Esa noche dormimos abrazados, sentir el calor de tu cuerpo con el mío me hacía sentir tan cómodo, jamás me había sentido así y tú tampoco, ambos lo sabíamos.
Sí, por fin había encontrado mi lugar seguro, aquel donde podía descansar sin preocupaciones. Cuando desperté lo primero que ví fue a ti viendo a través de la ventana, estaba lloviendo, te mirabas tan hermoso como siempre, un momento efímero para el tiempo pero para mí se había quedado gravado en mí memoria haciendo que ese momento pasará de efímero a ser duradero.
Ambos decidimos salir a correr bajo la lluvia, estábamos tan felices, nos reímos a carcajadas cuando resbalé y caí sentado porque el sueño estaba muy mojado. Una vez que la lluvia paró decidimos brincar en los charcos de agua.
Ambos estábamos descalzos, empezaste a hacerme cosquillas y yo a ti, volvió a llover en breve pero seguía sin importarnos, para eso salimos. Corrimos descalzos bajo la lluvia, me abrazaste fuerte y ambos sonreíamos ampliamente.
Querida Bella, por fin pude entender a lo que te referías cuando me decías que te sentías libre al correr descalza tomando mi mano, pude sentir eso por primera vez en mi vida, lamento mucho que no haya podido ser contigo pero en ésto del amor simplemente no se puede escoger a quién amar. No es tu culpa, simplemente no se dió, perdóname.
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Alfred and Bill.
RomanceUna historia de un amor entre dos hombres que se conocen en su juventud. Las fotos utilizadas en la historia no me pertenecen.