absolutamente nada de lo que hablaban a pesar de estar tan cerca.-

-Dudo que esta sea una buena idea para que aprendar a controlar su fuerza, es demasiado débil, la va a quebrar como sus antiguos juguetes, ¿por qué cree que dejé de darle esas cosas?, no desea controlar su poder, se regocija en destruir lo que esté a su alcance.- Dijó el enorme ser, observando con escepticismo la criatura que adquirió su equipo en el bazar al seguir las instrucciones del doctor a su lado.-

-En todo caso, usted mismo ha dicho que le ha dado objetos, no seres vivos, además si me permite ser tan atrevido, le recuerdo que ya no es un pequeño niño y necesita aprender a medir su fuerza o su cuerpo va a colapsar antes de terminar de adaptarse a su lado orgánico, si no cumple con esto, todo el arduo trabajo de nuestros científicos y médicos será en vano.- Dió un pequeño saltito asustado cuando las intensas orbes sangre se posaron sobre él e instintivamente bajó la mirada al sentirse intimidado por el inmenso monarca.- Disculpe Rey Cold. Solamente queremos que el Señor Freezer se recupere óptimamente.-

Blood, Sweat & Tears [Freezer x Lectora]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora