Es irónico no? Es decir, cuanto más prohíben algo más sed de necesitarlo tienes, es como algo con lo que no vivías sin darte cuenta, y de repente caes en una necesidad, en una adicción.
Pues bien, lo mismo pasa con enamorarse; es la peor droga que he probado.
Puede sentarte bien por un rato, puede ser todo de color de rosa, hasta que llegan las alucinaciones, te das de bruces con la realidad y abres los ojos a un nuevo mundo, un mundo mucho más cutre, más feo, más doloroso.
Porque tambien existe la toxicidad, los "tu sabras", los controles policiales de tu teléfono móvil, como cuando eras pequeño.
Existen los celos, los "me se las intenciones", que vas a saber tu, si de sobra sabías que solo era una amiga y acabaste mordiendo el polvo.
Pero lo peor de todo esto no es el principio, sino el final, como cada libro, las relaciones pueden tener miles de finales diferentes. Puede ser la relación de tu vida o romperte para el resto de la misma.
Pero en medio año he aprendido algo muy importante, que sea el final de un libro, no quiere decir que la lectura se acabe, hay miles de libros más.
Y no puedes hechar de menos una lectura, por que siempre puedes volver a leer ese libro, pero nunca será como la primera vez.
Hay lecturas que nos han dejado congelado el corazón, hay otras que nos lo han roto, y otras que nos han marcado para siempre.
Pero, una cosa que debes recordar siempre querido lector, es que siempre con amor y nunca con rencor, recordar los momentos buenos de cada libro, y dejar a un lado los malos, para el recuerdo.
Y asi, es como me despido de este libro, he llorado, he reído, y he dejado de dormir escribiéndolo, he recordado momentos malos y me he emocionado con los buenos, porque los libros siempre te recuerdan a la persona correcta, y cada una de estas palabras van para el, que sin todo lo que hizo y provocó, este libro no sería posible, gracias.
Por todo lo bueno y lo malo, siempre serás ese libro que recordaré y esa enseñanza que nunca se me olvidará.
Pero, esto no es el final, es el fin de un principio, de algo mucho más grande.
La punta del iceberg.
Lucía Pascual Garrote.
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Distancia
PoetryNos quisimos mucho, pero a veces con quererse no es suficiente, y por eso decidí aprender a quererme a mi.