Día 15 - Travesuras de borrachos

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Thread Fic donde Vegetta queda a cargo de cuidar al más borracho de aquella noche, nadie más ni nadie menos que Rubén Doblas. 


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Las luces de la calle iluminaban sus rostros mientras el auto pasaba por la carretera.

Ahí se encontraba Samuel suspirando debido al dolor de cabeza que había sido aquella noche mientras que un dormido Rubén yacía a su lado, con su cabeza apostada en su hombro mientras babeaba aquella zona debido a que estaba con la boca abierta.

"Bueno, al menos no era vomito" pensaba Sam esperando a que el taxi llegara lo antes posible a la casa del rubio.

No es como que se haya ofrecido a ayudar a Rubius, es más, había intentado escapar de aquella noche de fiesta desde las 12, pero lo retuvieron entre todos dejándolo ahora a cargo casi obligado del rubio.

Obligado porque todos estaban totalmente ebrios y la verdad es que el peor que estaba era el que estaba a su lado, y no confiaba en nadie más para llevarlo a casa.

Un suspiro volvió a salir de sus labios mientras el taxi giraba en una curva, tan solo quedaban un par de cuadras antes de llegar a la casa del borracho más borracho de esa noche.

- Ve*ge*ttitaaaa – dijo el rubio entre sueños.

Las mejillas de Sam se tiñeron de carmín al sentir la mirada del taxista por el retrovisor.

"Bueno, al menos no era vomito" volvió a pensar el azabache mientras el rubio se aferraba a su brazo dejando de babear al menos ahora.

- Do*blas, despierta, ya llegamos – dijo el azabache mientras le pagaba al taxista el recorrido.

El rubio simplemente abrió los ojos y se dispuso a bajar del carro seguido por Sam quien intentaba cuidar los pasos de su amigo mientras el taxista se perdía calle arriba.

- V*eeeeeeeg vamos a comer algooooo – dijo el rubio subiendo un poco más el volumen de su voz sin siquiera darse cuenta de lo fuerte que estaba siendo.

- Tu, tu, baja la voz – pidió Sam

Se acercó a Rubius para sacar las llaves de la casa del rubio que este tenía en el bolsillo de su pantalón porque veía poco probable que el borracho a su lado pudiera si quiera insertar la llave dentro de la cerradura.

Una vez estuvieron dentro de la casa, Vegetta se dirigió a la cocina bajo la atenta mirada de Rub quien lo siguió a pasos torpes y distraídos.

Se le había ido un poco la borrachera debido a que se había dormido en el taxi, pero, de todas formas, aun se sentía un tanto mareado y perdido.

- Voy a hacerte un té para que puedas dormir bien y no te mueras ahogado macho – dijo Vegetta mientras ponía el agua para aquella bebida.

Rubius observó al azabache por la espalda mientras este preparaba todo lo correspondiente para aquel té.

No es que al azabache le molestara cuidar de Rubén, lo que le molestaba era como se ponía este cuando bebía.

Siempre que su amigo bebía alcohol era como si un interruptor dentro de su cabeza se apagara y este comenzara a ser más "cariñoso" de lo normal, bueno, más que nunca, porque cuando el rubio estaba sobrio a lo más podría captar un par de miradas de parte de este y nada más.

Pero cuando estaba borracho Rubén se le acercaba mucho más, lo abrazaba, le hacía cumplidos y podría hasta jurar que el rubio se dedicaba a coquetear con el de manera descarada.

Lo que más le gustaba – aunque Sam lo negase a más no poder – era cuando Rubius se sentaba en su regazo y lo acariciaba, ya que, en más de una ocasión, Samuel devolvía aquellos toques delicados haciendo que el rubio se pusiera mucho más nervioso.

Sabía en sus adentros que le gustaba al rubio, y aquello era reciproco, pero estaba totalmente cegado en negar todo hasta que Rubén hiciera algo cuando estuviera totalmente sobrio.

Pero sus planes estaban un tanto a punto de cambiar.

¿Qué tanto?

Pues tomando en cuenta que el rubio ahora se encontraba besándolo y acorralándolo contra una de las mesadas de la cocina.

Sam quería separarse, sabía que debía de todas formas, pero no podía, su cuerpo no se estaba moviendo para nada mientras que el rubio se encontraba comiéndole la boca como si no hubiera un mañana.

- Do*blas, detente – logró decir el azabache entre besos

Un pequeño quejido se escuchó por parte de Rubén quien no se detuvo, es más, profundizó aquel beso pasando sus brazos por el cuello de S atrayéndolo más hacia él, como si aquello fuera posible.

Sam estaba tentado, quería seguir con aquel beso, pero sabía que no estaba bien, Rub estaba borracho y no podía seguir con aquello por mucho que le gustase.

No.

No podía, claro que no.

¿En qué momento se habían movido hacia el sofá?

Por alguna razón, se encontraba ahora tumbado en el sofá con Rubius sobre el mientras seguían besándose.

- Espera

Con todas sus fuerzas, Sam logró detener al rubio sobre él, terminando con aquel beso abruptamente.

Sus labios estaban hinchados, y sin duda alguna querían volver a sentir la textura de los otros que se habían encargado de acecharlo hace unos momentos.

- Pero... - Rubén dijo en tono bajo mientras hacía un puchero.

- Estas ebrio, no voy a hacer nada si no estás en tus cinco sentidos – respondió Vegetta mientras se sentaba en el sofá.

Podía notar la expresión de Rubius quien estaba un poco desanimado al principio, pero una vez analizó la frase por completo, lo observó con sorpresa.

- ¿Cómo? – preguntó el rubio con total interés.

- Ya me escuchaste, no haré nada contigo otra vez hasta que este sobrio

Rubén estaba un tanto perdido, también culpaba un poco al alcohol ya que claramente aún se encontraba en su cuerpo algo de este.

Pero la frase del azabache se caló en su memoria.

Y pensar que bebía solo para poder actuar de aquella manera con Samuel sin represalias de por medio, sabía que su amigo no le diría nada si sabía que este estaba bebido.

Ahora resultaba que Sam estaba totalmente dentro del juego, que, si le interesaba, pero no quería que este estuviera ebrio para poder tomar el juego en serio.

- ¿Hablas en serio? – preguntó Rubén acercándose nuevamente al azabache.

Vegetta no se movió ni un centímetro más, si bien su decisión estaba tomada, sabía que podría controlarse si es que el rubio volvía a abalanzarse.

Había tomado una decisión.

- Joder que si hablo en serio Do*blas, así que mañana cuando despiertes estarás en graves problemas – dijo el azabache con una sonrisa ladeada.

Rubén no comprendió aquello, no sabía a lo que se refería el mayor, pero una vez dirigiendo su mirada hacia donde apuntaba la del azabache comprendió.

Al parecer lo había entusiasmado de más.

Si, definitivamente tendría un par de problemas cuando despertara a la mañana siguiente, pero eso era otra historia.



//Fin  

Rubegetta Month by BeeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora