El tenue brillo lunar era lo único que alumbraba esa oscura habitación en aquellos momentos, entre toda la oscuridad de aquel lugar se lograba distinguir el frágil cuerpo de Shinobu, quien reposaba a un costado de la cama, el mirar de la joven mariposa era uno muy decadente, el brillo que había existido antes en sus ojos ahora era casi indetectable, sus antes carnosos labios ahora estaban ligeramente resecos y agrietados, todo debido a la maldita restricción que su captor le había dado, iban 2 semanas y media desde que la pequeña Shinobu no probaba ni el más mínimo bocado de comida, sentía que podría morir en esas condiciones si nadie intervenía. Y realmente esa no era una mala idea, si iba a morir de esa manera entonces lo haría, todo para evitar el mayor número de muertes posibles y sonaría egoísta, pero también evitaría su propio sufrimiento. Hasta la muerte era lo mejor, prefería extinguir su existir en ese mismo instante a pasar toda su vida a lado de Douma.
Mientras Shinobu se encontraba en esa posición con la mente en blanco, la imagen de su hermana llegó a su cabeza, no sólo eso, recordó cada uno de sus contactos con toda la gente que apreciaba, sus pequeñas y ocasionales charlas con el pilar de la Roca, sus constantes regaños y atenciones al pilar del Viento, las recurrentes bromas y jugueteos que disfrutaba hacerle al pilar del agua, el tiempo que ocupaba para ayudar a Aoi en sus tareas del hogar, las prácticas que tenía con Kanao, los dulces e inocentes juegos que tenía con las niñas de la finca mariposa...todo eso ahora no era mas que un fugaz sueño, sin que pudiese evitarlo, unas lágrimas de tristeza escurrieron por sus mejillas, dejando un pequeño y húmedo camino que iba de sus ojos hasta su mentón.-Por favor yo...solo quiero regresar...-Mencionó para si misma la menor mientras más y más lágrimas salían de sus ojos.
-Shinobu..-Kocho escucho aquella voz que le parecía tan lejana, era la suave y tenue voz de su hermana, quien la llamaba con la dulzura de siempre
Shinobu sacudió su cabeza de un lado a otro, no era la primera vez que tenía ese tipo de alusiones con su hermana, sabía que era debido a la falta de alimentación y a la presión mental, así que lo mejor sería ignorar aquello, como las veces anteriores.
-Shinobu..-Está vez era la voz de Himejima, la de orbes púrpura no pudo evitar ponerse alerta al escuchar aquello.
Shinobu comenzó a temblar ligeramente mientras tocaba su cabeza con su mano derecha, intentando buscar algún tipo de consuelo, se puso de pie y comenzó a dar vueltas por toda la habitación.
-Tsk, Kocho-Los ojos de Shinobu se abrieron como un par de platos, era la voz de Shinazugawa.
Si, seguramente ya estaba quedando loca, aunque quien no lo estaría al estar en ese lugar, atrapada, sin comer y con un profundo dolor emocional.
-Shinobu-nee- Era la voz de Kanao
-Señorita Shinobu- Seguida de ella la voz de Aoi y las niñas
Sudor helado recorría la frente de Shinobu, ¿aquello era un presagio acerca de su muerte?, mientras seguía dando vueltas por aquella habitación, las voces de sus compañeros y familiares comenzaron a hacerse más presentes en aquel lugar, llegando al punto en el que era casi imposible para Shinobu ignorar aquello, entre todo ese caos se escucho el "Tin" de una campañilla, luego de aquello todas las voces antes escuchadas por Shinobu cedieron. Más tranquila la joven observó todo a su alrededor y fuera de su habitación, se hizo presente la silueta de alguien, no podía ser Douma, él era más corpulento y fornido, más al contrario aquella figura era delgada y pequeña. Shinobu miró aquello con curiosidad, después de todo, puede que al final alguien viniese por ella.
-Aquí- La voz de una mujer se hizo presente en el silencio, Shinobu por su parte se sorprendió un poco, ahora era totalmente oficial, estaba loca.
-Aquí- Nuevamente se escucho la voz de aquella silueta, Shinobu ligeramente arta de todo eso camino hasta la parte trasera de su habitación, donde estaba la puerta que abria hacia el lugar de donde venía aquella voz.