『Capítulo 32』

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Los días habían pasado rápidamente, pero no tanto, pues han tenido su tiempo para amarse por completo como debería de ser.

Era más obvio que entre ambos ya había sucedido más de algún acto completamente íntimo y lleno de caricias y amor, pero una marca aún no adornaba el cuello del omega.

—¿Te están cuidando bien esos mocosos?

—No les llames así —Hoseok sonrió— Y sí, me han estado consintiendo mucho, creo que demasiado.

—Así debe de ser.

—Hijo, estoy bien.

—Lo sé, pero aun así me siento muy mal por todo lo sucedido —Apretó sus labios para resistir sus ganas de llorar otra vez, lo que había pasado lo atormentaba aún. No entendía como su madre estaba cada día mejor respecto a la situación con su padre, pero le alegraba mucho saber que ya no le afectaba tanto.

Solamente quería que su madre fuera feliz, al igual que toda su familia.

—Cuídate mucho mi amor, me saludas a Tae de mi parte —La voz de su madre de regreso en la línea lo hizo salir por completo de su cabeza y prestar nuevamente atención.

—Claro que si mamá, cuídate mucho, nos vemos en dos días.

—Nos vemos corazón.

—Diles hola a los chicos de mi parte —La risita suave de su madre lo había hecho tranquilizarse en menos de un segundo.

—Claro que sí, adiós —Ambos colgaron la llamada al mismo tiempo.

Ahora Hoseok se sentía bastante solo. Taehyung se encontraba en su trabajo arreglando unas cosas pendientes del trabajo, pues en dos días más partirían ambos hacia su hogar en el campo para quedarse dos semanas enteras.

Diciembre había llegado hace poco más de una semana y querían pasar las fiestas en familia; claramente excluyendo a la madre del alfa, de todos modos nunca celebraban navidad juntos. Ambos eran personas de trabajo a manos llenas. Por ello el alfa prefirió adelantar sus pendientes e ir con su omega a la cena navideña. Sería la primera navidad de Taehyung fuera de fiestas de la alta sociedad o juntas de trabajo.

Yoongi también los acompañaría, pues sus padres viven en Daegu y siempre se le dificultaba ir tan lejos en esas fechas, además que sería la primera navidad junto a su pareja. La primera de muchas más.

D.O desgraciadamente era abogado, diciembre siempre resultaba ser un mes bastante ajetreado para él, así que por más que intentara adelantar trabajos o pendientes, sabía que no estaría libre para el veinticuatro. Kai lo había entendido, pero aun así lo extrañaría muchísimo.

Estaba arreglando algunas cosas en una de las maletas, ya que el día que saldrían sería de madrugada para llegar temprano al campo. Además, que estaba muy ansioso de ver a su madre, de abrazarla.

Suspiro fuertemente, sin darse cuenta de que la puerta de la entrada estaba siendo abierta.

—¿Todo bien? —Pregunto el alfa al ver a su pareja mirándolo desde uno de los sillones de la sala de estar.

—Oh, si —El castaño mayor sonrió levantándose de su asiento para ir a abrazar a su alfa.

—¿Tan rápido empacando? —Pregunto tomando al omega de la cintura, al mismo tiempo que observaba la maleta en la mesa de centro con varias cajas a su alrededor.

—Solamente guardaba los regalos antes de que los olvidemos —Levanto la mirada para dejar un tierno beso en una de las mejillas del menor, haciéndolo sonreír hasta el punto de poder ver su sonrisa cuadrada.

Si No Es Contigo [Vhope]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora