"Perdonando"

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Capítulo dieciocho

Luego de oír aquellas palabras de la boca de mi mamá, mi mundo se vino abajo, de repente todos los recuerdos creados hasta el momento con mi papá revolotiaban por mi cabeza sin parar, era muy extraño todo aquello que me estaba pasando, sentía un gran peso en mi corazón y como mi alma iba terminando en ruinas, pero lo peor era que me sentía culpable, culpable de aquella terrible enfermedad por la que mi papá estaba atravesando, culpable por esos momentos en los que le cerré la puerta en la cara, culpable de hacer lo mismo que el hizo conmigo, culpable de odiarle e ignorarlo, sinceramente en ese momento yo me sentía como la peor persona del mundo, la que había echo todo mal y lo había arruinado, sin poder contenerme las lágrimas de mis ojos no tardaron en brotar y los fuertes e intensos abrazos de mi mamá estaban nuevamente ahí para fortalecerme pero junto a esos brazos sentí otros nuevos brazos que consolaban mis penas, eran los brazos de mi papá, di media vuelta y no dude un sengundo en tirarme a su pecho y darle el abrazo más fuerte del mundo, era aquel abrazo que llevaba toda una vida planificando, era aquel abrazo que desde niña soñaba darle, el abrazo que en muchos momentos nesecité pero no lo tuve de su parte.

Olvidé todo el rencor que le guardaba hace años y dejando todo esa historia atrás me senté junto a mi papá en los enormes sofás de mi sala mientras mi mamá preparaba la cena en la cocina

- Isabela no quiero darte lástima, solo quiero hacer las cosas bien y que me perdones

- Si estoy aquí hablando contigo es porque soy un ser humano y también tengo sentimiento, y aunque nunca te haya importado para mi siempre fuistes importante a pesar de todo

- Cómo no me vas a importar, eres mi hija, mi todo

- Cuando se me cayó mi primer diente llore mucho, y no estabas ahí para darme un abrazo y secar mis lágrimas,ahí no era tu hija ¿verdad?, o como cuando por ejemplo los padres solian ir juntos a las reuniones de sus hijos, solo estaba mamá, ella siempre estaba en todo momento sin yo pedirle que estuviera ella estaba

- Me quedan 5 meses -un silencio tenso hasta que nuestras miradas se volvieron a encontrar -quiero morir feliz y mi felicidad eres tu, solo te pido una cosa, dame una segunda oportunidad

- Y yo también te pido una cosa

- Las que quieras

- Dame una semana para pensarmelo

Solo iba a tener una semana para pensarmelo todo y eso me preocupaba quería tener la mejor desicion, la más justa y principalmente iba a decidir con el corazón, aunque casi nunca eso me llevaba a nada bueno pero sentía que esta vez era diferente, mi burbuja de pensamientos fue interrumpida por el toque de la puerta, me dirigo hacía ella y al girar el manipulador de la puerta le daba paso aquella loca chica que de una forma u otra se tiro encima de mí, no paraba de darme fuertes abrazos y decirme "perdón" por un momento me separé de ella y vi su restro, era Valeria

- Fui una completa estúpida tu no tenías la culpa de nada solo tenía genio y la única persona que tenía cerca era a ti así que descargue todo ese genio contigo

- No perdoname tu, no tenía que haberte ocultado nada

- Ya esta no importa lo que paso -me decía con un amplia sonrisa en su rostro

Por dentro sentía gran alivio, ya todo con Valeria se había arreglado, en mi interior había por una parte mucha paz pero a la vez no, aún tenía que pensarme lo de mi papá y también seguía preocupada por Alden, no había recibido noticias de él, sus últimas palabras fueron tan preocupantes y tan sencibles que me ponía mal pensar en ese tema, Valeria se quedó esa noche a cenar junto a mi papá, mi mamá y yo, compartiamos una linda mesa llena de exquisitos platillos preparados por mi mamá, fue una linda noche, así pasaron unos días, Marcos se había ido de la ciudad por un tiempo indefinido devido a todo lo que había sucedido, Valeria estaba un poco extraña, la verdad sentía que algo me ocultaba aunque no le preste mucha atención al final terminaría contandomelo, Anderson ya estaba superando sus sentimientos por Valeria y bueno finalmente había llegado el día en el que tenía que darle una respuesta a mi papá sobre lo que había decidido, estaba nerviosa, mis manos sudaban pero sobre todo estaba segura de lo que había decidido, tenía mucha confianza en mi y demaciada seguridad en lo que había decidido.

Era un jueves en la tarde el sol desaparecia detras del horizonte, y el cielo se tornaba en un color rojiso haciendo hermosos contrastes con las nubes blancas que se espalcian, había una enorme brisa que azotaba las ventanas de mi casa, yo me encontraba en mi estrecho balcón con una gigante sudadera color negro que tapaba todo mi cuerpo, estaba sentada entre cojines con mis audiculares puestos contemplando ese deleitante paisaje que me rodeaba, estaba en un profundo mar de pensamientos hasta que todo eso fue interrumpido por la voz de mi mamá

- Isabela llevo horas llamandote, acaso no me oyes? -me decía mientras abría la puerta que comunicaba mi balcón con mi habitación

- Claro que no oigo nada tengo los audiculares puestos-respondí con obiedad

- Si ya veo, tu papá esta allá abajo no lo hagas esperar más

- Ya voy

Me levanté y di un suspiro tomando fuerzas baje aquellas escaleras y me diriguí hacía mi papá, él estaba ahí con una cara de preocupación que a larga distancia se le veía reflejado . . .

***

Hola chic@s

Espero estes disfrutando la historia y muchas gracias por seguir leyendola.

En el próximo capítulo:

-Personas se besan incluyendo del mismo sexo
- Hay una noche de fiesta
- Una pareja vuelve a estar junta

No te puedes perder el próximo capítulo

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Los quiero 💘

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