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-Ya veo, entonces tu esposo y tu suegra eran ese tipo de personas- Un suspiro salió de los labios de Douma tras escuchar la historia de esa joven chica.

-Lamentablemente fui muy tonta como para darme cuenta antes- La voz de la mujer se escuchaba temblorosa, parecía que pronto rompería en llanto.

Douma miraba con curiosidad a la chica, ahora tenía un montón de vendas por todo su cuerpo y rostro, pero no había duda de que era muy hermosa, sus ojos a pesar de denotar tristeza también eran atractivos y llamativos. El balbuceo de un pequeño bebé llamó la atención del demonio, haciendo que desviara su vista hacia la joven criatura que la chica cargaba en brazos, la de ojos verdes noto esto y por consecuente miró a su retoño con culpa.

-Por mí estupidez, mi bebé también corrió peligro- Sin poder aguantar más unas lágrimas comenzaron a salir de sus ojos haciendo que las pequeñas gotas cayeran sobre el rostro de su bebé.

Douma por su parte analizaba la situación con extremo detalle, por alguna razón, su inexistente corazón estaba latiendo más lento, como si también quisiera experimentar el dolor que las lágrimas de la joven repartían. Sin poder detenerse el demonio se puso de pie y camino hasta el lugar donde reposaban la joven chica con su criatura.

-No eres estúpida, el mundo es cruel y despiadado. No puedo hacer que los malos tragos de tu vida se borren, pero puedo darte un poco de la generosidad de Dios- Sus palabras no sonaban bruscas ni burlonas como la mayoría de su hablar, más bien, su voz denotaba sinceridad y comprensión.

-Mi señor...- Las lágrimas de la joven se detuvieron momentáneamente al escuchar las palabras de Douma.

-Ahora bien, dime tu nombre y el de tu bebé por favor, te prometo que desde ahora nada les hará daño nuevamente- Menciono Douma mientras extendía su mano, pasando sus dedos por las mejillas de la joven chica, limpiando sus lágrimas.

-M-mi nombre, mi nombre es Kotoha y mi pequeño se llama Inosuke- Menciono Kotoha con algo de tranquilidad mientras alzaba un poco al pequeño Inosuke.

-Bien, sean bienvenidos al culto del paraíso eterno...

Unos pequeños y brillantes ojos verdes se encontraban teniendo una batalla con los bellos ojos arcoíris del demonio, este por su parte observaba a la pequeña criatura con algo de extrañes, no era la primera vez que lo miraba de esa manera

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Unos pequeños y brillantes ojos verdes se encontraban teniendo una batalla con los bellos ojos arcoíris del demonio, este por su parte observaba a la pequeña criatura con algo de extrañes, no era la primera vez que lo miraba de esa manera. Douma se llegaba a preguntar, "¿también fui así de indefenso cuando naci?", el pequeño Inosuke sacó de sus pensamientos al demonio al momento de jalarle la camisa para empezar a babearla, Douma al sentir como su pecho se ponía algo pegajoso solo solto un suspiro, no le molestaba, era un bebé, no podía pedirle la misma conciencia que una persona adulta, por tales razones sólo tomó las mejillas del pequeño y alejo la boquita del bebé de su ropa.

-Oye, no hagas eso, está sucio y puede hacerte mal- Dijo de manera aparentemente protectora Douma mientras soltaba las mejillas del pequeño bebé.

-Bahhh- Balbuceo la diminuta criatura mientras luchaba por acercarse nuevamente a babear la camisa del demonio.

Dejame Poseerte 🦋Donde viven las historias. Descúbrelo ahora