Ya estábamos en abril cuando hicimos aquel viaje, estábamos emocionados, iríamos a la playa.
El hecho de estar a solas contigo me hacía sentir completamente feliz y libre, nadie nos molestaba, solo éramos tú y yo.
En nuestra habitación de aquel hotel, después de cenar me mostraste una canción llamada Je te laisserai des mots y me dijiste que en cuanto la escuchaste pensaste en mí y se volvió tu favorita, dijiste que me la dedicabas. De inmediato la amé, una canción realmente bonita, yo te dediqué On brûlera y dijimos que serían las canciones de nuestro amor. Te levantaste y me invitaste a bailarlas sin importarte el hecho de que no sabía bailar.
Sentir el roce de tu piel con la mía, nuestras manos al entrelazarse, nuestros labios juntos, todo eso hacía que sintiéramos que éramos uno solo.
Como amaba dormir abrazado a tu y que al despertar lo primero que viera fuera a ti, mi rayo de luz.
Como te amo.
...
Pero, no todo salió bien como esperábamos.
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Alfred and Bill.
RomanceUna historia de un amor entre dos hombres que se conocen en su juventud. Las fotos utilizadas en la historia no me pertenecen.