Empecé a leerlo página por página, en las primeras solo explicaba tonterías de niña pequeña, pero al llegar a las últimas encontré las interesantes, donde hablaba de los alumnos de Hogwarts. Dos de las que más me fascinaron trataba sobre sus secuaces: Astoria y Daphne Greengrass. En estas explicaba lo idiotas que ambas eran, haciéndole caso en todo lo que ella decía como dos perritos falderos. Arranqué esas dos páginas al instante y las guardé en el bolsillo de mi capa, seguí mirando hasta encontrar la mejor de todas, en honor al imbécil de Draco Malfoy. Al leerla no pude evitar sonreír, sabía que si el rubio se enteraba destruiría a Pansy y en ese instante era lo único que deseaba, destruirla y después ir a por él. Arranqué la página y posteriormente un par más que también eran interesantes, por si me servían de algo. El problema era que mis ganas de romper todo no se habían calmado, abrí su armario porque para las típicas chicas que eran como Pansy, la ropa era uno de sus grandes obsequios. Encontré entre tanta prenda un vestido gris, con piedras preciosas incrustadas en el cuello del vestido y en la falda de este, eran parecidas a unas perlas, redondas y brillantes. También pude distinguir unos pequeños zafiros grises por todo lo largo del vestido. Era precioso, y parecía ser bastante caro, realmente sería una pena que le pasara algo. Agarré el vestido sin cuidado alguno, cogí mi varita para después pronunciar: "Incendio", haciendo que el vestido comenzara a arder. Esperé hasta que solo quedaron algunos trozos de tela hechos añicos y las piedras preciosas esparcidas por el suelo. Los escondí bajo la cama, sería gracioso ver como se desesperaba buscando algo que ya ni existía.
Entré al baño, limpié mi rostro con agua fría para que dejase de estar hinchada y roja, puse mi mejor sonrisa y salí fuera. Me senté en las gradas del campo junto a Blaise, al parecer él sabía lo que acababa de pasar hacía menos de media hora.
—¿Estás mejor? —preguntó
—Claro, ¿por qué iba a estar mal?
—Theo me lo ha contado todo, puedes hablar conmigo si lo necesitas.
—Tranquilo, lo que necesitaba ya lo tengo —le sonreí—, y pronto lo veréis todos.
Terminó el partido, ganó Slytherin gracias a las trampas que estaban acostumbrados a hacer. Llegó la hora de cenar, era el momento perfecto, el momento en que destaparía algunas cosas de la pelinegra, las más importantes. En el instante en que todos estaban sentados me alcé del mismo modo en el que se alzó Pansy el día que decidió contarles a todos que era un vampiro. Busqué la atención de todos y no dudaron en dármela, todos me miraban fijamente esperando lo que tenía que decir, mis amigos estaban con el ceño fruncido, confusos porque no les comenté nada del tema.
—¿Te suenan estas páginas, Pansy? —le pregunté mostrándole lo que arranqué de su diario.
—¡Dame eso! —se alzó del mismo modo.
La mesa aún no tenía nada sobre ella, nada de comida ni cubiertos, ella corrió por encima tratando de atraparme, pero en el instante en que estaba a punto de cogerme de la túnica recordé un hechizo que nos enseñó el profesor de encantamientos para inmovilizar a alguien, agarré mi varita y la apunté pronunciando "Immobulus" y agitándola de manera adecuada. Se quedó completamente parada, me escuchaba y me veía, podía hasta mover los ojos, pero ya no podía correr hacía mi ni detenerme.
—Esto es sacado del diario de Pansy —expliqué—, y estoy segura de que a vosotras dos os interesará —les comenté a las dos idiotas de sus amigas—. "Querido diario —comencé a leer con una voz burlona—, hoy he empezado a entender el estúpido comportamiento de las hermanas Greengrass, no hacen otra cosa que lamerme el culo, yo voy al baño, ellas me siguen, voy a comer, vienen detrás. Son como dos perritos falderos, que sin dueña no sirven de nada".
Les entregué los dos folios que iban dirigidos a ellas dos y le sonreí con completa malicia a la pelinegra. Saqué otro papel, el rostro de la chica mostraba horror, miedo por si era lo que ella creía y claramente, lo era. Volví mi mirada a Draco con completo odio y asco al recordar ese beso que me producía sentimientos que sabía de sobras que no debía sentir. Como hice con los primeros papeles empecé a leerlo en voz alta.
—"Draco, oh Draco... Si supieras cuanto me pones, me gustaría que me pasaras tu lengua por el cuello, dejándome chupetones por todos lados, deseo que me arranques la túnica y me beses tan profundo que me dejes sin respiración, que me metas la lengua hasta la garganta y que me ahorques para hacerme sentir débil e indefensa, que me digas lo asquerosa que soy por pensar en todo esto y por tocarme pensando en... ti" —finalicé.
Miré a Pansy, ella estaba roja y se le caían algunas lágrimas, en ese estado parecía una víctima, daba lástima tan solo verla. Draco, por el otro lado, tenía una expresión sombría, se podía sentir desde lejos el odio que emanaba. El rubio se levantó y se fue de allí con las manos en los bolsillos, sin decir nada. Deshice el hechizo puesto en Pansy, ella cayó al suelo y comenzó a llorar ruidosamente, más tarde se marchó de allí corriendo y llorando a la vez. Todos a mi alrededor comenzaron a murmurar sobre lo que había pasado, las hermanas Greengrass leían y releían las dos hojas del diario. Blaise se acercó a mí.
—Creo que te has pasado un poco al leer la hoja de Draco —me dijo.
—No me he pasado en lo absoluto.
—Sí que lo has hecho Freya, ahora Pansy no tiene a nadie, si querías humillarla hubiera bastado solo con lo de sus "amigas", nada más —comentó poniendo una mano en mi hombro—. No sabes lo que siente Malfoy, ¿qué pensarías tú de alguien que escriba esas cosas sobre ti? ¿No te gustaría verdad? —pensé un poco, iba a decirle una respuesta cuando él siguió hablando—. Él prefiere no saber de esas cosas, el año pasado comenzaron a correr rumores sobre su cuerpo, aunque a veces le veas muy orgulloso, siempre ha tenido complejos por ello.
—¿Me estás diciendo que debo pedirle perdón? —pregunté.
—No solo a Draco, a Pansy también.
—¡Ni muerta le pediré disculpas a esa arpía! —me quejé.
—Como quieras —quitó su mano de mi hombro y se marchó.
En ese instante entraron todos los profesores, para mi suerte ninguno había aparecido aún por un accidente que tuvo lugar en el partido. No supe qué fue exactamente y porque era tan grave como para que hubiese la ausencia de todos los profesores, de todos modos, me alegré de ello porque de ese modo nadie podría detenerme.
Los siguientes tres días Draco no me dirigió la palabra en ningún momento, Pansy parecía planear el día de mi muerte cada vez que me miraba y mis amigos evitaban el tema porque no les parecía nada bien, pero tampoco les apetecía echarme más mierda encima de la que ya sabían que tenía. Ron aún no me hablaba, ni siquiera me miraba y eso que aún limpiábamos los baños juntos por el castigo, por suerte eso se terminaría esa misma tarde. Los gemelos solo se acercaron a mí para saber si me encontraba mejor por el incidente del hipogrifo y las quemaduras, les comenté que me sentía bastante mejor sin explicarles que fue gracias a la sangre que me trajeron Blaise y Theo, pero después de eso no se volvieron a acercar a mí.
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Una vampiresa en Hogwarts
FanfictionFreya es una vampiresa que vive encerrada en su casa, deseando saber que es aquel castillo que ve en la lejanía desde la ventana de su cuarto. --------------------- Este libro es una colaboración con: vania_romero05 es decir, el libro está escrito p...