Los Kakushis llegaron a la escena donde se había dado el encuentro con la luna superior número 2, miraban como todo a su alrededor estaba destrozado y congelado de una manera sobrenatural, aunque el hielo se estaba derritiendo lentamente por los rayos del sol que alcanzaban a chocar con ellos. Con rapidez los Kakushis comenzaron a organizarse, un grupo limpiaria los escombros de aquel pueblo mientras que el otro grupo buscaría a las hermanas Kocho. Tal como acordaron, el primer grupo comenzó a limpiar toda la zona, mientras el segundo grupo comenzó a buscar a las hermanas.
-¡Encontré a la señorita Kanae!- Grito una joven Kakushi alertando a sus demás compañeros, quienes empezaron a correr con velocidad hacia el lugar indicado.
Las palabras de aquella Kakushi eran reales, no muy lejos del campo de batalla principal se encontraba el cuerpo de Kanae, la joven Pilar tenía el pecho y el rostro lleno de sangre, su respiración era entrecortada, sus manos estaban fuertemente lastimadas y en su mano derecha se encontraba lo que anteriormente era el mango de su Katana, la cual ahora estaba rota. Rápidamente los Kakushis comenzaron a asistir a Kanae, observando como en su pecho estaba lo que parecía ser la prenda de la menor de las hermanas, aún así, no tenían rastro de Shinobu desde que llegaron a aquel lugar.
–¡Busquen a la señorita Shinobu, rápido!- Ordenó con voz firme el kakushi que era aparentemente el líder de aquel escuadrón.
–¡Si!- Los Kakushis obedecieron a su superior, 5 de ellos se quedaron a auxiliar a la Pilar y otros 5 fueron rápidamente a recorrer la zona buscando rastro de la pequeña Shinobu.
Mientras llevaban a Kanae a las instalaciones pertinentes, el kakushi al mando miraba con detenimiento a la Pilar, era extraordinario como seguía viva incluso después de esa feroz batalla, no la habian contemplado con sus propios ojos, pero debido a los destrozos y al estado tan delicado de Kanae era seguro que su vida había estado pendiendo de un hilo durante casi toda la noche.
-No se preocupe señorita, todo está bien ahora...- Mencionó aquel Kakushi con seguridad mientras seguían en su labor de transportar a Kanae a un lugar más seguro-
En ese entonces el inerte cuerpo de Kanae comenzó a moverse ligeramente, cuando todos los presentes observaron eso supieron de inmediato que la Pilar aún tenía chances de sobrevivir, por tales razones apresuraron el paso, no dejarían que la vida de esa joven se apagase tan rápido.
-S-shinobu..-Kanae musito esas palabras de manera torpe, teniendo en su mente los últimos momentos en los que tuvo contacto con su hermana, esos momentos en los que Shinobu se entregó al demonio para poder proteger su vida...
Ya había pasado un tiempo desde que la joven cazadora y aquel demonio tomaron su propio camino, debido a la velocidad que Douma poseía habían llegado a su templo justo antes de que el sol diera señales de prevalecer. Douma entró en aquel lugar por la puerta principal, Shinobu se mantuvo callada sobre los brazos del demonio, sintiendo una ira que removia su estómago, o bueno, tal vez no era ira, en solo una hora le habían pasado 2 desgracias, había visto como la muerte le respiraba en la nuca a su querida hermana y ahora en esos momentos, era cautiva de un demonio.