Nicholas
La admiraba como si fuera la pieza de arte más perfecta, nunca nadie miro una de mis obras como ella lo hizo en aquella galería. Era posible que solo la viera porque le encontraba algún defecto, pero algo en su mirada me dijo que no era así.
La vi desde lejos por bastante tiempo, se veía tan centrada y atrapada de alguna manera extraña como si mi arte y ella estuvieran conectados y existieran para estar juntos.
Eso fue lo que me hizo pensar en ella todos los días después de aquel encuentro, encuentro el cual fue interrumpido por su amiga y termino con una simple despedida de gestos, pero aun así sabía que la volvería a ver, aunque no imaginaba que ese día estaba más cerca de lo que creía.
...
—Vamos amigo, no me digas que sigues pensando que volverá—dijo Logan uno de mis amigos que hice al llegar a la ciudad.
Cuando llegue al edificio donde se encontraba mi departamento me lo encontré en el ascensor y me ayudo con unas cajas que tire en el camino. Después de una conversación le conté que era nuevo en aquel lugar y que iniciaría las clases en la universidad, lo que nos hizo amigos fue el tiempo y la coincidencia de que iríamos a la misma universidad, aunque él estudiaba negocios. Así fue que desde hace meses era mi amigo más cercano en esta ciudad.
—Bien, puede que no lo haga—dije recordando que llevaba varios días viniendo a la misma hora unos días después de la exposición, aunque mi obra ya no estuviera allí—. Pero te lo dije es la última vez que vendremos.
—Eso espero ya sabes que estos lugares no me gustan, mi novia ya me habla mucho de arte como para querer ver más en mis tiempos libres.
Eso fue un dato que me tomo por sorpresa, aun no conocía a la novia de Logan, pero siempre me contaba de ella y sabía que le gustaba mucho el arte. Fue sorprendente teniendo en cuenta que Logan lo odia.
—Ya deja de llorar y vámonos, tengo cosas que arreglar y dejar listas para las clases—me encamine a la salida tomando las llaves de mi auto con Logan siguiéndome.
Hacia bastante sol afuera y odiaba con todo mi ser el calor y el verano, quien diablos podía soportar esto y ser feliz. Camine a paso apresurado anhelando subir al auto y poner el clima al máximo.
—A veces al ver tu auto, me pregunto si mejor debería ponerme a dibujar y hacer muñequitos de playdoh como tú—Logan abrió la puerta de copiloto del Mercedes y entro—. Solo digo que ganas más que yo haciendo esto y aun no terminas la carrera.
—Claro—me reí—, aunque no solo se trata de hacer dibujitos y muñequitos, el arte es más Logan.
—Sí, sí, sentimientos y bla, bla, bla.
—Aunque suene ridículo y lo tomes así es la verdad.
—Nick lo sé, al igual que se me de memoria tu discurso de inspiración.
Me reí y puse en marcha el auto, en el camino hablamos de todo y de nada a la vez. Logan me hablaba de su novia y como se la pasaba con otra amiga de su carrera.
—Casi lo olvido—Logan me miro cuando caminábamos hacia el ascensor del edificio-, hoy saldremos mi novia y yo a un nuevo bar que abrieron a unas cuadras, ira su amiga así que pensé en invitarte, sirve conoces a mi novia y a su amiga
—Logan, ¿estás loco? —lo mire con incredulidad por lo que acababa de decir—. Ir a un bar en Domingo, un día antes de empezar las clases no es buena idea.
—Anda vamos, además te hace falta conocer a alguien, eres tan amargado y quien mejor que la amiga de mi novia que está soltera.
—No necesito conocer a nadie, y no soy amargado.
—Como digas te mandare la ubicación, es a las nueve.
—Logan, no...
No me dio tiempo de seguir hablando con él ya que se bajó del ascensor y se despidió. Las fiestas y los bares no solían gustarme demasiado, muy pocas veces me acercaba a alguno de ellos y en esta ciudad no había pisado ni uno.
...
Estaba terminando de bañarme y tenía dos opciones. Una ponerme algo cómodo y recostarme a leer tranquilamente con una bebida fria, y la otra, ponerme algo decente y salir a un bar un día antes de las clases.
Lo pensé por un momento, no perdería mucho y regresaría a una hora prudente. Me vestí con unos jeans negros y una camisa negra la cual recogí hasta mis codos, no me esforcé por peinarme y salí con las llaves de mi auto.
Logan no mentía al decir que el lugar estaba a unas cuadras del departamento, conduje por diez minutos y vi las luces de un local que tenía una pequeña fila de personas afuera, aparque el auto cerca, camine hasta la entrada y pronto estuve dentro. El lugar era de dos pisos, abajo estaba un jardín, arriba unas cuantas mesas, una barra y la pista llena de gente bailando al ritmo de la música, no tarde mucho en localizar a Logan sentado en una de ellas así que camine hacia él y lo salude.
—Que tal, te dejaron plantado ya—bromeé y le di una palmada en el hombro.
—Para nada, solo que las chicas fueron al baño, ya sabes no pueden ir solas—dijo, aunque pronto cambio el tema—. No creí que vendrías realmente.
—Ya te lo dije, no soy tan amargado como me veo—realmente muchas personas me lo decían—, igual que más podía perder.
—Así se habla—mi amigo me dio una palmada en la espalda mientras caminábamos en dirección a la barra por unas bebidas.
—Ahora, si ya salí que valga la pena—llame al chico que servía las bebidas y le pedí dos shots de tequila para empezar.
—Veo que no vienes con juegos—Logan se rio.
—Para nada—ambos tomamos la bebida de un solo trago y pude sentir el líquido caliente raspando mi garganta.
Pedimos más mientras conversábamos y casi me había olvidado que mi amigo venía acompañado cuando una voz chillona de una chica nos interrumpió, esa voz que fue tan conocida.
—Ahí estas bonis—una chica de cabello castaño, de ojos saltones y sonriente se abalanzo al cuello de mi amigo y enseguida lo supe.
No creí que el mundo fuera tan jodidamente pequeño para que ella fuera la novia de mi amigo, menos creí que estaba pasado, pero era real, todo lo era y lo confirme cuando mire por donde ella había llegado encontrándome así con esa chica que no pensé volver a ver tan pronto después de hoy.
Ahí estaban esos ojos azules que vi en esa galería, esos que vieron en mi arte algo más, mismos que llevaba días soñando, ella. Solo la ví a ella.
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Anartia
Teen FictionAlice siempre se esforzó por él. El desapareció y la abandono con mil sentimientos borrando el color de su vida. Pero el rojo llego junto a las mariposas para ayudarla a vivir su propia metamorfosis y salvarla de la oscuridad en la que estaba sumerg...