[[SWEET LIES]] ☆ROSEKOOK ☆

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[[El fuego que se desvanece.]]

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Rosé despertó de su sueño profundo, uno que había dejado de sentir hacía mucho tiempo, con unas caricias en su hombro, luego fueron subiendo hacía su cuello y rostro, ha este paso las cosquillas estaban presentes. Se giró y le dio la espalda, entonces el paso sus dedos en ella. Abrió sus ojos y sintió escalofríos por sus dedos fríos. Se giró hacía el y se le fue el aire al ver como el sonreía tan feliz.

Pasó un cabello que caía sobre su rostro, hacía atrás de su oreja.- Eres tan esplendida.- Tomó su mano que estaba recostada encima de la almohada, ella aún no se acostumbraba a su cariño, era como si se hubiera acostumbrado al dolor, rechazo que al tener algo tan hermoso y tanta atención; se sentía inmerecida.

-.¿Por que esa cara triste, cariño?- Rápidamente la abrazó. - No me gusta verte triste.- Beso su frente. -¿Por que no mejor te cambias y vamos a desayunar a mi restaurante, apenas son las seis mis empleados no han llegado.- Rosé, asintió mientras lo veía.

-. Gracias...- Susurró y luego se acercó a su pecho.

-.¿Por qué preciosa? ¿Por tratarte como lo mereces? Haría eso y más. - Le dio un último besó y se levantó, Rosé cerró sus ojos de inmediato, eso causo una risa en Jungkook quien tomó una bata y se la colocó.

-. Listo, ya me he cubierto.- Se rió y Rosé se ruborizó por tremenda imagen que el le había dado.- Bañate en mi baño, yo iré al de las visitas.- Se acercó a darle un beso e iba a irse, cuándo ella lo jaló para si.

-.¿Y si...te bañas conmigo?...- Tímida  habló y sus mejillas rojas la delantaron. Jungkook alzó una ceja y pronto con todo y sábana la cargo, ella se carcajeo y el dijo.

-. Lo que usted ordene. Mi señora.- Y entre risas entraron a la ducha.

...

En el restaurante, Rosé se fijo que era muy esquisto, portaba elegancia y mucho sofisticación. Jungkook la llevó hacía la cocina que era enorme, la sentó y colocó una servilleta en sus piernas; mientras le robaba un beso, ella achicó sus ojos con reproche.

Jungkook se colocó su delantal negro, con su nombre puesto en el y empezó hacer magia. Rosé parecía estar inoptizada por sus movimientos, sus tatuajes resaltaban en su piel blanca y sus ojos que estaban tan concentrados; mientras cortaba cebolla finamente, sus cejas se juntaban por la concentración. Casi babeaba por el, parecía que el había sido hecho con tanto amor y atención. Después de unas movidas más, sirvió el desyuno.

-. Croque royale de salmón, para usted madan.-

Después de que comieran, juntos caminaron hacía el auto de el. Jungkook se despidió de algunos empleados meseros que ya habían llegado y ellos sonrieron ampliamente al verlo con la joven muchacha. Rosé sintió curiosidad, ¿Por que todos estaban felices que el tuviera a una persona más alla de la amistad? Lo miró de reojo y el no dejaba de sonreír, saludaba a muchas personas y entreveces la veía y le daba un beso sin razón.