02 | Una Mala Persona.

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James observó al guardia, y aunque tuvo las ganas de golpearlo de nuevo, no lo hizo, no confiaba en que Gregor hiciera un buen trabajo controlando el orden en la población general, y él y su mano derecha habían sido aislados por mandar a la enfermería al nuevo compañero de Brian Johnson.

—Gracias al cielo dejaste de golpearlos –dijo su mano derecha.

—Extraño la luz del día –soltó en un tono neutro –dime ¿cuánto tienes fuera?

—Dos días, no mucho, Brian tiene uno nuevo, Gregor lo quiere para él, pero está bajo la protección de Johnson, y no pudo tomarlo, ya que dejaste a ese imbécil fuera de nuestra jurisdicción.

James avanzó escuchando los pormenores de lo que había pasado fuera mientras él había estado encerrado, no dijo ni interrumpió a su amigo que siguió parloteando sobre los hechos.

—Tres meses –repitió –creí que sería en menos tiempo, ¿puede hablar?

—No lo golpee mucho, no quería ir a aislamiento otra vez.

—Bien.

— ¿Vas a decirme porque la inmunidad diplomática de Johnson? El muy cabrón anda diciendo que le tienes un poco de miedo.

— ¿Miedo? –Se burló – ¿dónde está? Quiero que lleve un mensaje a la persona que lo visita.

—Está ejercitándose en el patio.

James avanzó relajado hasta el patio, los presos lo observaban, unos lo saludaban con cierto temor y otros cuantos lo detestaban y murmuraban cosas mientras pasaba, pero jamás se atrevían a hablar en voz fuerte y clara y tampoco lo encaraban, si en Azkaban había todavía pandillas, era porque él lo permitía, no por falta de visión.

Brian Johnson no pudo levantar la pesa una vez que lo vio, así que James lo observó desde arriba, haciendo que el varón se sintiera inferior y humillado ante lo que estaba pasando.

—Tres meses –comentó tranquilo –muy poco tiempo, por fortuna, mi mensaje es corto para esa persona que viene.

—No sé de qué hablas –pujó ya que el castaño de ojos azules, presionó más la pesa sobre el pecho de Johnson.

—Solo dile, que yo nunca olvido un rostro –sonrió.

Se alejó dando por terminado el espectáculo, se detuvo cuando Gregor se acercó a él deteniendo su andar, por su expresión estaba alegre de verlo por fin fuera de la celda de aislamiento, suponía que se sentía culpable por no haberse percatado de que un guardia pasó y los descubrió golpeando al ex compañero de Johnson.

—Qué bueno que estás fuera, por favor, por favor, déjame adueñarme del nuevo –suplicó juntando sus manos e hincándose frente a James –haré lo que sea, lo que pidas si me lo das.

James desvió la vista hasta Alex, que estaba impasible, viendo la escena, negó encogiéndose de hombros ante la pregunta silenciosa, el castaño ni siquiera conocía al nuevo preso, pero ya había uno de los suyos suplicando tenerlo.

Observó a su alrededor en busca de un rostro desconocido, pero todos en el patio estaban en su memoria, quizás no los conocía por nombre o apodo, pero sí de vista, observó de nuevo a Gregor, y le hizo levantarse en un movimiento aburrido de la mano.

—Estás rogando por un trasero, Gregor, me ha dado curiosidad saber qué te atrajo de ese tipo.

—Es el espécimen más bonito que hemos tenido en mucho tiempo, deidad –lo nombró con aquel apodo que tanto enfadaba a James.

— ¿Lo es, Alex? –Cuestionó a su mano derecha y mejor amigo.

—No me van los tipos, y como a ti tampoco, creo que lo verás como uno más del mundo –informó.

Friend or Foe? || JamiusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora