Four

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Camila miró a su hijo con lágrimas contenidas, realmente no se quería separar de él, pero debía hacerlo por su bien.
Agarró suavemente la mano de niño y se agachó hasta estar a su altura. A continuación deposito un suave beso, tan delicado como el de una mariposa en su nariz.

-Cariño, recuerda que nos volveremos a ver. Solo espera por mamá.

Acto seguido lo abrazó profundamente mientras aguantaba las lágrimas.
Edward contuvo la tristeza que amenazaba por salir. Él lo tuvo claro, volvería a ver a esta mujer, volvería a sentir ese calor que no pudo sentir en su anterior vida, y haría lo que fuera para conseguirlo.
Ambos, madre e hijo se separaron, y la madre se condujo hacia la salida mientras el niño solo podía observarla.

Después de este emotivo momento, Roger lo dirigió a su nueva habitación que por el momento estaba vacía pero habían tres camas más a parte de la suya, es decir, dos literas.
La habitación era lo típico que te podías esperar de una mansión construida en 1945. Había un gran ventanal que tenía vistas al jardín de juegos, cortinas blancas translúcidas lo acompañaban. Las literas eran grandes y espaciosas construidas con madera de ébano, ambas literas tenían cientos de grabados y relieves que las hacían ver como piezas de arte muy valiosas, ambas tenían sábanas tan suaves y delicadas como las hojas de una mariposa. Dos grandes armarios adornaban la habitación,  blancos con relieves como tenían las literas, tan elegantes e imponentes como unos armarios caros podrían imponer. El suelo era de parquet de ébano, al igual que las camas, tan deslumbrante como un diamante recién pulido. En general, la habitación estaba bien iluminada y su aspecto era impresionante.

Tras hacer un recuento mentalmente de los objetos y muebles que adornaban la habitación, Edward se volvió hacia Roger cuando se dio cuenta de que iba a empezar a hablar.

-Esta habitación será solo tuya por el momento ya que, hay suficientes habitaciones para cada niño del orfanato y por el momento no nos hemos visto en necesidad de meter a mas de una persona por cada habitación. Mañana empezarás a ir a las clases de tu grupo de edad, te traeré el horario para que puedas organizarte y, se te asignará un tutor hasta que cumplas la edad de cinco años.

Tras decir todo eso, salió de la puerta tal y como entró.
Edward estaba un poco molesto, pero rápidamente se le pasó el enfado. No quería que le asignaran un tutor, pero comprendía que era imposible que un niño de solamente dos años pudiera vivir solo. Tras pensar en todo lo que había pasado con calma, comenzó a examinar con cuidado la habitación, viendo si hay cámaras o micrófonos escondidos en alguna parte de la habitación. Cuando comprobó que no había nada, se relajó considerablemente, no tendría que actuar como un niño de dos años dentro de esta habitación, al menos este sería su sitio seguro, al menos hasta que tenga que compartir la habitación si alguna vez se da la ocasión.

La noche pasó y llegó el momento de Edward de conocer a su nuevo tutor, la persona que se encargaría de el por tres años y, probablemente, el fruto de su molestia.

Edward se dirigió al despacho de Roger, ahí le comunicó que tendría que llevar un seudónimo dentro de el orfanato por motivos de seguridad. Le asignaron el apodo de "Vi"¹. JUsto después de eso un hombre joven, que aparentaba unos veintidós años, con cabellos marrones ondulados, pecas por toda la cara y ojos de color miel entró al despacho.

-Buenos días, soy Yen. Vi, estaré cuidándote a partir de hoy en adelante, espero que podamos llevarnos bien.

A partir de ese momento, nuestro protagonista supo que todo iba a ir de mal en peor.


"Vi": Vi es la pronunciación de la letra v en inglés.

(650 palabras)

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