Gracias

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Los personajes no me pertenecen, son de la gran Rumiko Takahashi esto es sin fines de lucro solo diversión por y para los fans.

Este fic puede contener violencia física y emocional, así como lenguaje soez y escenas eróticas.

—O—

Akane no sabe exactamente cuánto tiempo estuvo con sus ojos cerrados, pero ciertamente lo que sea que haya sido le ayudó a recobrar fuerzas. Abrió sus ojos cansados lentamente, podía sentir un ligero peso en su espalda, miró por el rabillo de sus marrones y notó una manta en tono azul que la abrigaba. Fue incorporándose y se encontró con él, con su compañero sentado en el suelo apoyando su espalda en parte de su cama, a un lado de este estaba el computador con la tarea que ella había comenzado a escribir; se reprochó internamente por su pequeña siesta y por dejarle todo el trabajo a Ranma.

—¿Estás mejor? —preguntó con voz ronca y la asustó un poco.

—Estoy bien, ¿cuánto tiempo llevas despierto?

—Recién —respondió.

—Debiste hablarme... —replicaba ella tocando sus mejillas.

—Te veías muy tranquila, no quise hacerlo —dijo el chico poniéndose de pie justo frente a ella; Akane se estremeció tan solo un poco, el porte de su compañero era imponente, el chiquillo delgado de catorce años que conoció en el pasado ahora ya era todo un hombre de espalda ancha y hombros bien pronunciados.

—Es hora de cenar y mi familia me espera — atinó a decir un poco nerviosa.

—Mi mamá se encargó de eso —comentó el chico rascándose la nuca algo nervioso.

—¿Cómo es eso?

—Ya sabes, por lo de esa noche... mis papás creen que nosotros —balbuceaba sin querer.

—Ah... sí, mi hermana Nabiki igual cree que somos novios —ambos chicos se miraron titubeantes hasta que soltaron una risita nerviosa —¿Puedes creerlo, tú y yo? —insistió Akane cortando de cuajo la carcajada de Ranma.

—No es tan descabellado después de todo —repuso sin más.

—Hay que aclararlo con tus padres, no es bueno que piensen cosas que no son —aseguró tajante.

—Bueno que más da, somos solteros ¿no?

—Habla por ti —contestó ella haciendo que sus cavilaciones se empaparan de agua fría.

—No sabía que tenías novio —mencionó él.

—No es tan así... pero tengo sentimientos por alguien.

—¿Es de Inglaterra? —ella asintió.

De pronto llegaba Nodoka a invitarlos a comer, la plática entre los dos se había acabado y el final lo había dejado con un ligero amargor en los labios. Sí, la chica pasó cuatro años en Europa y fue tan bobo que no pensó que ella tenía sentimientos por alguien más. El azabache se maldecía una y otra vez por ingenuo y por esperar algo que evidentemente no se iba a dar.

Durante la cena comieron tratando temas ligeros, pero la mente de Ranma divagaba en la expresión de Akane de hace minutos atrás, "habla por ti" seguido de su afirmación, le gustaba otra persona y lo que más le molestaba era que no sabía siquiera cómo era, a qué se dedicaba y cómo carajos hizo para obtener la atención de su estimada vecina. No había punto de comparación, ¿sería japonés o inglés? ¿Tendría sus mismas capacidades? Aquellas preguntas le enfermaban al punto de no querer probar más bocado, soltó sus palillos algo fastidiado justo cuando su madre traía el postre; Akane observó confundida el cambio de humor de su compañero y en cuanto terminó de comer se despidió de los dueños de casa que muy amablemente la atendieron, eso sí no pudo zafar de que Nodoka le dijera a Ranma que la encaminara hasta la puerta de su hogar.

Farolitos de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora