Farolitos de Amor

Una cita y algo más...

Los personajes no me pertenecen son de la gran Rumiko Takahashi, esto es sin fines de lucro solo diversión por y para los fans.

El tan esperado día llegó, Ranma estaba ansioso por ir a buscarla y es que no quería arruinar el tiempo preciado que ella le había otorgado con aquella cita que en minutos comenzaría a concretarse, echó una última revisada en el espejo y se sintió todo un galán y bueno, es que el azabache tenía la percha y la altura suficiente como para sentirse muy guapo. Bajó las escaleras velozmente en dirección a la cocina encontrándose con su adorada madre quien quedó estupefacta al verle puesta aquella camisa de color verde petróleo que le obsequió hace un año atrás y que ahora le quedaba tan bien, su hijo era todo un hombre y con ese atuendo ya no parecía un chiquillo de dieciocho años.

—Te ves tan varonil hijo —mencionó Nodoka al tiempo que su único retoño le regalaba una sonrisa perfecta.

—¿Qué crees? —preguntó el dueño de su adoración.

—Una cita —respondió asertivamente su madre.

—¡Sí! Con Akane ¿puedes creerlo? —su progenitora presionó sus mejillas y sonrió feliz.

—Lo sabía hijo es que eres tan encantador, Akane es una chica muy buena no vayas a arruinarlo Saotome —señaló su mamá en notoria advertencia.

—Claro que no, es decir estoy muy emocionado y quiero que todo salga perfecto —comentó.

—Bien, ¿tienes suficiente dinero? —preguntó la mayor.

—Sí, eso creo... —titubeó rascándose la nuca.

Nodoka fue hasta la alacena y de un frasco con etiqueta de "callampas deshidratadas" sacó varios billetes que le entregó a su hijo.

—Mejor que sobre, nunca se sabe —aseguró —Hijo recuerda que deseo con todo el corazón un nieto pero no es el momento, tienes que ir a la universidad graduarte y...

—¡Mamá! ¡Cómo me dices eso! ¡Es nuestra primera cita! —exclamó irritado.

—¡Y yo sé todo lo que puede suceder! Una cosa lleva a la otra... —insistía su madre.

—Acaso tú y papá...

—¡Saotome! —Gritó fuertemente la mujer dejándolo en silencio —Vete antes de que te deje la sartén de sombrero —escupió Nodoka amenazando con el objeto contundente en su mano derecha.

—Ok, Ok —corrió raudo hasta la salida y de allí directo a buscar su cita.

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Tan solo unas casas más abajo en la casa Tendo, Akane paseaba nerviosa alrededor del tatami, Kasumi bebía un poco de té mirando el televisor y Nabiki la observaba atentamente...

—Deja ya de dar vueltas que me tienes mareada —dijo la castaña.

—No seas así, Akane está nerviosa —susurró Kasumi siempre llena de calma.

—Es que ¿me veo bien? —preguntó por tercera vez.

—Ahí vas otra vez —replicó Nabiki —Te ves bonita Akane, yo hubiera usado algo más osado pero va acorde a tu personalidad —agregó.

—O sea que me veo ¿simplona? —Nabiki frunció el ceño un poco y ante su silencio Akane chilló nerviosa.

—No hermanita no lo eres ni te ves —salió Kasumi al rescate dedicándole una mirada llena de reproche a la castaña —Eres hermosa, la ropa es un accesorio ¿comprendes?