Winter Farewell

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—¡Creo que deberíamos darnos un tiempo!.— Su voz se mezcló con los gritos de la multud, su presencia se fundió ante lo brillante de los reflectores. Mafuyu era borroso, sin embargo, Uenoyama lo podía verlo y oírlo con claridad.

Asi que no dudo de lo que acababa de escuchar era verídico, Mafuyu le estaba pidiendo que terminarán.

—¡Mierda me apresure!.— Con el corazón en las manos, Ritsuka miraba con sus ojos llorosos al causante de sus tragedias —¡Vámonos de aquí hay demasiado ruido!. — El mayor tomo su mano y lo llevó entre la multitud.

Era tan ruidoso, tan molesto, la gente atravesandose en su camino, el mal olor a alcohol varato, el ambiente pesado hacia que a partir de ese instante Mafuyu odiara los conciertos.

Por su parte, Ritsuka, era muy diferente, no había luz, no había gente, ni olores extraños. Se sentía vacío.

¿Que había hecho mal?

Esa pregunta había rondado su pobre cabeza desde que Mafuyu le propuso que terminarán.

Solamente se preguntaba el porqué.

Minato Mirai, irónico ¿verdad? El concierto se realizó justo en ese peculiar lugar, uno donde una historia de amor empezó y a la vez una que esta por terminar.

El silencio no se hizo esperar una vez que los dos salieron del ruidoso local, a pesar de que los parlantes parecían estallar seguían escuchandose hasta ahi, se sentían en silencio.

—¿Porque?. — Ritsuka preguntó.

—¿A qué te refieres?. —

—Porque... Quieres que terminemos.— Era doloroso, hacía que su corazón se rompiera y que los trozos se rompieran en más trozos una vez que calleran con suficiente fuerza hacia el concreto en el cual se encontraba de pie.

—Porque aún no estoy listo. — Los delicados cabellos castaños de Mafuyu chocaron contra su propio rostro, haciéndolo ver más melancólico de lo que estaba —Nunca lo he estado. Ni con Yuki, ni con Uenoyama-kun. —

—¿Te refieres a tu problema de comunicación?. —

El contrario asintió —Lo siento, te he arrastrado a todo esto, te hice cargar con un peso que no es tuyo. Perdoname. — las manos sudorosas de Mafuyu hacían juego con las temblorosas manos de Ritsuka.

—No te disculpes. —

—Tengo que, fui un terrible amigo y un terrible novio. Si desde el principio te hubiera dicho que no estaba seguró.—

—¿De tus sentimientos?.— Ritsuka lo interrumpió, sus manos temblorosas ahora estaban formadas en un puño.

—No, nada de eso. — Mafuyu tomó la mano del ojiazul, su agarre se suiviso. Guió la mano ajena hasta su pecho, su pulso estaba acelerado. —Cuando estoy junto a ti siento miles de cosas, siempre me siento feliz. — sonrió, pero era una sonrisa que ocultaba toda las sicatricez que Mafuyu no ha querido sanar.

Si quería finalmente estar curado, necesitaba tiempo, espacio.

Y eso significaba alejarse de Uenoyama, al menos por un tiempo.


—Entonces... —

—Cuando me sienta listo, creeme que volveré y estaremos juntos. Solo necesito que me esperes, un poco más. —

—Te esperare el tiempo necesario.— Unas ligeras gotas de agua calleron en el flequillo de Uenoyama. Empezó a llover, era como si el cielo se compadeciera de su historia de amor.

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