𔘓 Jueves

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La alarma del teléfono sonó, distrayendo a Hoseok de sus deberes. Su atención se desvío del cuaderno donde estaba escribiendo las respuestas de su tarea, apagó la alarma y corrió directo al baño; allí se observó en el espejo, su frente un poco manchada y el cabello envuelto en una bolsa, rezaba porque todo haya salido bien. Con un poco de nervios se despojó de sus ropas, una vieja que no tenía miedo de manchar, luego de la bolsa y finalmente entró a la ducha.

No sabía lo que le había llevado a decolorarse el cabello y luego aplicarse un tinte, quizás el aburrimiento o solo quería lucir un look diferente. Esperaba que al menos le quedara bien el nuevo color. Mientras se lavaba el tinte escurría de su espalda, así que se bañó hasta que ya no salía más nada, entonces supuso que estaba listo. Salió tomando dos toallas, una para su cuerpo y otra para el cabello, sacudiendolo con el fin de secarlo mas rápido, buscó entre los cajones encontrando el secador, el cual conectó y comenzó a usarlo mientras se veía en el espejo. Definitivamente era un gran cambio.

Duró algunos minutos hasta que este estuvo completamente seco, y se admiró con detenimiento, estaba contento con el resultado, pero también pudo notar que su cabello había quedado un poco disparejo, quizás fue una mala idea cortarselo el mismo, había confiado mucho en el tutorial dudoso de aquel pequeño video que había visto la noche anterior. Alcanzó las tijeras que estaban cerca de lavamanos, sí, se estaba arriesgando de nuevo.

—Sigo sin entender porqué hice esto... —susurró para sí mismo, posicionando las tijeras sobre las puntas de su cabello —. Al menos me veo bien con este color.

Se preguntó que pensaría YoonGi de su cambio, no le había avisado así que sería una sorpresa para él.

Pero los minutos pasaron y quiso llorar al no conseguir emparejar su cabello, dejó las tijeras a un lado y lo revolvió un poco, sin quedar satisfecho con el resultado. Al final tendría que ir a la peluquería.

Salió del baño para vestirse, y en el camino se llevo a Holly consigo, que no opuso resistencia al estar en los brazos de su humano.

—Me quedó fatal el corte, Holly —se quejó con su mascota, colocándolo sobre su cama mientras buscaba que ropa colocarse —. Seguro YoonGi se burlará de mí, es que el aburrimiento me venció, ¿Qué estaba pensando?

El ex castaño lloriqueó mientras se colocaba la ropa y seguidamente se echó a un lado de Holly, berreando como un pequeño niño con su cara enterrada en la almohada. Este al ver el desespero de su dueño se acurrucó contra él, sin entender nada más que los llantos fingidos y exagerados que este soltaba.

Las horas pasaron lento a su parecer, había tomado un beanie para cubrirse la cabeza y continúo con su tarea, bostezaba solo de lo tedioso que era estudiar. Cuando finalmente pudo soltar el bolígrafo suspiró y se lanzó de espalda a su cama, tomando su teléfono para asegurarse de la hora. YoonGi estaba por llegar, sabía que tal vez este llegaría cansado así que se levantó para preparar la cena, que consistía en kimchi y sobras del día anterior. En su relación YoonGi era el que sabía cocinar de todo, él solo algunas cosas.

Salió de la habitación, para dirigirse a la cocina, no contó con que la puerta principal se abriera, y allí estaba YoonGi, con su típico traje y cara agotada. Lo había atrapado.

El mayor le dedicó una mirada curiosa, entrando a su querido hogar, dejando los zapatos a un lado como siempre, y aflojando el mismo su corbata. Enarcó una ceja ante la actitud sospechosa de su novio y su atención se centró en su cabeza cubierta y los pocos cabellos que tenía a la vista.

— ¿Hoba? ¿Algo que me quieras decir? —preguntó acercándose peligrosamente.

Hoseok realmente pensó en la opción de huir, pero no es como si pudiera huir para siempre

— ¿No? —respondió el menor dudoso. YoonGi soltó una risa, que lo puso un poco nervioso, entonces comenzó a acercarse —. Oye, te juro que en el vídeo quedaba bien.

YoonGi negó, aún riendo, entonces se trataba de eso.

—Quiero ver —pidió, estando bastante cerca que sus respiraciones se mezclaban.

—Te vas a reír.

—Claro que no, te lo prometo.

Hoseok no creyó en su promesa, pero algún día tendría que mostrarle. Dirigió sus manos hacía el gorrito que cubría sus cabellos y se lo quitó, dejando expuesto sus pocas habilidades como peluquero.

YoonGi lo miró, con su preciosa sonrisa que se expandió en el momento, y sin que lo tuviera previsto lo tomó de la cintura acercándolo de forma casi abrupta.

—Dices muchas tonterías.

— ¿Por qué? ¿Te gustó? —y la respuesta la obtuvo cuando el mayor se apoderó sus labios, en un beso desesperado, como si hubiera activado una parte de YoonGi que estaba bastante escondida.

No se quejó, al contrario, pasó sus brazos por su cuello, disfrutando de la forma en la que su novio apretaba su cintura con posición. Se separaron solo unos segundos.

—Me encantas, rubio —le susurró antes de volver a besarlo.

—Pero el corte me quedó disparejo —dijo el rubio sobre los labios del otro, cosa que acostumbraban a hacer.

—No se nota —consoló el mayor, pasando sus manos por el suave cabello de su novio —. Bueno, si no lo miras con detenimiento...

—Que horrible —lloriqueó Hoseok, golpeando su pecho con sus puños.

Y YoonGi sonrió muevanse. La verdad si se notaba, pero no le daba importancia a ello. Sea como sea Hoseok le encantaba.

Yoonseok weekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora