Hoy no lo hago ni por mí, ni por nadie.
Lo hago por mi alma, por esas otras almas que llegan a mi vida tratando de arreglar algo que está roto y es irreversible. Por esas otras que tengo clavadas dentro de mi, y nadie lo sabe.
Por qué al igual que almas y ángeles, hay demonios. Demonios internos, demonios que te hacen dudar de ti, o del resto, demonios que inicialmente eran ángeles, pero al irse te clavaron puñal, abrieron herida y dejaron cicatriz.
Por esto os digo, que ya es muy tarde, no podéis arreglar lo irreversible, y de vosotros depende agrandar la herida, ser ser demonios infiltrados en la vida de un simple ser de luz que poco a poco se apaga.
Quiero decir, es tarde para intentarlo, por qué no depende de vosotros el arreglarme, sino de mi.
Hay de momentos de la vida de los que jamás me olvidaré, hay otros de los que trato de distraerme, pero me persiguen en mis pesadillas, y a la mañana siguiente; siguen ahí. Hay demonios con los que aprendí a vivir, y me enseñaron muchas cosas.
Hay demonios de los que me enamoré, y reconozco que me gustó su veneno, pero al final, como todo demonio, me enseñó sus cuernos, y también los míos.
Me desnude por completo por ángeles que no terminaron su transformación, les enseñe cada parte más profunda de mi a los que yo creía mismísimos dioses del Olimpo, y resultaron terminando ser los mismísimos hijos del infierno y haciéndome la vida imposible.
Por eso, hay una parte de mi escondida, que nadie sabe a partir de ese día.
Por esto, y por todo, te pido perdón, a ti, a mi, a la misma persona, la misma alma, por qué creo necesario hacerlo.
Pedirte perdón por cada mil y una noche que nos pasamos llorando. Por el chico del que nos enamoramos y por esa experiencia pérdida.
Te pido perdón a ti, a mi.
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Distancia
PoesiaNos quisimos mucho, pero a veces con quererse no es suficiente, y por eso decidí aprender a quererme a mi.